La Historia seg¨²n La Fura dels Baus
Salvaje y ca¨®tica visi¨®n del mundo del grupo teatral en 'MTM'
En el Armaz¨¦n 22, un almac¨¦n portuario muy distante de la Lisboa blanca y amable, estren¨® el jueves La Fura dels Baus su ¨²ltimo espect¨¢culo, MTM, una salvaje, confusa y atronadora lecci¨®n de Historia con el sello inconfundible del grupo. Desnudos, bell¨ªsimas im¨¢genes surgidas a la interrelaci¨®n entre actores, escenograf¨ªa, montaje videogr¨¢fico y m¨²sica; trabajo acrob¨¢tico, agresi¨®n continua -mental y en parte f¨ªsica- al espectador y ritmo vertiginoso son algunos de los elementos que emplea La Fura en MTM.
El Armaz¨¦ 22 est¨¢ en una Lisboa que llevar¨ªa el desasosiego de Pessoa hasta l¨ªmites infranqueables. El Tajo es una mancha de tinta espesa y las gr¨²as se yerguen como cicl¨®peos cangrejos de hierro sanguinolento iluminadas por las luces m¨¢s siniestras que quepa imaginar. Un gran paisaje de agon¨ªa industrial id¨®neo para La Fura.Media hora antes del inicio del espect¨¢culo, el Armaz¨¦n 22 presenta un aspecto de hangar desolado. La inmensa nave ha sido dividida: una parte est¨¢ cerrada, en el centro se ha instalado una barra de bar y una peque?a exposici¨®n sobre La Fura. En el otro extremo de la nave est¨¢ el espacio de representaci¨®n, que, de entrada, funciona como una discoteca.
Con 15 minutos de retraso comienza MTM. La m¨²sica tiene ya un nivel de mortero de gran calibre. El p¨²blico se ha convertido en una masa compacta, ansiosa, multiplicada en la gran pantalla de v¨ªdeo que cierra la parte frontal del espacio. Y entonces, de repente, surge una horda de energ¨²menos empujando y chillando. Bajo las antorchas de luz de un grupo de c¨¢maras que filman sin compasi¨®n y ante el horror del p¨²blico, atrapan a un individuo y le arrancan la ropa hasta dejarlo totalmente desnudo. El tipo se encarama sobre unas cajas de cart¨®n (el elemento b¨¢sico de la escenograf¨ªa, que funciona como un gitantesco juego de construcci¨®n) y empieza a largar un discurso. Los salvajes ya han atrapado a otra v¨ªctima, esta vez una mujer. El v¨ªdeo muestra primeros planos de sus forcejeos, de sus pechos, de su vello p¨²bico. Una frase aparece escrita en las pantallas: "Destino". La continua relaci¨®n entre lo que ocurre -a menudo imposible de ver en directo-, lo que recoge de la acci¨®n la pantalla de v¨ªdeo siempre planos desgarradores, efectistas- y los textos que aparecen sobreimpresos en ella conforma el mensaje global de La Fura: el acto se convierte en realidad cuando es observado, interpretado y transmitido con un punto de vista que responde a intereses determinados.
Un mar de fuego
Los actores se van vistiendo con ropas pardas mientras la pantalla (el montaje videogr¨¢fico es magn¨ªfico) vomita im¨¢genes. Un mar de fuego siluetea una figura con un gran pene en erecci¨®n y se sobrepone la palabra "Mito". Se producen acciones paralelas: un personaje se presenta como "La fuerza" mientras otro lanza un discurso cient¨ªfico. El caudillo hace que el orador sea despedazado ante las c¨¢maras. El l¨ªder militar grita "Quiero que levant¨¦is mi polla", y sus huestes se lanzan a manipular cajas hasta construir un monolito (algunos individuos mueren aplastados, se muestran tomas del suceso). Irrumpe una mujer vestida de plata que profetiza al son de tambores mientras la. sala se llena de incienso. Con la alianza del poder militar y el espiritual, el monolito queda alzado y el l¨ªder proclama: "Mi falo se extiende sobre el pa¨ªs como la sombra del ¨¢guila". Tanto orgullo tiene su castigo. Se produce una cat¨¢strofe cuando el caudillo trata de trepar al cielo, el monolito se derrumba: ecos de historia b¨ªblica rodada en v¨ªdeo.
El p¨²blico, agotado por la m¨²sica, por las carreras para evitar a los alocados trabajadores que desplazan cajas a toda velocidad, asiste al inicio de otra historia. Surge una madre y pare gemelas. Dos j¨®venes desnudas se balancean en el interior de sendas cajas-nido suspendidas en el aire. Una devora a la otra. Primeros planos de dolor y desgarramiento. La superviviente es proclamada reina y enfundada en una armadura transparente de metacrilato que le aplasta los pechos. Una org¨ªa in¨²til de frenes¨ª inconexo y desquiciante.
La cabeza apenas puede retener los ciclos que contin¨²an sucedi¨¦ndose. Los actores construyen una gran pir¨¢mide escalonada y celebran un ritual sanguinario de reminiscencias mexicanas. Se representa una lucha pol¨ªtica, un asalto al poder. Llega un orden nuevo. Construyen un dolmen, un arco del triunfo. Luego, un alt¨ªsimo muro de cajas que divide al p¨²blico. Hay un movimiento confuso de anticl¨ªmax y los espectadores son encerrados como un reba?o en un cercado de cajas claustrof¨®bico.
Llega el final, el fin de la Historia. Y vuelve la discoteca.
Babelia
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