El Madrid recupera la verticalidad
Hierro, Butrague?o y Prosinecki se rehabilitan ante el Rayo Vallecano
JUAN MORA Vicente del Bosque ha hecho una apuesta por el talento para salvar el honor del Real Madrid en este final de temporada. Sabe que a la Quinta del Buitre, con la que coincidi¨® como jugador en su ¨²ltimo a?o en el primer equipo madridista, no se le ha podido olvidar jugar al f¨²tbol. Concede a sus integrantes, adem¨¢s, la oportunidad de una despedida digna. S¨®lo les pide un supremo esfuerzo, que se dejen el alma en el campo, que sus cualidades har¨¢n el resto.
De esta manera tan sencilla el Madrid quiere salir de su en¨¦sima crisis. La soluci¨®n parec¨ªa estar en casa. Ten¨ªa los jugadores y a ¨¦stos s¨®lo hab¨ªa que decirles que se dejaran de ?o?er¨ªas, de rondos y de norias y tirasen para delante. Claro, que para eso hay que correr y esforzarse y hasta ahora los madridistas no estaban mucho por la labor.
Del Bosque, curiosamente un hombre que como jugador no se distingu¨ªa precisamente por su caracter, ha sido el revulsivo. Al menos ha convencido a la Quinta que no est¨¢ acabada.
Con Del Bosque el Madrid cambi¨® m¨¢s que en estrategia, en talante. Se acabaron los pases para atr¨¢s o en horizontal; ayer, todo fue vertical, por lo menos mientras hab¨ªa fuerzas. Los dos primeros goles fueron como consecuencia de faltas, pero el origen de las jugadas dej¨® entrever cual es la nueva filosof¨ªa. En el primero, Alkorta pas¨® al campo rayista y, sin dudar, adelant¨® el val¨®n a Velasco, ¨¦ste a¨²n m¨¢s sobre Michel, que situ¨® el bal¨®n en el ¨¢rea para que Zamorano ejerciera de ariete.
En dos segundos la pelota hab¨ªa cruzado medio campo, la hab¨ªan tocado cuatro jugadores y se hab¨ªa creado una situaci¨®n de gol. As¨ª de f¨¢cil. No hab¨ªa m¨¢s que correr, que la calidad de los jugadores, y ¨¦sta se da por supuesta, har¨ªa el resto.
Lo que traicion¨® a los jugadores fue la querencia de tantos a?os de acciones amaneradas. En cuanto faltaban las fuerzas el bal¨®n dejaba de correr. Prosinecki ped¨ªa alivio retrasando el bal¨®n, mientras unas veces las facultades de Mart¨ªn V¨¢zquez y en otras las de Butrague?o quedaban en evidencia. Se frustaba as¨ª una goleada que asentara con mayor firmeza la recuperaci¨®n del equipo. Pero era s¨®lo moment¨¢neamente.
Los goles ten¨ªan que llegar porque el partido era propicio para ello, pues el Rayo asumi¨® un papel de comparsa, sin m¨¢s remates en la primera parte que el que le depar¨® el gol. Se agazap¨® en defensa y esper¨®. Los madridistas no ten¨ªan m¨¢s que esperar que les llegara la inspiraci¨®n para lucirse. As¨ª vino el 2-0. Rafael Mart¨ªn V¨¢zquez deslumbr¨® a todos los espectadores con un sabio toque de bal¨®n ante el avance de Velasco y propici¨® la falta que luego, con similar sabidur¨ªa, lanz¨® Michel. Luego, la lluvia de goles, porque la Quinta volv¨ªa a divertirse jugando al f¨²tbol.
Los madridistas resolvieron con profesionalidad el compromiso y ganaron algo m¨¢s que los dos puntos. La Quinta se rehabilit¨® y Prosinecki qued¨® recuperado como jugador de equipo pues, por primera vez en toda la temporada, dio un gol a un compa?ero. S¨®lo Zamorano desperdici¨® la ocasi¨®n de volver a creer en s¨ª mismo.
El partido result¨® propicio para ello, pero fueron Fernando Hierro y Butrague?o los que supieron colocarse con mayor acierto en el ¨¢rea para rematar los precisos centros que ayer, y eso fue otra novedad, no partieron de Lasa. Del Bosque quiere que la defensa sea defensa, porque para crear juego ya est¨¢n los artistas. Y al Madrid le sobran.
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