El cuarto poder
Hay un elemento discordante en esta buena adaptaci¨®n que de la novela de John Grisham ha hecho Alan J. Pakula; un elemento de gui¨®n que, a pesar de la coherencia general que preside el filme, se erige en clave para entender el buen funcionamiento de ¨¦ste: la viabilidad de la existencia misma del informe que da t¨ªtulo al filme, que la ficci¨®n no aclara y que se convierte, curiosamente, en un elemento casi ingr¨¢vido. Que una estudiante de derecho, de 24 a?os, sea capaz de penetrar hasta donde ni los servicios secretos se atreven, y encontrar, casi por deporte, la clave para resolver el oscuro asesinato de dos jueces del Supremo, resulta no ya inveros¨ªmil, sino irrisorio. Y sin embargo, Pakula logra que ¨¦ste aparente fallo se diluya en un relato bien urdido y mejor contado.La raz¨®n principal por la cual El informe Pel¨ªcano no se deshace literalmente desde el comienzo, no es otra que el conocimiento que el viejo zorro que es Palcula tiene de su doble oficio, guionista y director. Por una parte, y tal como hiciera en otro de sus filmes sobre tema similar, Todos los hombres del presidente, se fila del conocimiento previo del espectador de una serie de elementos del paisaje pol¨ªtico americano que ayudan a dar espesor, credibilidad a su trama: un presidente m¨¢s apto para ense?ar a su perro que para gobernar -es dif¨ªcil no ver a Reagan tras los rasgos de Robert Culp-, un poder ejecutivo en mano de fontaneros, la existencia de lobbies con inconfesables apetencias y enorme poder; conflictos, en fin, que tienen que ver con la composici¨®n del Tribunal Supremo, uno de los caballos de batalla del presidente Reagan.
El informe pel¨ªcano
Direcci¨®n: Alan J. Pakula. Gui¨®n: A. Pakula, seg¨²n la novela de John Grisham. Fotografia: Stephen Goldblatt. M¨²sica: James Homer. Producci¨®n: A. Pakula y Pieter Han Brugge para Warner Bros. EE UU, 1993. Int¨¦rprete: Julia Robberts, Denzel Washington, Sam Shepard. Estreno en Madrid: cines Amaya, Palacio de la M¨²sica, Benlliure, Juan de Austria, Novedades, Aluche, Florida, y Calif¨®rnia (V.O.).
Pulcritud
Pero por la otra, estos elementos -que est¨¢n ya en la novela de partida-, que ayudan a entender por qu¨¦ Pakula sale airoso all¨ª donde el Sydney Pollack de La tapadera, un filme con el que ¨¦ste comparte muchos aspectos, cay¨® de bruces, no bastan para explicar el inter¨¦s, la envolvente atm¨®sfera de este thriller pulcro y bien resuelto. De hecho, la raz¨®n principal del ¨¦xito de la empresa reside ante todo en el oficio de Pakula-guionista, la dosificaci¨®n de las sorpresas y los momentos cat¨¢rticos a lo largo de una trama que muestra la indefensi¨®n de la v¨ªctima Julia Roberts -en cuyo trabajo redondea en buena medida el atractivo del filme-, tan despistada como Cary Grant en Con la muerte en los talones; la creaci¨®n, en suma, de un ritmo r¨¢pido pero no agotador, capaz de hacer olvidar al p¨²blico las debilidades de la trama, pero sin que parezca que se le est¨¦ pidiendo su adhesi¨®n afectiva.Ritmo que depende, igualmente, de una puesta en escena tan acad¨¦mica como funcional. Al igual que ocurre con Sidney Lumet y con el propio Pollack, Pakula rueda sin que parezca que lo est¨¢ haciendo, no acostumbra a forzar ni la situaci¨®n de su c¨¢mara ni la duraci¨®n del plano, y apoya su eficacia en la direcci¨®n de unos actores que, en sus manos, siempre resultan m¨¢s que competentes.
Y busca interesar al espectador con unos contenidos discretamente cr¨ªticos: que sea aqu¨ª un miembro del "cuarto poder" quien, en la mejor tradici¨®n del cine liberal, ayude a la atribulada hero¨ªna a desenmascarar a los culpables, no hace m¨¢s que confirmar las virtudes de un cine de (moderada) denuncia cuya efectividad no mengua con los a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.