Los nuevos bombardeos serbios convierten el hospital de Gorazde en un cementerio
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Los acuerdos son papel mojado para las fuerzas militares serbias de Bosnia. Su artiller¨ªa sembr¨® de nuevo el terror en el enclave musulm¨¢n de Gorazde. Tres certeros proyectiles dieron de lleno en el hospital y acabaron con la vida de 14 pacientes, y al menos otros 12 est¨¢n heridos. Otra granada cay¨® en un centro de refugiados junto al hospital: ocho muertos y 10 heridos. El primer ministro bosnio, Haris Silajdzic, telefone¨® ayer, molesto, al enviado especial del secretario general de la ONU, Yasushi Akashi, para manifestar su total rechazo al contenido del compromiso firmado en la noche del martes.
El pacto, considerado provisional por las Fuerzas de Protecci¨®n de las Naciones Unidas (Unprofor), reconoce el control de la margen derecha del r¨ªo Drina por los serbios bosnios. Este acuerdo tampoco le ha gustado a Akashi. "La ¨²nica soluci¨®n posible para salvar a Gorazde es que la comunidad internacional lance un ultim¨¢tum firme", a?ade.La redacci¨®n del acuerdo del martes es un ejemplo de lo que es un desprop¨®sito. El representante de Unprofor, V¨ªctor Andrev, jefe de Asuntos Civiles en Sarajevo, estamp¨® su firma en un documento que propone un alto el fuego en la margen izquierda del Drina, dejando de forma sorprendente la margen derecha fuera de todo compromiso. Ni siquiera ese papel, el primero con una r¨²brica de la ONU que otorga a los serbios un reconocimiento escrito de sus conquistas militares, ha sido respetado. Los disparos de los francotiradores y de los artilleros serbios se incrementaron durante el d¨ªa, alcanzando diversos objetivos.
Un tanque intent¨® aproximarse en vano a lo que se cree es una f¨¢brica bosnia de armamento. Los 141 cascos azules y personal m¨¦dico que esperaban ayer en el aeropuerto de Sarajevo la entrada en vigor del prometido alto el fuego para partir de inmediato hacia Gorazde, siguen sin moverse un palmo. No disponen todav¨ªa del permiso final de Pale.
Los serbios no cesaron de poner trabas a lo largo de todo el d¨ªa de ayer. Como exigir, por ejemplo, una lista detallada de los 141 miembros de Unprofor que tienen previsto desplazarse a Gorazde, o poner trabas porque los 20 veh¨ªculos blindados de transporte previstos en el convoy sean de fabricaci¨®n occidental.
La evacuaci¨®n de los heridos, cuyo n¨²mero y gravedad aumenta cada d¨ªa, sigue paralizada. Depende del alto el fuego. Un tercio de los cascos azules dispuesto a ir a Gorazde es personal sanitario noruego. Ellos, junto a los dos doctores de M¨¦dicos Sin Fronteras, los dos de la Cruz Roja y los cuatro civiles del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que trabajan ya en el interior son los que deben decir qui¨¦n debe ser evacuado y organizar todos los detalles de la operaci¨®n.
Fuentes de M¨¦dicos Sin Fronteras pidieron ayer una "tregua humanitaria", y denunciaron que los enfermos del hospital de Gorazde est¨¢n "abandonados a su suerte".
Yasushi Akashi sigue, mientras, en Zagreb, en su cuartel general. Ayer declin¨® amablemente una oferta del presidente serbio, Slobodan Milosevic, para mantener una reuni¨®n en Belgrado con ¨¦l mismo y con Radovan Karadzic. "Mi impresi¨®n es que no habr¨¢ m¨¢s contactos con el se?or Karadzic en los pr¨®ximos d¨ªas", asegura la fuente pr¨®xima a Akashi. "No podemos ni debemos sentamos con ¨¦l por ahora". "Estos se?ores [en referencia a los serbios bosnios] se han burlado de todos los acuerdos y para que nos podamos volver a sentar a hablar con ellos de nuevo deben cambiar antes de actitud y poner en pr¨¢ctica todo a lo que se han comprometido en la mesa de negociaciones", a?adi¨®.
"No creo", dijo una fuente pr¨®xima a Akashi, "que en Gorazde se pueda adoptar una zona de exclusi¨®n de 20 kil¨®metros, como la Sarajevo, pues as¨ª nos meter¨ªamos dentro de Montenegro. Tal vez con seis kil¨®metros sea suficiente para garantizar la seguridad y alg¨²n tipo de techo a la gente que se ha visto forzada a huir de sus aldeas en el enclave".
La liberaci¨®n de los observadores militares -todos menos tres que a¨²n permanecen desaparecidos- es un paso, pero insuficiente, aseguran en Unprofor. La devoluci¨®n de las 18 ca?ones antia¨¦reos, sustra¨ªdos de Lukavica, es otro avance, pero no indica un cambio de actitud. Ayer se supo que los serbios se llevaron un carro de combate de otro de los centros de armas pesadas bajo control de las fuerzas de la ONU.
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