Sobre el Ej¨¦rcito
En el debate que usted sugiere en su editorial del pasado d¨ªa 25 de febrero sobre qu¨¦ Ej¨¦rcito necesita Espa?a, la sociedad espa?ola creo ya ha tomado partido por uno mucho m¨¢s reducido y profesionalizado, y ahora s¨®lo es cuesti¨®n de tiempo y lucidez el que el Parlamento sepa articular dicha opci¨®n teniendo en cuenta los complejos factores que en ¨¦l convergen.Las Fuerzas Armadas cada vez m¨¢s son un instrumento de la pol¨ªtica exterior del Estado y por tanto dos objetivos prioritarios son los que pueden entreverse: las misiones de paz de la ONU y nuestro creciente papel en el futuro ej¨¦rcito europeo. Nuestro puesto de pa¨ªs destacado en el furg¨®n que sigue al de las grandes potencias puede muy bien dejarnos el ejemplo de Canad¨¢, que con un potencial econ¨®mico bastante parecido mantiene unas fuerzas armadas de 80.000 hombres, algo as¨ª como un 40% de las nuestras, totalmente volcado hacia el exterior; no en vano, aparte del remanente de tropas que contin¨²an en Europa, todas las misiones desarrolladas por Naciones Unidas, sin excepci¨®n, tienen contingente canadiense.
En mi opini¨®n, el principal problema que atesora una posible disminuci¨®n dr¨¢stica de nuestras Fuerzas Armadas no es ya, como exponen ciertos desconocedores del tema, la p¨¦rdida de influencia que el supuesto poder militar tendr¨ªa que aceptar, sino el problema social que ¨¦ste conllevar¨ªa: hablando en t¨¦rminos econ¨®micos una aut¨¦ntica reconversi¨®n del mismo calibre que la realizada en el sector industrial estatal a mediados de los ochenta. Prudencia, meticulosa planificaci¨®n y objetivos a medio plazo podr¨ªan muy bien ser buenos consejeros en todo el proceso; a pesar de lo que gran parte de la sociedad espa?ola percibe de vez en cuando en los medios de comunicaci¨®n, el profesional militar espa?ol est¨¢ bien preparado y seguramente su nivel de competitividad en el mercado de trabajo es m¨¢s que aceptable.
En cualquier caso, una reforma y un debate que deben pronto encauzarse al hilo de la nueva realidad internacional y social, y en el que ser¨ªa de agradecer que no se olvidaran de la opini¨®n que pudi¨¦ramos expresar los profesionales de la milicia.Capit¨¢n de Infanter¨ªa.
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