Las diferencias en el Gobierno alem¨¢n marcan la elecci¨®n del nuevo presidente
La elecci¨®n de presidente federal alem¨¢n, que se celebra hoy en Berl¨ªn, se ha convertido en piedra de toque sobre la solidez de la coalici¨®n de centro-derecha, entre democristianos (CDU-CSU) y Liberales (FDP), que gobierna desde hace casi doce a?os en Bonn. El candidato presidencial democristiano, Roman Herzog (CDU), de 60 a?os, actual presidente del Tribunal Federal Constitucional, cuenta con casi todas las posibilidades de resultar elegido nuevo presidente de Alemania, al menos en la tercera vuelta de la votaci¨®n en la Asamblea Federal.
La presencia de una candidata de los liberales, Hildegard Hamm-Br¨¹cher (FDP), de 73 a?os, y del popular aspirante socialdem¨®crata Johannes Rau (SPD), de 63 a?os, presidente del Estado federado de Renania del Norte-Westfalia, deja abierta la puerta a una sorpresa en una votaci¨®n secreta. El cuarto candidato, que presentan Los Verdes, el profesor Jens Reich, de 55 a?os y sin partido, no tiene posibilidad alguna.El presidente federal es en Alemania una especia de reina de Inglaterra. Reina y no gobierna. Escarmentados por la mala experiencia de la Rep¨²blica de Weimar, cuando el jefe del Estado abri¨® las puertas del poder a un canciller llamado Adolf Hitler, los padres de la Constituci¨®n de la Rep¨²blica Federal de Alemania redujeron los poderes del presidente federal, al que no elige de forma directa el pueblo, sino una Asamblea Federal que se convoca exclusivamente con ese fin y se disuelve a continuaci¨®n
Pese al escaso poder del presidente, el cargo ha planteado problemas en m¨¢s de una ocasi¨®n a lo largo de la historia reciente. Por lo general, los roces entre el presidente y el canciller se han resuelto a favor. del titular del Ejecutivo. No obstante, el presidente, en ocasiones, ha sabido convertir su cargo en una instancia moral, por encima de las luchas partidistas, y ha creado problemas al Gobierno. En Bonn es un secreto a voces que entre el actual presidente, Richard von Weizsacker, y su correligionario el canciller Helmut Kohl no existe una simpat¨ªa especial.
Votaci¨®n-bar¨®metro
La elecci¨®n presidencial ha sido en ocasiones un bar¨®metro para indicar el cambio de rumbo en la coalici¨®n de Gobierno de Bonn. As¨ª ocurri¨® en 1969, la ¨²ltima vez que se celebr¨® la Asamblea Federal en Berl¨ªn antes de la unificaci¨®n de Alemania. La elecci¨®n en aquella ocasi¨®n en tercera vuelta del sociadem¨®crata Gustav Heinemann (SPD) con los votos de los liberales (FDP) abri¨® las puertas a la coalici¨®n SPD-FDP que llev¨® al poder a Willy Brandt y dio paso a la ostpolitik de apertura al Este.
Si hoy se eligiese presidente por votaci¨®n popular, la cuesti¨®n estar¨ªa resuelta a favor de Rau, candidato del SPD. Las encuestas que plantean una elecci¨®n simulada dan a Rau (SPD) un 45% de adhesi¨®n popular; al candidato democristiano Herzog (CDU), s¨®lo un 18%, igual que a la liberal Hamm-Br¨¹cher (FDP). A un 16% no le agrada ninguno de los candidatos.
Pero los llamados a elegir presidente federal son 1.324 electores. Los democristianos (CDUCSU) tienen 619 y le faltan 39 para la mayor¨ªa absoluta necesaria en las dos primeras vueltas. Si se mantienen las fidelidades partidistas en las dos primeras vueltas, Herzog (CDU) no debe conseguir una mayor¨ªa absoluta y deber¨¢ esperar a la tercera, cuando ya basta la mayor¨ªa simple.
La incertidumbre se basa en que la votaci¨®n es secreta y hay dudas sobre la postura de algunos electores democristianos procedentes del Este, que podr¨ªan expresar con un voto contra Herzog su descontento.
A esto se a?ade que los liberales (FDP) est¨¢n divididos, y, ya hay varios que han declarado que bajo ning¨²n concepto votar¨¢n por Herzog, a quien consideran excesivamente conservador. Si, contra todo pron¨®stico, Roman Herzog no saliese elegido, la coalici¨®n que gobierna en Bonn entrar¨ªa en una crisis seria a cinco meses de las elecciones federales.
Herzog no es un candidato muy atractivo. Ha sido presentado por los democristianos como soluci¨®n de emergencia ante el fracaso del primer intento de sacar adelante un presidente de la antigua Alemania del Este. Tampoco ha contribuido mucho a mejorar su imagen en los ¨²ltimos d¨ªas con un toque de liberalidad. Sus declaraciones sobre la conveniencia de que se vayan del pa¨ªs los trabajadores extranjeros que no quieran la nacionalidad alemana han sembrado dudas sobre si posee el talante adecuado para el cargo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.