Jose Luis Le¨®n, un presidente con prestigio que ceso sin causa justificada

Jos¨¦ Luis Le¨®n fue presidente de la Maestranza desde 1985 a 1992; en ese tiempo adquiri¨® un alto prestigio como autoridad en el palco y defensor de la pureza de la fiesta frente a los intereses y presiones de los taurinos. En 1993 fue cesado, junto a su compa?ero Gonzalo Jim¨¦nez, por necesidades del servicio que Le¨®n prestaba como inspector jefe de polic¨ªa, seg¨²n la explicaci¨®n ofrecida por sus superiores. En la actualidad est¨¢, a petici¨®n propia, en "segunda actividad" -paso intermedio entre el servicio activo y la jubilaci¨®n- y dedica su tiempo a la ense?anza en la Universidad de Sevilla como doctor en Psicolog¨ªa.Se sabe c¨®mo lleg¨® al palco presidencial -por buen aficionado, tras un a?o como secretario de actas y 13 como delegado gubernativo en la Maestranza-, pero no por qu¨¦ lo cesaron. Ante el hermetismo oficial sobre las verdaderas razones, parece claro que su independencia, la firmeza de sus criterios y la defensa de la labor de los veterinarios le convirtieron en una persona molesta. La suspensi¨®n de la Corrida de la Expo, en 1991, por falta de trap¨ªo de los toros, pudo ser determinante en su sustituci¨®n.

?l prefiere guardar silencio.

Prefiere, incluso, no comentar que sus compa?eros de todo el pa¨ªs le eligieron en su d¨ªa su representante ante el Ministerio del Interior, y la contradicci¨®n que supone que, a¨²n hoy, siga impartiendo conocimientos en cursos para presidentes.

Presiones e intereses Reconoce que la presidencia en la Maestranza ofrece un gran respeto y valoraci¨®n, aunque "hay muchos intereses y se reciben presiones que se resuelven bien cuando hay un criterio firme. Cuando piensas que has actuado correctamente", a?ade, "incluso se aguantan mejor las broncas". Afirma, convencido, que "el palco imprime car¨¢cter, y te obliga a profundizar en la fiesta". De hecho, dirige, junto al profesor Giner Ubago, una tesis doctoral sobre estructura de personalidad y perfil humano de los toreros.

Le¨®n se?ala que la visi¨®n de la fiesta desde el palco "es tensa, sin tranquilidad", y cree que el primer objetivo debe ser evitar una tragedia en el ruedo. Tiene claras, adem¨¢s, las cualidades que debe reunir un buen presidente: "Honradez, sensibilidad, afici¨®n, conocimientos, criterio y equilibrio emocional". Quiz¨¢, por eso, opina que no hay motivo para que un aficionado sustituya al funcionario, "porque la polic¨ªa" se?ala "ya encierra esas cualidades".

Cree que se debe modificar el Reglamento; que haya menos intervencionismo de la Administraci¨®n y continuidad en los equipos gubernativos y veterinarios. Sobre el afeitado opina que "es imprescindible un consenso entre Administraci¨®n, taurinos y ganaderos sobre la fiabilidad del m¨¦todo, y creo que estos son los primeros interesados en que se aclare la situaci¨®n".