El sospechoso suicidio de los hermanos Saincene
Los fallecidos hab¨ªan asegurado que ten¨ªan pruebas de un caso de corrupci¨®n pol¨ªtica en Francia

El pasado 12 de mayo, dos hermanos fueron hallados muertos en un garaje del sur de Francia. Aparentemente, un doble suicidio. Pero los hermanos F¨¦mand y Christian Saincene hab¨ªan advertido a su familia y a un abogado que alguien pod¨ªa intentar suicidarles antes de que lograran entregar a un juez las pruebas de que dispon¨ªan sobre la financiaci¨®n ilegal de un partido pol¨ªtico. El juez Renaud- Van Ruyinbeque, especializado en perseguir el dinero sucio de los partidos, confirm¨® que los Saincene se hab¨ªan puesto en contacto con ¨¦l. Y agreg¨®: "La corrupci¨®n pol¨ªtica se est¨¢ convirtiendo en un problema grav¨ªsimo para Francia".Femand y Christian Saincene murieron en el Var, la misma regi¨®n mediterr¨¢nea donde en marzo fue asesinada a tiros la diputada Yan Piatt, supuestamente por alguien que quer¨ªa silenciar sus denuncias contra la corrupci¨®n. La investigaci¨®n sobre la muerte de Piatt parece cambiar de direcci¨®n estos d¨ªas ante la acumulaci¨®n de indicios sobr¨¦ la inocencia de los dos matones locales que permanec¨ªan detenidos por el asunto. La polic¨ªa no ha logrado cazar al aut¨¦ntico, culpable, pero sus pesquisas han confirmado lo que se sospechaba desde hac¨ªa tiempo: que el entramado pol¨ªtico del Var flota sobre un lago, de corruptelas y connivencia con la mafia local. Y ahora, en una regi¨®n apodada Var- West porque en ella parecen dominar las pistolas sobre la ley, aparece el caso Saincene.
La hip¨®tesis del suicidio se ve respaldada en principio, por la autopsia. Seg¨²n los forenses, los dos hermanos se tomaron un narc¨®tico, se encerraron en un coche dentro del garaje y utilizando una manguera para conectar el tubo de escape con el habit¨¢culo se dejaron morir por inhalaci¨®n de gas carb¨®nico. No se encontr¨® ning¨²n indicio m¨¦dico que hiciera pensar en otra cosa. Pero fuera de la autopsia todo son dudas. Fernand Saincene se hab¨ªa visto implicado en 1992 en un sonado asunto de. fraude fiscal, a¨²n en proceso, por el que y a hab¨ªa sido condenado Claude Gaudin, senador del Partido Republicano (conservador) y presidente regional de Provenza. Saincene estaba procesado como presunto intermediario de un grupo de empresarios y pol¨ªticos, y el fiscal ped¨ªa para ¨¦l una condena de cuatro a?os de c¨¢rcel. ?Pudo inducirle eso al suicidio? ?Y por qu¨¦ tambi¨¦n a su hermano Christian, ajeno por completo a esos asuntos?
Femand Saincene hab¨ªa advertido a sus padres y a su novia: "Si os dicen que he muerto por accidente o suicidio, no lo creais. Se tratar¨¢ de asesinato". Los padres no creyeron, por tanto, la, tesis del suicidio, y presentaron una denuncia por doble homicidio. Fernand Saincene era conocido, sin embargo, como un hombre tendente a la megalomania y a la paranoia.
Pero, a pesar de todos los indicios ?c¨®mo logr¨® introducir en la locura a su hermano, un hombre equilibrado del que no se conoc¨ªan problemas personales ni econ¨®micos? El propio fiscal -encargado del caso, Jean-Marie Huet, coment¨® que se trataba de un acontecimiento rar¨ªsimo
El abogado de Femand Saincene, Yves Soulas, afirm¨® a su vez. que Christian, "un hombre ponderado", "no habr¨ªa seguido jamas a Femand en un suicidio de ese estilo.
Carta a un juez
El 1 de mayo, Femand Saincene remiti¨® al juez Van Ruyinbeke una carta en la que afirmaba: "S¨¦ que usted se interesa en la financiaci¨®n oculta de los partidos pol¨ªticos. Respecto a esa financiaci¨®n oculta, tengo pruebas". Y a?ad¨ªa m¨¢s adelante: "Actualmente, ayudado por mi hermano Christian, nos dedicamos a trasladar con frecuencia las pruebas en nuestro poder a fin de guardar su confidencialidad, de preservarlas y de preservamos a nosotros mismos".Van Ruyinbeke es un juez de Rennes (noroeste de Francia) que se ha hecho popular por su tenacidad en la persecuci¨®n de las corruptelas financieras de los partidos. Su elecci¨®n como depositario de las supuestas pruebas estaba, por tanto, justificada. Al conocer la muerte de los Saincene, hizo p¨²blica la carta y se mostr¨® dispuesto a comparecer como testigo en la investigaci¨®n sobre el presunto suicidio. Insisti¨® una vez m¨¢s en que la corrupci¨®n pol¨ªtica estaba alcanzando un nivel "grav¨ªsirno".
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