Miguel Poveda: "Da rabia que digan que para ser buen cantaor debes ser del Sur, golfo o gitano"

Sorprende ver al cantaor Miguel Poveda vestirse de casteller y subir por la espalda de un compa?ero para construir una torre humana. Como sorprende escucharlo, con esa cara de buen chico y de muy joven, ele vando conclusiones contundentes. Poveda se alz¨® hace apenas ocho meses con un triunfo rotundo en el Concurso Nacional de Cante de las Minas, que le ha valido actuar en Madrid y -actividad que le ocupa estas ¨²ltimas semanas- rodar la pel¨ªcula de Bigas Luna La teta y la luna, pero tambi¨¦n someterse a las primeras cr¨ªticas: demasiado joven y limpio. Poveda responde:"Parece que para ser un buen cantaor o tienes que ser del Sur, o golfo, o gitano. Son esas cosas las que te dan rabia".

Y Poveda es catal¨¢n, nacido de padres payos andaluces en Badalona, un martes 13 de febrero de 1973. Y es guapo, con cara sana, de no haberse emborrachado nunca: "Si salgo puedo beber un poco, champa?a o algo, pero no he llegado nunca borracho a casa". En estos meses Poveda, por ejemplo, ha subido al escenario con gente que admira: Fosf¨®rito, Carmen Linares, Enrique de Melchor, y ha sentido "al principio miedo", pero luego le gust¨®, "como lo de subir a la torre humana", y ha descubierto lo que menos le gusta del mundo del flamenco: "Hay mucha droga".Menciona la droga y empieza a hablar de esa forma que uno usa cuando hace tiempo que tiene ganas de decir algo: "Eso es lo que da rabia. A otros cantaores les hace falta para cantar, y yo podr¨ªa criticar eso, como algunos critican que yo no viva de una forma determinada. Yo puedo decir muy alto que no necesito tomar droga para subirme a un escenario". A Poveda le cuesta entender que alguien se drogue hoy: "En estos momentos est¨¢ ya muy claro, se ve en televisi¨®n, lo que la droga hace".

"S¨¦ que soy joven"

"Yo s¨¦ que soy joven y que tengo mucho que aprender, y tambi¨¦n que he tenido d¨ªas malos, y acepto las cr¨ªticas que se me hacen esos d¨ªas", dice. Las que no acepta son "las de cr¨ªticos que no saben de flamenco", y poco despu¨¦s pregunta, preocupado: "Con todo esto que estoy diciendo quedar¨¦ como un est¨²pido, ?verdad?"."?Sabes qui¨¦n es mi dolo de la copla?, Isabel Pantoja", ataca el cantaor. La entrevista se hace entre repetici¨®n y repetici¨®n de secuencias, y a Poveda no le queda rastro de amargura por las quejas. De hecho, sus protestas tampoco fueron formuladas con amargura: "Es que ahora ten¨ªa ganas de decirlo", y se justifica: "Soy un poco rebeldillo".

Lo de la Pantoja -"mi ¨ªdolo es la Ni?a de los Peines y me atrever¨ªa a decir que la mejor cantaora que hay hoy es Maite Mart¨ªn", agrega- se explica por la afici¨®n a la copla de su madre. Su padre prefer¨ªa Pink Floyd, "pero ahora s¨®lo escucha flamenco, y sobre todo a Camar¨®n". Camar¨®n. ?Detesta Poveda que se diga que es el nuevo Camar¨®n? El joven es expresivo, asiente, mueve la cabeza de arriba abajo mientras sonr¨ªe: "Camar¨®n s¨®lo hab¨ªa uno. Yo no puedo ser Camar¨®n, yo quiero ser Miguel Poveda".

Pero Camar¨®n le gusta. ?Nunca sinti¨® la tentaci¨®n de pensar, antes de triunfar, que si quer¨ªa llegar a alg¨²n sitio deb¨ªa vivir como sus ¨ªdolos, experimentar el mundo de las drogas? Ni una duda. Poveda contesta: "Me da igual. Ante todo est¨¢ mi vida y mi salud. Y si para llegar a algo debo ser un golfo, prefiero dejarlo". Se le pregunta qu¨¦ har¨ªa entonces: "No s¨¦, administrativo".

Es esta ¨²ltima una declaraci¨®n para poner en cuarentena. Porque, la verdad, da la sensaci¨®n de que a Poveda lo ¨²nico que le interesa es el flamenco. No sabe qui¨¦n fue Kurt Cobain, el l¨ªder de Nirvana, que conmovi¨® con su suicidio a los j¨®venes de la edad de Poveda, y sus referencias de m¨²sica moderna no son, precisamente, de rabiosa actualidad: Alan Parsons, Mike Oldfleld. "?Grupos m¨¢s modernos? Es que hay algunos que tienen tela". Tampoco el cine le mata: "Esto ha sido un par¨¦ntesis".

De hecho, una, de las razones por las que acept¨® participar en La teta y la luna, donde hace de adolescente muerto de amor por la bella actriz francesa Mathilda May, es porque canta. "Es una forma de difundir el flamenco", asegura. El chico canta en el filme una dolorosa canci¨®n de amanecer enamorado -"pero no es flamenco"-, es casteller en las torres humanas y sobre todo -y eso es lo que le gusta- canta un martinete. ?Qu¨¦ es un martinete? "Es un cante que se canta a palo seco, sin guitarra ni nada, y que cantaban los frag¨¹eros", contesta, disculpando la ignorancia: "Mejor, as¨ª se difunde el flarnenco".

Lo que m¨¢s le gusta, el flamenco. Aunque, despu¨¦s de mucho preguntar, recuerda algo: "S¨ª que hay algo que me gusta mucho. Y es el verano, me encanta ir a la playa y ponerme muy moreno.".