La tragedia argelina
Estados Unidos se interesa por Argelia. El Magreb, coto vedado de Francia, parece ser hoy tomado en cuenta por la Administraci¨®n de Clinton. Incluso dicen que la madre del presidente sent¨ªa simpat¨ªa por Marruecos y que Hillary Clinton estaba irritada con ese pa¨ªs a causa del asunto del S¨¢hara. Parece que la Casa Blanca se toma en serio la tragedia argelina.Todas las miradas se vuelven hacia Francia cada vez que uno de sus ciudadanos es asesinado por miembros de la oposici¨®n argelina. Pero s¨®lo se escuchan protestas diplom¨¢ticas. Francia es impotente, igual que Europa. ?Qu¨¦ hacer? ?Qu¨¦ proponer? Todos los d¨ªas se presentan miles de solicitudes de visado en los servicios consulares europeos en Argelia. Pero las puertas no est¨¢n abiertas. Cuesta imaginarse que Charles Pasqua reconsidere su pol¨ªtica de cerrar las fronteras a la inmigraci¨®n y acoja a los ciudadanos argelinos que huyen de la dictadura de los islamistas.
Desde el golpe de Estado silencioso de enero de 1992, han sido asesinadas m¨¢s de 2.000 personas, entre ellas 25 extranjeros. El Gobierno ha instaurado un r¨¦gimen de excepci¨®n que permite que el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa respondan con una represi¨®n brutal y a veces ciega a las maniobras de la oposici¨®n islamista. El informe de la organizaci¨®n estadounidense de defensa de los derechos humanos, Middle East Watch, se?ala que se cometen violaciones de los derechos individuales en ambos bandos, tanto por parte de los activistas de la oposici¨®n como de las fuerzas del orden. En un a?o, se han dictado 368 penas capitales y han sido ejecutados 26 militantes del FIS. Los polic¨ªas trabajan enmascarados. La gente les ha puesto el apodo de ninjas. Pueden detener y encarcelar, a cualquier individuo que consideren peligroso. Tienen carta blanca. No se sabe qu¨¦ pasa realmente en las comisar¨ªas. Se habla de tortura y hasta de ejecuciones sumarias. Es imposible comprobarlo, lo ¨²nico que se sabe, y el estudio de Middle East Watch lo confirma, es que los derechos humanos no se respetan. Los autores del informe escriben: "ElGoblemo, dirigido por Redha Malek, ha hecho poco por diferenciarse de ese poder del FIS, represivo y que desprecia los derechos humanos, cuya instauraci¨®n se supon¨ªa que iba a impedir".
Por consiguiente, el inter¨¦s de EE UU por Argelia empieza por la preocupaci¨®n por el derecho humanitario. La CE ha condenado la brutalidad de ambos bandos. El Gobierno franc¨¦s -tanto el anterior como el nuevo- oscila entre dos posiciones: condena la violencia de los islamistas y recomienda el di¨¢logo entre el r¨¦gimen y sus adversarios. Esta ambig¨¹edad no establece la democracia. Oculta un c¨¢lculo bastante sencillo: ?y si triunfaran los islamistas? ?Y si llegaran al poder? ?No habr¨ªa que prever esta posibilidad en vez de quemar todos los cartuchos? Aparentemente es el n¨²sino an¨¢lisis que hace Washington, s¨®lo que no se limita s¨®lo a Argelia, sino que incluye a Egipto, Sud¨¢n y tal vez algunos pa¨ªses del Golfo.
Una ca¨ªda de Argelia en el islamismo tendr¨¢ consecuencias importantes para todo el Magreb y para Egipto. T¨²nez y Marruecos controlan la situaci¨®n. As¨ª que hay que prepararse para trabajar con los partidarios de un islam pol¨ªtico. Ni a EE UU ni a Francia les asusta esta perspectiva. Trabajan ya con Ir¨¢n, gran potencia que apoya a la oposici¨®n islamista en casi todas partes y estructura con eficacia sus redes de desestabilizaci¨®n. Francia acaba de liberar y de expulsar a Ir¨¢n a dos iran¨ªes sospechosos del asesinato en Suiza de un adversario del r¨¦gimen de Teher¨¢n. Suiza ha protestado porque hab¨ªa pedido, su extradici¨®n, pero Balladur, que tom¨® esta decisi¨®n, la justifica apelando a la "raz¨®n de Estado".
Lo cierto es que Ir¨¢n causa miedo. Es una potencia que fascina e intimida. Francia piensa que, con este gesto, ganar¨¢ prestigio e Ir¨¢n podr¨¢ ayudarla a entrar en contacto con los posibles islamistas que podr¨ªan llegar al poder en Argelia. Es una probabilidad, una precauci¨®n. Entonces, ?por qu¨¦ pedir a Par¨ªs que condene con la misma energ¨ªa a los islamistas y al Gobierno? Por otra parte, se supone que Ir¨¢n ha aconsejado a los franceses que no pierdan el tiempo e inicien conversaciones con los islamistas argelinos. El asesinato, el 15 de enero, de una francesa que trabajaba en el consulado de Argel demuestra al menos una cosa: el di¨¢logo a¨²n no ha comenzado, a no ser que el asesinato de una madre de tres ni?os, casada con un argelino, haya sido cometido por elementos que no desean qu e se produzcan esas conversaciones. No se sabr¨¢ nunca.
Lo que ni EE UU ni Europa entienden, ante ese aumento del islamismo en el mundo ¨¢rabe, es que los pueblos que hoy se rebelan y dan su voto a los islamistas est¨¢n reaccionando contra la corrupci¨®n generalizada de los que est¨¢n en el poder y contra la complicidad de Occidente con esos reg¨ªmenes. La gente no necesita m¨¢s religi¨®n, pero s¨ª algo m¨¢s de respeto, de dignidad y de trabajo. Diferentes corrientes recorren el islam. Hoy s¨®lo se aprecia la corriente ideol¨®gica, y por tanto pol¨ªtica. Ese aspecto no tiene nada que ver con la religi¨®n como espiritualidad y moral. En Argelia, supone claramente una oposici¨®n pol¨ªtica, decidida a recuperar lo que unas elecciones libres y democr¨¢ticas le dieron en diciembre de 1991. Ah¨ª radica el problema. El resto es especulaci¨®n.
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