?Soy asm¨¢tica o tengo asma?
?Qu¨¦ debe escribir un periodista: que alguien es asm¨¢tico o que alguien tiene asma? ?Les parece una pregunta tonta? Tal vez esta disyuntiva concreta lo parezca, pero ?qu¨¦ opinan de estas otras: minusv¨¢lido o incapacitado, antiabortistas o provida, alcoh¨®lico reformado o alcoh¨®lico recuperado?El debate sobre el uso correcto de las palabras, que hasta ahora se reduc¨ªa a un punto de vista estrictamente gramatical o sem¨¢ntico, se est¨¢ planteando hoy d¨ªa en muchos medios de comunicaci¨®n tambi¨¦n desde un punto de vista pol¨ªtico. Te¨®ricamente, un lenguaje pol¨ªticamente correcto es aquel que elimina significados ofensivos al sustituir ciertos t¨¦rminos por expresiones libres de prejuicio. ?sta es, al menos, la definici¨®n que ha facilitado a la Defensora del Lector el soci¨®logo Salvador Giner.
El movimiento pol¨ªticamente correcto se origin¨® en Estados Unidos, donde algunos importantes peri¨®dicos, con gran tradici¨®n liberal, exigen ahora a sus redactores que sustituyan ciertas palabras por otras. Los Angeles Times (LAT), por ejemplo, elabor¨® a finales del a?o pasado una gu¨ªa de 19 p¨¢ginas, partiendo de la idea general de que "no es importante ser pol¨ªticamente correcto, pero s¨ª comunicarse con los lectores de manera equitativa y exacta".
He aqu¨ª algunas de sus recomendaciones: no usar nunca el t¨¦rmino pro-vida para denominar a las asociaciones que se oponen a la legalizaci¨®n del aborto; no decir que un alcoh¨®lico se ha reformado, puesto que se trata de una enfermedad y no de un problema moral; escribir que alguien tiene asma, ya que no se es enfermo, sino que se tiene una enfermedad...
La Defensora del Lector cree que este tema puede ser de inter¨¦s para los lectores de EL PA?S que est¨¢n generalmente preocupados por el uso correcto del lenguaje. ?Desear¨ªan un peri¨®dico en el que se aplicaran normas como las de Los Angeles Times?.
Para darles m¨¢s puntos de referencia, he pedido ayuda a Salvador Giner, prestigioso soci¨®logo espa?ol que ha trabajado en Estados Unidos y el Reino Unido y que ha publicado algunos textos sobre el movimiento pol¨ªticamente correcto.
"La intenci¨®n es buena", afirma Giner, "porque pretende la supresi¨®n de estereotipos da?inos y la abolici¨®n de estigmas sociales. Lo malo es que si el principio de la correcci¨®n pol¨ªtica se pone en vigor con la radicalidad que exigen los muy militantes creyentes en esta nueva causa, los resultados son extravagantes. Taran, desvirt¨²an y lastran el mejor enser de los humanos: el lenguaje".
"A mi entender", prosigue Salvador Giner, "lo m¨¢s sensato que podemos hacer con esto de la correcci¨®n pol¨ªtica de nuestro lenguaje es aprovechar la ocasi¨®n para ir eliminando aquellos ep¨ªtetos que son de veras innecesarios e insultantes. As¨ª, habr¨¢ que llamar al jud¨ªo jud¨ªo o hebreo, pero es del todo aborrecible hablar de Judiadas".
Giner opina que hay "eufemismos bienintencionados que son intr¨ªnsecamente insultantes, como minusv¨¢lido". "Preguntemos a ellos c¨®mo quieren ser llamados y sigamos sus indicaciones", aconseja.
Pero tambi¨¦n advierte: "Mi abuelo era ciego, fund¨® una escuela de ciegos, que as¨ª se llamaba, y no quer¨ªa o¨ªr la palabra invidente ni por asomo. Ahora, al pobre, los correctos le hubieran puesto 'individuo desafiado por una visi¨®n inexistente' o alguna lindeza por el estilo".
"La soluci¨®n reside en agudizar el o¨ªdo, templar el lenguaje y no perder la tolerancia", prosigue Giner. "El eufemismo de hoy se convierte en el insulto de ma?ana. Palabras sencillas, como tullido (al que le falta un miembro), se hacen ofensivas. Relegu¨¦moslas si es as¨ª y lo desean quienes las perciban como estigmas dolorosos. Pero no las sustituyamos por circunloquios pesados, hip¨®critas y necios".
,"Cuando haga falta, y no hiera, llamemos al pan pan. Porque si no, con la venia, me quedo con la incorrecci¨®n pol¨ªtica", puntualiza.
El director de EL PA?S, Jes¨²s Ceberio, insiste, por su parte, en dos principios b¨¢sicos: primero, un periodista no tiene ning¨²n derecho a ofender o utilizar expresiones que resulten ofensivas para individuos o comunidades, y segundo, un peri¨®dico exige para su funcionamiento grandes dosis de sentido com¨²n.
"Creo que no debemos definir a las asociaciones antiabortistas como asociaciones provida", explica Ceberio, "y que podr¨ªamos sustituir el t¨¦rmino minusv¨¢lido por el de incapacitado. En general, pienso que es razonable emplear las palabras o expresiones que los interesados consideren m¨¢s neutrales o menos lesivas. Pero habr¨¢ muchos casos en los que no sea posible ni razonable preguntar c¨®mo quiere ser identificado el protagonista o los protagonistas de una historia. La gu¨ªa es el sentido com¨²n".
Ceberio est¨¢ de acuerdo, sin embargo, con uno de los primeros principios del movimiento pol¨ªticamente correcto: no mencionar las caracter¨ªsticas raciales de los protagonistas de una informaci¨®n, salvo que sea relevante para la comprensi¨®n de la historia.
?Les preocupa a ustedes este problema? ?Creen que debemos aplicar en cierto grado un lenguaje pol¨ªticamente correcto? La Defensora del Lector cree que ser¨ªa ¨²til escuchar sus opiniones.
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