"La m¨²sica actual refleja la tiran¨ªa de la abundancia", dice Bob Geldof .
El cantante irland¨¦s act¨²a hoy en Madrid presenta su ¨²ltimo disco recopilatorio
En 1976, Bob Geldof aparec¨ªa al frente de sus Boorntown Rats como enlace entre el punk y la nueva ola. Despu¨¦s, proyectos ben¨¦ficos como Live aid, contra el hambre en Etiop¨ªa, mantuvo su nombre en candelero ?candidato a Nobel de la Paz!-, para despu¨¦s caer en una etapa de oscuridad. Ahora acaba de publicar un disco recopilatorio, Loudmouth, y act¨²a hoy en la Casa de Campo de Madrid, junto a Antonio Vega y Texas, lo que le permite volver a sacar el l¨¢tigo: "La m¨²sica actual refleja la tiran¨ªa de la abundancia".
Cuando Bob Geldof regres¨® al Reino Unido en 1985, tras un viaje por ?frica para repartir los 11.500 millones de pesetas recaudados en Live aid, todos le llamaban San Bob. Viv¨ªa su mejor momento. Atr¨¢s hab¨ªan quedado sus trabajos como periodista, conductor de tractores y profesor de ingl¨¦s en Murcia a principios de los a?os 70. Hab¨ªa conseguido por su labor ben¨¦fica el t¨ªtulo de caballero del Imperio Brit¨¢nico. Hoy, este irland¨¦s de Dubl¨ªn tiene 39 a?os y mantiene aquello que dec¨ªa hace cuatro a?os: "El sentimiento de la m¨²sica actual es est¨²pido"."S¨ª", confirma tajante. "Trato de encontrarle el alma al tecno, y creo que es posible que una persona tenga una relaci¨®n emocional con el ordenador, como con una guitarra, pero se ve pocas veces. Quiz¨¢ en Kraftwerk. Pero la mejor manera de escuchar la m¨²sica ambiental que se hace hoy es tomando las drogas adecuadas. Entonces todo tiene sentido. Hasta esta mesa". Geldof se?ala una vulgar mesa de recepci¨®n de hotel y contin¨²a: "La m¨²sica pop refleja el momento actual y lo define. Pero no puedo estar de acuerdo en lo que est¨¢ reflejando".
Simult¨¢neamente a la publicaci¨®n de Loudmouth, acaba de editar Bob Geldof goes Gocondiwindi, un v¨ªdeo que retrata 86 minutos de una actuaci¨®n en Australia, ante un p¨²blico borracho hasta las cejas. "Es el tipo de gente que tengo", dice ufano. "La vida es muy dura y, como en San Ferm¨ªn, se sueltan la melena una vez al a?o. Pero no hay violencia ni amenazas".
En este v¨ªdeo, Geldof aparece tal como se presentar¨¢ hoy en Madrid; con una banda t¨ªpica del folk-rock (viol¨ªn, acorde¨®n, guitarras el¨¦ctricas, bater¨ªa... les un . gran, grupo", dice) y una m¨²sica festiva y bailable. "Quer¨ªa volver a una m¨²sica fundamental: la tradici¨®n irlandesa y el rhythmn and blues. Mi idea es recuperar la espontaneidad, el esp¨ªritu y la naturalidad como reacci¨®n directa a lo que escucho en la radio. Como en 1976, cuando naci¨®. Boorntown Rats y todo lo que sonaba era basura, Si la m¨²sica pop no dice nada a la gente, est¨¢ muerta. Por eso comenzamos a tocar b¨¢sica".
Geldof recuerda cuando Bounnown Rats aparecieron en octubre de 1976. Y se apresura a dejar bien claro -como de pasada, eso s¨ª- que los Sex Pistols lo hicieron un mes m¨¢s tarde. Tres a?os m¨¢s tarde Geldof aparec¨ªa al frente de sus Boomtown Rats cantando la historia real de Brenda Spencer, la colegiala que dispar¨® sobre sus compa?eros porque no le gustaban los lunes. Era la canci¨®n I don't like, mondays, que continu¨® el ¨¦xito de Rap trap (1978).
Revelaci¨®n
Boob Geldof retrocede m¨¢s a¨²n para remontarse a recuerdos de Bob Dylan, Van Morrison, Rolling Stones, Muddy Waters, Woody Guthrie... "El momento de la gran revelaci¨®n fue cuando ten¨ªa 13 a?os y escuch¨¦ en un club a John Lee Hooker. Sub¨ª a tocar la arm¨®nica con ¨¦l", sue?a despierto. Pero pronto vuelve a la realidad."La m¨²sica de hoy no tiene significado ni alarma", continua. "Refleja la tiran¨ªa de la abundancia, como dec¨ªa Galbraith. Una existencia entre algodones, en la que s¨®lo sabes que est¨¢s vivo cuando sientes dolor. Y el sonido que refleja eso es el de Nirvana".
Es el discurso que se espera de Bob Geldof-, ¨¦l lo sabe y termina r¨¢pidamente: "Buen coche, nevera repleta, trabajo seguro, carrera universitaria... Eso representa la m¨²sica que se escucha hoy. No hay reto. Ya no necesitamos ni a los pol¨ªticos. Es fin de siglo".
Babelia
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