Mandela: "Dejemos que reine la libertad"

Mandela jur¨® a las 12.17 horas, m¨¢s de una hora despu¨¦s de lo previsto, porque el continuo goteo de delegaciones no hab¨ªa podido ser completado a tiempo. Ley¨® el texto de la jura despacio, sin emoci¨®n y cuando lo concluy¨® los alrededor de 5.000 invitados estallaron en aplausos, gritos y silbidos de aprobaci¨®n, mientras alguien lanzaba la consigna: "?Un Mandela, un presidente!" y se iniciaba espont¨¢neamente el canto de una de las muchas canciones que tienen a Mandela por protagonista.La directora de la ceremonia tuvo que pedir silencio para ceder la palabra a representantes de las confesiones hind¨², hebrea, musulmana y cristiana, que oraron por la paz y la justicia en la Sur¨¢frica que nace. Luego Mandela pronunci¨® un breve parlamento, seco y directo como todos los suyos, en el que record¨® las distintas razas que integran la sociedad surafricana y que participaron en la lucha contra la pol¨ªtica segregacionista, y felicit¨® tanto a los negros, como a los indios, blancos y mestizos que participaron en las elecciones. Manifest¨® su deseo de sacar provecho de esa "experiencia de un desastre humano que dur¨® demasiado, como fue el apartheid", y anunci¨® que su objetivo como presidente es "construir a una sociedad en la que todos puedan andar sin temor con la cabeza bien alta".

Pan, agua y sal

El presidente agradeci¨® el apoyo que en el pasado le brind¨® la comunidad internacional y a quienes combatieron el apartheid. Expres¨® su deseo de que esa colaboraci¨®n siga la lucha "por la prosperidad, el no racismo y la democracia" en Sur¨¢frica. "Que haya pan, agua y sal para todos", es como formul¨® Mandela su visi¨®n de la nueva Sur¨¢frica.

Tuvo tambi¨¦n un recuerdo para su antecesor en el cargo y segundo vicepresidente en el nuevo Gobierno, Frederick W. de Klerk, de quien dijo: "Aunque perteneci¨® al pasado, supo entrar en la historia de Sur¨¢frica como el mejor reformista y como uno de los mejores hijos de nuestro pa¨ªs". Mandela puso a De Klerk como ejemplo al insistir en la necesidad de la reconciliaci¨®n y le dedic¨® estas palabras: "Ha olvidado sus discrepancias para curar las heridas del pasado y apoyar con su esfuerzo".

La ceremonia se celebr¨® en el llamado Union Buildings, un complejo que alberga la sede del Gobierno en Pretoria, donde se concibi¨® y ejecut¨® la pol¨ªtica del apartheid, que tanto sufrimiento caus¨® a los surafricanos. A ella asistieron delegaciones de todo el mundo. Al menos 160 pa¨ªses enviaron a sus representantes que fueron testigos de una cadena de actos simb¨®licos.

El m¨¢s significativo fue el sobrevuelo del lugar por varias escuadrillas de aviones, como muestra de acatamiento del Ej¨¦rcito al nuevo presidente. La ceremonia concluy¨® con una nube con los colores del arco iris creada por el chorro de media docena de aviones que celebraban as¨ª el nacimiento de la nueva Sur¨¢frica multicolor.

Joe Slovo, presidente del Partido Comunista de Sur¨¢frica, asociado con el Congreso Nacional Africano (ANC) y futuro ministro de la Vivienda, lo comentaba una vez concluido el acto de traspaso de poderes del ¨²ltimo presidente blanco al primer presidente negro del pa¨ªs. "Lo que casi me ha hecho llorar han sido los aviones", dec¨ªa, sentado, dejando ver los calcetines rojos que prometi¨® llevar tanto en la primera sesi¨®n del nuevo Parlamento democr¨¢tico, el lunes en Ciudad del Cabo, como en la jura de Mandela como presidente.

El sobrevuelo de los helic¨®pteros y aviones fue uno de los momentos m¨¢s aplaudidos en la ma?ana de ayer en Union Buildings, cargada de simbolismo: todo lo que hab¨ªa sido prohibido y perseguido durante d¨¦cadas (personas, uniformes, tiras y plumas tribales, canciones, banderas y colores) estaba all¨ª presente y para quedarse.

El presidente fue el ¨²ltimo en ascender al podio donde se llev¨® a cabo la jura, de cara al selecto auditorio reunido en el hemiciclo que forma el conjunto de Union Buildings y de espaldas a la ciudad de Pretoria, en cuyo lejano horizonte asomaba la inmensa mole del monumento a los Voortrekers, los afrik¨¢ner que huyeron de la presi¨®n brit¨¢nica hacia el interior del pa¨ªs a principios del siglo pasado para defender su propia cultura. Este monumento encarna en buena medida la esencia del racismo que ha maltratado Sur¨¢frica durante siglos.

Acatamiento del Ej¨¦rcito

Mandela fue recibido en el lugar por toda la c¨²pula de las Fuerzas Armadas surafricanas, seis generales blancos a los que se sum¨® un s¨¦ptimo representante del ya disuelto brazo armado del Congreso Nacional Africano (ANC), el partido que ¨¦l dirige, en un acto simb¨®lico de amalgama y acatamiento del Ej¨¦rcito al nuevo presidente, contra cuyos ideales pol¨ªticos estuvo movilizado durante a?os. Mandela aprovech¨® su alocuci¨®n para elogiar a "las fuerzas de seguridad por el papel jugado en garantizar las elecciones libres y la transici¨®n a la democracia".

Fue en esta atm¨®sfera de compenetraci¨®n y entendimiento en la que los aviones sobrevolaron a los reunidos, que no pudieron evitar aplaudir con fuerza lo que todos interpretaron ¨ªntimamente como el acatamiento y apoyo por parte de los militares al nuevo orden constitucional surafricano.

S¨®lo un incidente rompi¨® la t¨®nica festiva que domin¨® toda la jornada de ayer. El conductor de un veh¨ªculo particular perdi¨® el control de su coche y se precipit¨® entre los participantes en una fiesta callejera para celebrar la investidura en la localidad de Sebokeng, al sur de Johanesburgo, provocando la muerte de dos personas. Al menos otras 14 personas resultaron heridas.