ADOLESCENTES BEBEDORES.
El Gobierno endurecer¨¢ la publicidad y las sanciones por la venta de bebidas a menores
M¨¢s de un tercio de los adolescentes espa?oles entre los 14 y los 16 a?os beben habitualmente alcohol en sus salidas de fin de semana, seg¨²n un estudio del Instituto de la Juventud no publicado todav¨ªa, que se?ala paralelamente un aumento de los chicos abstemios. Casos como el de las siete adolescentes de Le¨®n que sufrieron un coma et¨ªlico la pasada Semana Santa, han hecho que los adultos se lleven las manos a la cabeza. Padres, empresarios, responsables sanitarios y policiales coinciden en que la situaci¨®n es grave. El Gobierno proyecta endurecer los l¨ªmites para la publicidad de alcohol y elevar las sanciones por su venta a menores, que actualmente son s¨®lo falta leve.
Casi el 40% de los espa?oles de 14 a 16 a?os consume alcohol el fin de semana
"?Y a ti te dejan entrar en las discotecas"?. La respuesta de la cr¨ªa, una morena algo grandota de 15 a?os, es contundente. "Pues s¨ª. Y, si no, me cuelo". "Adem¨¢s, el de la puerta, ya me conoce", puntualiza. Son 600 pesetas la entrada por una consumici¨®n, "una copa", explica, 800 por dos. A ella le gusta el vodka con lim¨®n y la opci¨®n est¨¢ clara. A las 10.30, como muy tarde, ella y sus amigas est¨¢n en casa.Ella lo tiene muy claro, igual que otros muchos cr¨ªos de su edad: en bares, discotecas o sirvi¨¦ndose directamente en supermercados, el 36,4% de los adolescentes espa?oles entre 14 y 16 a?os bebe alcohol de forma habitual los fines de semana en la calle, y casi el 47% de los que tienen entre 16 y 19, seg¨²n un estudio del Instituto de la Juventud, realizado en 1993, no hecho p¨²blico todav¨ªa. En total, m¨¢s de la mitad de los chavales de esa edad (el 54%) lo ha probado en alguna ocasi¨®n. Todos en la calle y en situaciones claramente fuera de la ley, que prohibe la venta y el consumo de alcohol entre los menores de 16 a?os, aunque lo considera una falta leve, castigada con una multa m¨¢xima de 50.000 pesetas.
La alarma que han suscitado los casos de Le¨®n va a reflejarse en la normativa. El Gobierno va a endurecer estas sanciones. La reforma, que estar¨¢ lista dentro de "pocas semanas", seg¨²n el Ministerio del Interior, pasar¨¢ a considerar la venta como una infracci¨®n grave, sancionable con multas de hasta cinco millones de pesetas y cierres de hasta seis meses.
El Ministerio de Sanidad quiere tambi¨¦n endurecer los l¨ªmites de la publicidad de alcohol. La legislaci¨®n actual prohibe los anuncios de bebidas alcoh¨®licas en televisi¨®n hasta las 10 de la noche para las que tienen m¨¢s de 20 grados. Sanidad quiere eliminar la autorizaci¨®n para otras bebidas como la cerveza, en cualquier franja horaria.
Las limitaciones alcanzar¨¢n tambi¨¦n, seg¨²n la ministra ?ngeles Amador, a la venta en estaciones de servicio y restaurantes y cafeter¨ªas de autopistas y autov¨ªas. El ministerio de Sanidad prepara tambi¨¦n un endurecimiento de la prohibici¨®n de la publicidad del tabaco, centrada en la televisi¨®n, ampli¨¢ndola a otros medios como las vallas.Negocios ilegales
"El problema son las tiendas y los negocios, algunos ilegales, que proliferan, sobre todo en verano, alrededor de las discotecas", afirma Gerardo Barredo, presidente de la Federaci¨®n Nacional de Empresarios de Discotecas. Frente a los 6.000 locales legales que existen en Espa?a, hay unos 60.000 chiringuitos o pubs que funcionan casi sin control, seg¨²n Barredo. Los empresarios argumentan que ellos no hacen negocio con los m¨¢s j¨®venes, porque no tienen suficiente dinero para pagarse una consumici¨®n en una discoteca. "Hacer dinero con los cr¨ªos es detestable", asegura Barredo. "Aunque nosotros somos muy rigurosos, es inevitable que algunos se cuelen, porque falsifican carn¨¦s o por su aspecto fisico", explica.
La opini¨®n de las asociaciones de consumidores o los m¨¦dicos no es tan ben¨¦vola: los padres temen mucho m¨¢s al porro que a la copa, los empresarios hacen la vista gorda y las autoridades inspeccionan poco y mal, afirman. Las inspecciones sin embargo, han aumentado: en Madrid, por ejemplo, se ha pasado de 13 expedientes (que dieron lugar a cuatro sanciones), en 1992, a 89, en 1993, de los cuales 78 acabaron en multa y 11 en cierre, seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno. En Le¨®n, sin embargo, no se ha producido ninguna denuncia tras los sucesos de Semana Santa. informa Marif¨¦ Moreno. En los ¨²ltimos seis meses se han realizado m¨¢s de 1.000 inspecciones en locales p¨²blicos de la provincia, aunque no se ha levantado en acta por este motivo.
Este consumo juvenil empez¨® a mediados de los a?os ochenta, seg¨²n los expertos. "Se ha impuesto claramente, en las generaciones m¨¢s j¨®venes, el modelo anglosaj¨®n de beber", afirma Domingo Comas, profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "Ha disminuido la edad y se ha concentrado en los fines de semana, en unas pocas horas por la tarde, y siempre en la calle", contin¨²a Comas.
El aumento de bebedores de 14 y 15 a?os es claro: en cinco a?os se ha duplicado el n¨²mero de los chavales entre 14 y 16 a?os que consumen una cantidad de alcohol equivalente a cinco litros de cerveza cada fin de semana (un 8,8% de todos los chicos de esa edad).
De los que beben habitualmente con menos de 16 a?os, un tercio consume menos de lo equivalente a un litro semanal de cerveza, otro tercio entre dos y tres litros, y alrededor de un 40% consume m¨¢s de esa cantidad.
Los comas et¨ªlicos y las intoxicaciones graves, sin embargo, no son lo m¨¢s preocupante, seg¨²n los expertos. "Son precisamente los que beben menos o de forma espor¨¢dica los que se cogen esas borracheras", afirma Jes¨²s Picatoste, especialista en medicina interna del Hospital Gregorio Mara?on de Madrid.
La edad media de la primera borrachera se sit¨²a en torno a los 13 a?os, seg¨²n revel¨® un estudio de 1990 editado por el Plan Nacional sobre Drogas. El 30% entre los 11 y los 16 a?os afirmaba haberse embriagado m¨¢s de una vez.
"La ley no basta, hay que alertar a las familias", afirma Angeles ?mador
El Ministerio de Sanidad est¨¢ "seriamente preocupado", en palabras de la actual ministra, ?ngeles Amador, por la extensi¨®n del consumo de alcohol y tabaco entre los m¨¢s j¨®venes. Ambos problemas son dos cuestiones de salud p¨²blica "prioritarias". "Pero la ley no basta, porque, la prohibici¨®n de vender alcohol a menores sencillamente no se cumple. Hay que alertar a las familias, que no consideran el alcohol algo tan grave", afirma ?ngeles Amador. La ministra de Sanidad insiste en que el esfuerzo debe ser sobre todo de educaci¨®n. "No podemos echarles la culpa a los chicos. Debemos ser capaces de explicarles la gravedad de estos comportamientos. Tienen mucha informaci¨®n sobre las drogas, pero hay una desprotecci¨®n total con el alcohol, a?ade Amador.Los expertos se muestran cautos con el aumento de bebedores. "Los adultos tienden a estereotipar a los j¨®venes. Dramatizar el consumo de los menores es una forma de tapar el de los adultos tambi¨¦n", opina Domingo Comas. "Ahora tienen m¨¢s libertad y m¨¢s dinero y el alcohol est¨¢ a su alcance, pero no son tan distintos de los adultos. Es importante no ser paternalistas en los inensajes", afirma Francisco Vargas, consejero t¨¦cnico de la Direcci¨®n General de Salud P¨²blica.
Ahora empieza incluso a manifestarse un sentimiento contrario al alcohol: en cinco a?os, se ha multiplicado por tres el n¨²mero de adolescentes abstemios, seg¨²n el estudio del Instituto de la Juventud. Un 12% de los chavales entre 14 y 16 pide que sea ilegal. "Llegan a los 20 a?os m¨¢s moderados. "Este puritanismo viene de los excesos y de haber vivido, de cerca o de lejos, accidentes de tr¨¢fico", seg¨²n Domingo Comas.
Dependencia f¨ªsica y ps¨ªquica
Las urgencias de los hospitales han notado el aumento de borracheras entre los adolescentes: viernes y s¨¢bados gotean de forma regular chicos y chicas sin control, sobre todo en Navidad, aunque los comas son muy raros. Los traen sus amigos, asustados al ver que no reaccionan con los trucos caseros del caf¨¦ con sal o la ducha fr¨ªa, o la propia polic¨ªa, que se los ha encontrado tirados en plena calle. Primero fueron las litronas, m¨¢s tarde el calimocho (coca-cola con vino). Lo ¨²ltimo son los chupitos: una bomba con cuatro clases de alcohol destilado y una pizca de zumo.Con cuatro cervezas al d¨ªa se supera la zona de riesgo en el consumo de alcohol. "Es una droga que genera dependencia f¨ªsica y ps¨ªquica. Es un t¨®xico y da igual que se mezcle o no. Lo importante es la cantidad de etanol (el componente qu¨ªmico del alcohol que tiene que asimilar el h¨ªgado)", explica Francisco Vargas, m¨¦dico y asesor del Ministerio de Sanidad.
El peligro es mayor para las mujeres, porque su organismo tiene menos capacidad para metabolizar el alcohol al producir una menor cantidad de la enzima necesaria en el est¨®mago.
El c¨®digo de circulaci¨®n permite un m¨¢ximo de 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre. Sin embargo, el organismo empieza a alterarse seriamente a partir de los 0,5 gramos por litro, con una disminuci¨®n de los reflejos y la capacidad de reacci¨®n. La tolerancia no es igual para todos los individuos y disminuye con el est¨®mago vac¨ªo.V¨®mito peligrosoCon el coma et¨ªlico (a partir de los cuatro gramos por litro en sangre) llega la inconsciencia, el no controlar los esfinteres y la falta de reacci¨®n a cualquier est¨ªmulo externo. "Es fundamental no provocar el v¨®mito en esta situaci¨®n, porque el paciente no tiene los reflejos de degluci¨®n y se asfixia con su propio v¨®mito", explica Jes¨²s Fermosel, jefe del servicio de urgencias infantiles del Hospital Gregorio Mara?on de Madrid.
Ante un coma, otro recurso prohibido es el ba?o en agua fr¨ªa: el alcohol baja la temperatura del cuerpo y puede producirse una brusca bajada de tensi¨®n que lleva al paro card¨ªaco. El consejo es acudir siempre al hospital. Normalmente estos casos no dejan secuelas y suponen una lecci¨®n para el chaval.
"Hasta ahora no se ha estudiado con precisi¨®n las consecuencias de un consumo habitual desde la adolescencia, pero hay grandes posibilidades de que una buena porci¨®n de los chicos que beben precozmente acaben siendo alcoh¨®licos", afirma Jes¨²s Picatoste.
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