Clinton opta por un secretario de Defensa cuya confirmaci¨®n no presenta ser¨ªos problemas
El nombramiento de William Perry, un matem¨¢tico con fama de buen administrador pero sin experiencia en planificaci¨®n pol¨ªtica, como pr¨®ximo secretario de Defensa de Estados Unidos parece orientado por el deseo del presidente Bill Clinton de encontrar para ese cargo a una persona que goce de la confianza y el respeto de los militares, al mismo tiempo que no presenta de antemano problemas para su confirmaci¨®n por el Congreso.
Perry sustituir¨¢ en el cargo a Les Aspin, quien dimiti¨® el pasado mes de diciembre, pero que permanecer¨¢ en funciones hasta la definitiva confirmaci¨®n de Perry por parte del Congreso.Con la designaci¨®n de Perry, hasta ahora n¨²mero dos del Pent¨¢gono, se cierra un nuevo cap¨ªtulo del dificultoso proceso de selecci¨®n de cargos en esta Administraci¨®n. El anterior designado para el cargo, Bobby Inman, renunci¨® la pasada semana tras anunciar una confabulaci¨®n en su contra supuestamente orquestada por la prensa y la oposici¨®n republicana.
Con este anuncio se pone tambi¨¦n fin a una ola de rumores que aseguraban que el propio Perry hab¨ªa rechazado la oferta que le hab¨ªa hecho Clinton el viernes pasado. El presidente. nombr¨® a Perry apresuradamente para desactivar la impresi¨®n de que la secretar¨ªa de Defensa, uno de los cuatro cargos m¨¢s importantes en la jerarqu¨ªa del Gabinete, se hab¨ªa convertido en una puesto que nadie quer¨ªa ocupar.
Despu¨¦s de Inman, seg¨²n la prensa norteamericana, otras dos altas personalidades pol¨ªticas, el senador Sam Nunn y el ex senador Warren Rudinan, renunciaron al cargo que les propuso el presidente. Clinton desminti¨® ayer ese extremo y asegur¨® que el puesto no se le hab¨ªa ofrecido a nadie m¨¢s que a Inman y Perry. The New York Times publicaba ayer que Perry se resisti¨® al nombramiento.
Diferencias con el Pent¨¢gono
La relaci¨®n entre Clinton, en cuyo historial destaca el hecho de que se neg¨® a acudir a la guerra de Vietnam, y el Pent¨¢gono ha sido durante este primer a?o de su Gobierno cualquier cosa menos positiva y constructiva. El acceso de los homosexuales al Ejercito y la reducci¨®n del n¨²mero de efectivos y medios de las Fuerzas Armadas hab¨ªan sido los dos principales asuntos de discrepancia.El presidente Clinton asegur¨® al presentar su nuevo designado en una ceremonia celebrada en la Casa Blanca que Perry, de 66 a?os, posee "la experiencia de mando" y "la visi¨®n" necesarias para este puesto.
William Perry manifest¨® que las principales tareas de su gesti¨®n ser¨¢n las de "mantener la moral de las fuerzas de combate" y hacer frente a los desaf¨ªos que se presentan "en estos momentos de grandes cambios, grandes retos y grandes oportunidades".
"Necesitamos seguir reestructurando nuestras fuerzas para esta nueva era de forma que sigan siendo las mejor entrenadas, las mejor equipadas, las mejor preparadas y las m¨¢s motivadas del mundo", afirm¨® Perry.
Como un ejemplo del ambiente que rodea cada uno de los nombramientos de Clinton, uno de los periodistas que acudi¨® al acto de ayer pregunt¨® a Perry si tiene en su pasado alg¨²n problema de contrataci¨®n de empleados dom¨¦sticos iegales.
El camino m¨¢s f¨¢cil
Con la elecci¨®n de Perry, el presidente Clinton parece haber optado por el camino m¨¢s f¨¢cil. M¨¢s f¨¢cil para los militares, que son reacios a lidiar con pol¨ªticos con demasiada personalidad. M¨¢s f¨¢cil tambi¨¦n para el Congreso, donde Perry, un funcionario con fama de eficaz, no parece tener por el momento enemigos declarados. Y, desde luego, m¨¢s f¨¢cil para el propio Clinton, que no quiere que su buen nivel de popularidad actual se vea afectado con un nuevo conflicto en su equipo de Gobierno.A cambio, los observadores destacan que Perry carece de la autoridad pol¨ªtica que han tenido anteriores secretarios de Defensa, un cargo desde el que, adem¨¢s del manejo administrativo del Pent¨¢gono, se influye tambi¨¦n de manera considerable en la elaboraci¨®n de la pol¨ªtica exterior.
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