El pr¨®ximo presidente de Panam¨¢ airea su victoria electoral ante EE UU
Ernesto P¨¦rez Balladares, del torrijista Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD), se alz¨® el domingo con la presidencia de Panam¨¢ con el apoyo de un 33% de los votantes. El cantautor Rub¨¦n Blades, del movimiento alternativo Pap¨¢ Egor¨®, a quien los sondeos otorgaban un segundo puesto, fue superado en 11 puntos por el gubernamental Partido Arnulfista.
En su primera intervenci¨®n, con el escrutinio ya muy avanzado, P¨¦rez Balladares reivindic¨® la "dignidad nacional" paname?a y afirm¨® que a Estados Unidos, que puso fin -con la invasi¨®n del pa¨ªs en 1989- a la hegemon¨ªa de su partido, no le queda otra v¨ªa que aplaudir el "triunfo de la democracia".A falta del escrutinio del 10% de los votos, y contra todo pron¨®stico, la candidata arnulfista, Mireya Moscoso, que dice ser l¨ªder del "partido de Dios" y que encabeza una coalici¨®n de derechas, se ha alzado con el 28,8% de los sufragios, mientras Blades se tendr¨¢ que conformar con un 17,5%, a poco m¨¢s de un punto del otro candidato conservador, el anciano economista Rub¨¦n Carles, de la coalici¨®n Cambio 94.
"El PRD vuelve al poder", rezaba ayer la primera p¨¢gina de un diario paname?o. "S¨ª, s¨®lo que esta vez de forma legal", respond¨ªa al ejemplar un viandante evidentemente disgustado.
Etapa clave
El partido fundado por el general Omar Torrijos tras su golpe de Estado de 1968 y que se mantuvo en el poder mediante sonados fraudes en las elecciones celebradas en 1984 y 1989, recupera triunfal los destinos del pa¨ªs en una etapa clave: dentro de cinco a?os, el 31 de diciembre de 1999, Panam¨¢ obtendr¨¢ la soberan¨ªa sobre el canal y las tropas estadounidenses ya habr¨¢n abandonado las instalaciones militares que salpican el istmo desde su constituci¨®n como naci¨®n independiente.Vueltas de la historia, los herederos de Torrijos, como les gusta llamarse, culminar¨¢n pues el proyecto iniciado por el general con la firma, en 1977, de los tratados Torrijos-Carter [rubricados por el entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter]. El PRD se saca as¨ª con sumo gusto la espina clavada por Estados Unidos que, con la invasi¨®n de diciembre de 1989, puso fin a la dictadura del entonces hombre fuerte, el general Manuel Antonio Noriega, y a la hegemon¨ªa del partido.
Desde el primer momento, sin embargo, Toro Balladares se ha propuesto ahuyentar fantasmas y repite hasta la saciedad que el partido ya no es lo que era. Conserva del torrijismo la antorcha de "la defensa de los humildes" y el "patriotismo", pero el PRD, dice, se ha depurado y democratizado. "S¨®lo Dios, la piedra y los est¨²pidos no cambian", coment¨® en una reciente entrevista mantenida con un grupo de medios extranjeros, entre ellos EL PA?S. La correlaci¨®n de fuerzas internacionales ha cambiado, y el PRD es ahora menos radical que antes.
Retrato de Carter
Pese a encabezar un partido de esencias antiimperialistas, un retrato de Jimmy Carter preside su despacho. P¨¦rez Balladares, economista de 48 a?os, se form¨® en Estados Unidos. Pese a los postulados populistas del torrijismo, el Toro pertenece a la oligarqu¨ªa paname?a. El pr¨®ximo presidente dirigi¨® el City Bank durante cuatro a?os y ocup¨® entre 1978 y 1982 los ministerios de Hacienda y Planificaci¨®n Econ¨®mica, desde donde impuls¨® una pol¨ªtica de corte neoliberal. Pese a presidir una formaci¨®n que naci¨® como brazo pol¨ªtico del Ej¨¦rcito, rechaza la necesidad de unas Fuerzas Armadas paname?as, que fueron diluidas tras el derrocamiento de Noriega en una Fuerza P¨²blica de funciones b¨¢sicamente policiales.En su primer mensaje como presidente electo, Toro Balladares reivindic¨® "la dignidad nacional".y el nacimiento de Panam¨¢ como pa¨ªs "libre, independiente y soberano" (lo que todos los perredistas quer¨ªan o¨ªr). Pero a la vez se mostr¨® abierto a una eventual renegociaci¨®n de la presencia de las bases estadounidenses -que dan trabajo directo a 7.000 panamenos-, si ambos pa¨ªses "determinan esa necesidad".
Los actuales dirigentes del PRD silban cuando se les recuerda la etapa de Noriega, hoy condenado en Miami por narcotr¨¢fico. Todos aseguran haber luchado contra ¨¦l de una manera o de otra. El propio P¨¦rez Balladares, que fue jefe de campa?a del PRD en las delirantes elecciones de 1989, asegura que el general est¨¢ pol¨ªticamente muerto".
"Los militares secuestraron al partido para mantenerse en el poder y alguna gente del PRD los ayud¨®. Pero hemos pagado nuestro precio". ?Y que pasar¨¢ con estas personas? "No puedo convertirme en ¨¢rbitro de actuaciones pasadas de otros compa?eros. Podr¨¢n permanecer en el partido en tanto que respeten sus reglas". Para los colaboradores del general Noriega hoy encarcelados o exiliados asegura, taxativo, que no habr¨¢ amnist¨ªas ni indultos.
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