Una panadera de pueblo
Tras siete a?os dedicado a hacer series para Televisi¨®n Espa?ola, el guionista y realizador Jaime de Armi?¨¢n vuelve a un cine espa?ol en permanente estado de crisis para hacer su pel¨ªcula n¨²mero 14, que puede situarse entre las m¨¢s ambiciosas y personales de su filmograf¨ªa.Al otro lado del-t¨²nel est¨¢ escrita por el propio Armi?¨¢n, en colaboraci¨®n con su hijo Eduardo Armi?¨¢n, dirigida y tambi¨¦n producida por ¨¦l. Adem¨¢s vuelve a sus temas m¨¢s queridos, unos personajes que se salen un tanto de lo normal, perdidos en un bello y desconocido pueblo espa?ol, comiendo, hablando y jugando a las cartas en torno a una mesa camilla, a la que no pod¨ªa faltar un personaje puntilloso encarnado por Amparo Bar¨®.
Al otro lado del t¨²nel
Director: Jaime de Armi?¨¢n. Guionistas: Jaime de Armi?¨¢n, Eduardo Armi?¨¢n. Fotograf¨ªa: Teo Escamilla. Espa?a, 1994. Int¨¦rpretes: Fernando Rey, Maribel Verd¨², Gonzalo Vega, Amparo Bar¨®, Rafael Alonso. Estreno en Madrid: cines Rex, Minicine, Renoir.
El punto de partida de Al otro lado del t¨²nel es demasiado literario y su desarrollo todav¨ªa mucho m¨¢s. Dos guionistas, uno mayor y espa?ol y el otro joven y mexicano, son encerrados por una productora de cine en un monasterio-hotel de Huesca para que acaben de escribir la historia a la que dan vueltas desde hace un a?o. Comienzan a comer, pasear por el cercano bosque y perderse, en busca del principal personaje femenino, una joven que vive una historia de amor triangular en Escocia durante el pasado siglo y acaba muriendo.
Aburrimiento
El m¨¢ximo defecto de Al otro lado del t¨²nel es que la historia de amor rom¨¢ntica que se traen entre manos parece aburrirles tanto a los guionistas de ficci¨®n como a los reales. Y la pel¨ªcula s¨®lo levanta el vuelo cuando encuentran al personaje que buscaban, que resulta ser la joven panadera del cercano pueblo, que siguiendo la tradici¨®n de su gremio no s¨®lo les ofrece una boller¨ªa fina, sino que tambi¨¦n intenta dar vida al tri¨¢ngulo amoroso que los guionistas trataban in¨²tilmente de crear. En este momento la situaci¨®n alcanza tal complejidad literaria, que a pesar de que Fernando Rey vuelve a estar espl¨¦ndido en su papel, Maribel Verd¨² hace grandes esfuerzos por dar vida al suyo y el mexicano Gonzalo Vega pronto se queda en la cuneta, resulta excesiva para solventarla alrededor de una mesa camilla jugando a las siete y media con la madre de la panadera, Amparo Bar¨®, tal como le gusta a Armi?¨¢n.Para colmo de males el final trata de ir todav¨ªa m¨¢s lejos y se. pierde, se desgaja demasiado del resto, no est¨¢ conseguido. Da la impresi¨®n de que los guionistas reales, padre e hijo, no supiesen muy bien acabar su historia y hubieran optado por el lado m¨¢s sofisticado, pero no les hubiesen salido bien sus intenciones.
Armi?¨¢n narra la historia con soltura, la explica con tanta claridad como correcci¨®n, y permite a su coproductor Teo Escamilla hacer una brillante fotograf¨ªa. Pero el artificio que constantemente late bajo ella, que es su raz¨®n de ser siempre resulta demasiado evidente y hace que la pel¨ªcula sea demasiado premiosa.
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