El Grupo Ibercorp encubri¨® con un testaferro a los titulares de 1.000 millones en pagar¨¦s del Tesoro
"El dinero invertido en pagar¨¦s del Tesoro desde el antiguo despacho del agente de cambio y bolsa Manuel de la Concha, y despu¨¦s a trav¨¦s de la sociedad de valoresd el grupo Ibercorp y del Banco Ibercorp, pudo alcanzar una cifra cercana a los 3.000 millones de pesetas", se?ala un ex alto cargo del grupo. De esta cifra al menos un tercio figur¨® a nombre de una sociedad liquidada en 1979 y de una persona f¨ªsica que, en opini¨®n de quienes han llevado a cabo parte de las investigaciones en marcha, fue utilizada como testaferro para ocultar la verdadera identidad de los propietarios.
?sta es una de las zonas de investigaci¨®n que ha quedado paralizada por el momento como consecuencia de la presentaci¨®n de la querella de los fiscales encargados del caso Rubio. El despacho de Manuel de la Concha, como la mayor parte del resto de las oficinas de los agentes de cambio y bolsa y de las entidades financieras, actu¨® como intermediario para la compra de pagar¨¦s del Tesoro, que gozaban de opacidad fiscal al no existir la obligaci¨®n legal de comunicar al departamento de Hacienda la identidad de sus titulares.La cifra global, seg¨²n fuentes del propio grupo Ibercorp, pudo alcanzar en su momento m¨¢s alto los 3.000 millones de pesetas. Una parte de estos pagar¨¦s figuraba en la contabilidad interna del despacho de Manuel de la Concha, transformado en 1989 en Ibercorp Sociedad de Valores -y luego en la del Banco Ibercorp- a nombre de sus propietarios finales. Es a estos titulares a quienes corresponder¨ªa la responsabilidad final de haber declarado u ocultado el capital y los intereses a Hacienda.
Pero al mismo tiempo, y por la documentaci¨®n analizada hasta que se ha visto paralizada por la acci¨®n de la justicia, existi¨® lo que se ha venido a definir como una bolsa de dinero opaco fiscalmente que figuraba a nombre de Nalvisa y de una persona f¨ªsica que se perfila como una persona interpuesta para ocultar la verdadera identidad de los titulares. Esta parte pudo llegar a suponer una cifra cercana a los 1.000 millones de pesetas.
Pendiente del juez
Nalvisa, empresa que perteneci¨® a la familia de Manuel de la Concha y fue disuelta a finales de 1979, mantuvo hasta finales de 1988 (ocho a?os despu¨¦s de desaparecer) una cuenta de cliente del despacho de De la Concha que en su mejor momento lleg¨® a tener entre 350 y 400 millones de pesetas en pagar¨¦s del Tesoro. La cuenta, con ese saldo aproximadamente, pas¨® al Banco Ibercorp en ese a?o.
El resto del dinero, 600 millones de pesetas, invertido globalmente en pagar¨¦s del Tesoro, figuraba a nombre de una persona f¨ªsica de la que quienes han investigado desconf¨ªan que pudiera tener un patrimonio de ese montante, por lo que se considera que figuraba como testaferro de terceras personas, cuya identidad se quer¨ªa ocultar.
En esta cantidad de dinero, junto con la sociedad liquidada y el testaferro, se estaban centrando las investigaciones desde la Administraci¨®n, ahora paralizadas hasta que el juez encargado del caso decida qu¨¦ hacer con ellas. Al tiempo, Hacienda hab¨ªa empezado a comunicar a algunos poseedores e pagar¨¦s del Tesoro y de otras cuentas que podr¨ªan no haber sido declaradas la apertura de un proceso de inspecci¨®n.
Todo ello, en principio, ha quedado interrumpido, aunque, se se?ala en la Administraci¨®n, "la apertura de un proceso judicial permite que no se cuente el tiempo a efectos de prescripci¨®n para la inspecci¨®n".
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