?Qu¨¦ atrevida es la soberbia!

?Pasen y vean! Mar¨ªa de Austria no es la ad¨²ltera esposa de LuisXIII, sino una tierna adolescente perdidamente enamorada de su consorte. Milady, la p¨¦rfida c¨®mplice del cardenal Richelieu, conoce a D'Artagnan no al comienzo de la peripecia parisina de ¨¦ste, sino en Calais, poco antes... de que la propia Milady se suicide para "pagar por sus pecados", literal. Porthos es un redomado imb¨¦cil; el padre del temible gasc¨®n ha sido muerto en duelo por el feroz sicario del cardenal, Rochefort; los mosqueteros no tienen jefe; Richelieu se pasea, feroz, por sus abominables mazmorras subterr¨¢neas, a las que llega en lucida piragua, mientras trama, ?con el auxilio de Buckingham! la muerte del rey y su sustituci¨®n por ¨¦l mismo. Ah, y tambi¨¦n planea hacerse con los favores de la joven reina: nada mejor, para ello, que .contratar un Chacal avant la lettre para que le pegue al rey un certero balazo en la cabeza...Ciertamente, las obras literarias est¨¢n ah¨ª para ser saqueadas y, a ser posible, mejoradas: Hitchcock lo hizo con Daphne Du Maurier y todos felices en el cambio; y es s¨®lo un ejemplo entre mil. ?Pero intentar corregir a Alexandre Dumas, el m¨¢s excelso e inspirado escritor de novelas de aventuras, de esos prodigios de ambientaci¨®n hist¨®rica que son sus obras sobre el XVII franc¨¦s! ?El inspirador, entre otros, de uno de los mejores musicales sin m¨²sica de la historia del cine! ?Y que esa "correcci¨®n" vaya en el sentido de edulcorar, de hacer m¨¢s light y, se supone, apta para todo el p¨²blico una trama que el propio cine americano hab¨ªa filmado, en plena era Hays y su temible c¨®digo de censura moral, con toda fidelidad!

?Qu¨¦ atrevida, qu¨¦ horriblemente atrevida es la soberbia!

Porque de eso se trata: con la excusa de una reducci¨®n para adolescentes, el guionista, un tal David Loughery, ha dejado a las criaturas de Dumas literalmente con las carnes al aire, presas de incontenibles ataques de hiperactividad -?hay que ver lo mucho que corren,y lo poco que piensan en este film descerebrado!- que para nada sirven. Y las ha dejado as¨ª s¨®lo para demos tramos lo muy listo que es ¨¦l, el director y la Disney, que es quien ha pagado este atropello. Los tres mosqueteros, versi¨®n Herek, s¨®lo merece el ol¨ªmpico desd¨¦n de todo aquel que se considere deudor de su infancia. Y de Dumas, que en este caos viene a ser lo mismo.