El treno de los jud¨ªos se acerca a lo jondo

Lo m¨¢s nuevo de este espect¨¢culo fue el intento de Riqueni y Dino del Monte, con el cante de El Portugu¨¦s y las percusiones de Dantas y Bondo, de integrar en una m¨²sica el treno salmodiado de los jud¨ªos y el grito de lo jondo. Lo logran a veces, sobre todo en su apasionante creaci¨®n de la siguiriya, que se convierte en un verdadero canto religioso. Ram¨®n el Portugu¨¦s cant¨® mucho y bien, salv¨® alg¨²n exceso en el grito. Y despu¨¦s apareci¨® Aurora Vargas, que es un animal flamenco en estado puro y nos da lo de siempre con una convicci¨®n y una frescura que arrebatan. No le pidamos a Aurora academicismos, sobre todo en el baile, que es una verdadera explosi¨®n de intuici¨®n y. desgarro.El academicismo tuvo un nombre esa noche: Crist¨®bal Reyes. Gran bailaor y maestro de bailaores, va depurando su baile de todo lo convencional hasta convertirlo en un repertorio exhaustivo de pasos y soluciones complejos. Crist¨®bal Reyes es un gran virtuoso, pero el problema es de concepto del baile, pues una parte sustancial de lo que hace desborda lo flamenco. Su mujer en cambio, Juana Amaya, hizo un baile muy racial, no muy afinado t¨¦cnicamente pero de gran carga expresiva. Los sobrinos, Manuel y Antonio Reyes, bailaron sobre cantes a palo sec¨® con rigor, sobriedad y eficacia.