"El apoyo del pueblo portugu¨¦s convirti¨® un movimiento militar en una revoluci¨®n"
Ernesto Melo Antunes confiesa que siempre le ha gustado hacer bien su trabajo. El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) y el pueblo portugu¨¦s pueden dar fe de que este antiguo comandante, que contaba 40 a?os en 1974, prepar¨® a con ciencia la sublevaci¨®n militar que devolvi¨® la democracia a Portugal. Ide¨®logo del 25 de abril, considerado m¨¢s un intelectual que un hombre de la milicia, Melo Antunes contempla hoy con sosiego y lucidez, des de una preciosa casa en Sintra, la revoluci¨®n de los claveles que cambi¨® Portugal. Retirado de la actividad p¨²blica desde hace tiempo tras haber sido subdirector general de la UNESCO, este militar de abril rinde un homenaje al manifestar: "El masivo y entusiasta apoyo del pueblo portugu¨¦s convirti¨® un movimiento militar en una revoluci¨®n". Melo Antunes subraya que las guerras coloniales en Africa aceleraron todas las contradicciones de la sociedad portuguesa en los a?os setenta. "El MFA surgi¨® con un programa pol¨ªtico claro y preciso", comenta, "que se resum¨ªa en la democratizaci¨®n del pa¨ªs, en la ruptura con la dictadura y en el final de las guerras coloniales. Todo ello explica que, al contrario de la mayor¨ªa de golpes militares, el 25 de abril fuera un pronunciamiento a favor de las libertades".
"La prolongaci¨®n de los conflictos ultramarinos", afirma, "que comenzaron en 1962 con aparici¨®n de guerrillas en Angola, Mozambique y Cabo Verde oblig¨® a convertir a muchos universitarios en oficiales en las colonias. El contacto entre los estudiantes y los militares de carrera fue creando una conciencia pol¨ªtica en un reducido grupo de oficiales. Esta minor¨ªa apunt¨® un camino y traslad¨® a cientos de compa?eros la convicci¨®n de que la dictadura estaba agotada".
Un aparato represivo concebido s¨®lo para la represi¨®n de formaciones pol¨ªticas de la izquierda, en especial el Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP), no advirti¨® el movimiento que se estaba gestando en las Fuerzas Armadas hasta poco antes del 25 de abril. "A la dictadura", dice Melo Antunes, "nunca se le pas¨® por la cabeza que su mayor peligro estaba en el Ej¨¦rcito". Tras m¨¢s de un a?o de conspiraci¨®n, la direcci¨®n del MFA decidi¨® en enero de 1974 que el golpe era imparable. La plataforma de consenso de los militares de abril se limitaba a poner las bases de una democracia occidental y a negociar con las guerrillas una soluci¨®n para los conflictos coloniales.
"Pero la participaci¨®n popular, con las masas en las calles, fue decantando posiciones entre los militares de abril en un proceso l¨®gico. Aparecieron las diferencias ideol¨®gicas en el MFA y todos los partidos, sobre todo el PCP y la extrema izquierda, intentaron controlar la situaci¨®n". No le agrada a Melo Antunes que se le tache de moderado y rebate con lucidez que se sit¨²a en la misma actitud ideol¨®gica que hace 20 a?os, es decir, en el ala izquierda de la socialdemocracia.
Ministro sin cartera en algunos gobiernos revolucionarios, Melo Antunes fue uno de los encargados de la descolonizaci¨®n y contesta con un punto de iron¨ªa a las cr¨ªticas que han llovido sobre su gesti¨®n en aquella ¨¦poca. "Cometimos errores, es cierto. Pero no conozco ninguna descolonizaci¨®n bien hecha porque tampoco conozco ninguna colonizaci¨®n bien hecha. Adem¨¢s, de las convulsiones posteriores en Angola y en Mozambique no nos puede culpar a los portugueses". Admite que Portugal mirada hacia Europa, "algo deseable e inevitable", pero lamenta que no se haya jugado un papel de puente con ?frica.
Cr¨ªtico con los a?os de gobiernos de centro-derecha, Melo Antunes confiesa un, cierto desencanto: "Me gustar¨ªa que hubiera m¨¢s participaci¨®n p¨²blica, m¨¢s garant¨ªas de los derechos de las minor¨ªas, menos interferencia de los poderes econ¨®micos en la pol¨ªtica".
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