"En Aranjuez descubr¨ª mi vocacion de escritor"
Acaba de cumplir 77 a?os, y su ¨²ltima novela, Real Sitio, le ha valido el Premio de Literatura de la Comunidad de Madrid. El escritor, economista, acad¨¦mico, en otros tiempos profesor universitario y senador mon¨¢rquico de alma republicana, hered¨® de su familia un aut¨¦ntico rompecabezas geogr¨¢fico. Su padre naci¨® en La Habana y su madre cerca de Or¨¢n. Sus abuelos en Manila, Santo Domingo de la Calzada, Or¨ªhuela y Lugano, Suiza. A ¨¦l le toc¨® nacer en Barcelona, pero su infancia son recuerdos de T¨¢nger, la ciudad norteafricana en cuya extraordinaria bah¨ªa se aglutinaron culturas diferentes, razas, idiomas, monedas y religiones. Nada presagiaba que Jos¨¦ Luis Sampedro pudiera desarrollar m¨¢s tarde un sentimiento tan regional como el que le une al Real Sitio de Aranjuez, localidad ba?ada por el Tajo, aguas en las que Sampedro se empap¨® para escribir El r¨ªo que nos lleva, otra e sus c¨¦lebres novelas.Pregunta. Le premian por ayudar al desarrollo socioecon¨®mico de esa regi¨®n. ?Tanto le debe Aranjuez a usted?
Respuesta. Este libro, Real Sitio, son casi seiscientos folios dedicados a Aranjuez, en dos ¨¦pocas diferentes: siglo XVIII y siglo XIX. En Octubre, octubre, la m¨¢s importante de mis novelas, hay todo un cap¨ªtulo sobre Aranjuez. All¨ª viv¨ª desde los 13 a los 18 a?os, la edad en que se forma la conciencia. All¨ª comenc¨¦ a organizar internamente mi vida y all¨ª supe que quer¨ªa ser escritor. Han llegado a decirme: "Ten¨ªamos un pintor, Rusi?ol; un m¨²sico, Joaqu¨ªn Rodrigo; y ahora, un escritor: usted".
P. ?Quiere decir que usted contin¨²a en contacto con los ribere?os?
R. Desde luego. Tengo grandes amigos y soy miembro de una fundaci¨®n cultural. Acudo siempre que me llaman y procuro hablar de lo que me piden.
P. Usted siempre va a todas partes. Esta misma ma?ana estaba en un instituto de M¨®stoles.
R. Voy all¨¢ donde puedo colaborar en la educaci¨®n, especialmente en institutos de la periferia de Madrid, donde me consta que hay profesores excelentes, mal pagados y poco valorados. Los alumnos, de familias con bajo nivel econ¨®mico y pocos libros en, casa, me han planteado preguntas realmente interesantes. Cuando se habla mal de la juventud, siempre digo que no debemos generalizar, especialmente en estos lugares, donde he visto verdadero inter¨¦s por la literatura o la econom¨ªa.
P. Cuya buena relaci¨®n usted se ha encargado de demostrar.
R. Eso no necesitaba demostraci¨®n. ?Aburrida la econom¨ªa? En absoluto, si lo, parece es culpa nuestra, de quienes no conseguimos explicarla bien. Actualmente, me estoy dedicando mucho m¨¢s a la literatura y no sigo muy de cerca la informaci¨®n econ¨®mica del d¨ªa a d¨ªa, pero considero que no debe hablarse s¨®lo de precios y mercanc¨ªas. La econom¨ªa es una ciencia social. Hay relaciones personales, inversores, trabajadores intelectuales, obreros, compradores y vendedores.
P. Hablando de compraventa, ?es cierto que usted hall¨® en el Rastro un manuscrito importante para Real Sitio?
R. Absolutamente cierto. Antes iba muy a menudo, en busca de libros y papeles. El Rastro ha cambiado mucho, ahora me interesa menos, pero all¨ª encontr¨¦ un manuscrito important¨ªsimo, para el cap¨ªtulo del mot¨ªn. Est¨¢ escrito por un testigo presencial, un capit¨¢n que estaba con los reyes mientras el pueblo asaltaba el palacio de Godoy.
P. Se sabe que a usted le encanta madrugar. ?Han puesto las calles de Madrid a las cinco de la madrugada?
R. S¨ª, s¨ª. Todo est¨¢ en su sitio. Antes de la hora punta, Madrid es una delicia, sobre todo cuando el clima va siendo cada vez m¨¢s apacible. Yo salgo a menudo a eso de las siete, para hacer ciertas gestiones en lugares que abren pronto, y las calles son una maravilla.
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