Indur¨¢in levanta los interrogantes

Si se lo propusiera, quiz¨¢s Miguel Indur¨¢in ser¨ªa el mejor sprinter del mundo. S¨®lo la especializaci¨®n de los velocistas le super¨® ayer en una recta inmensa batida por el viento. Especialistas que hab¨ªan hecho los ¨²ltimos kil¨®metros resguardados por sus gregarios, por sus compa?eros lanzadores, esos que les llevan de fa mano hasta los ¨²ltimos metros. Y frente a ellos, esos que se juegan el sueldo en estos menesteres, apareci¨® Indur¨¢in. "Yo no he entrado al sprint porque ya no ten¨ªa fuerzas", dijo el l¨ªder, Eugeni Berzin. Tampoco entr¨® Gianni Bugno, el tercer protagonista de los ¨²ltimos kil¨®metros. Entr¨® Indur¨¢in, el hombre que en los ¨²ltimos 10 kil¨®metros hab¨ªa puesto a todo el pelot¨®n a m¨¢s de 60 por hora. Una demostraci¨®n y varias interpretaciones.La demostraci¨®n fue as¨ª: soplaba un viento lateral de mil demonios por las llanuras, casi castellanas, de Puglia; hab¨ªa miedo de que el pelot¨®n se rompiera, de que hubiera un corte imprevisto y ocurriera lo del d¨ªa anterior: todo el equipo, a desgastarse por una fuga que les hab¨ªa pillado en babia; o sea, Indur¨¢in, todo el tiempo atento, por delante. Su aliado t¨¢ctico Gianni Bugno, tambi¨¦n y, adem¨¢s, con ganas de juerga. Mand¨® a su ucranio de confianza, Utschakov, a que tirra con fuerza, por delante de ¨¦l. Vio Indur¨¢in a los de, amarillo chill¨®n all¨ª, y, llevado por Nijboer, se coloc¨® en su sitio. Berzin tambi¨¦n estaba atento.

Carrusel de grandes

Y entre los tres se montaron el carrusel: lo nunca visto: los tres grandes favoritos relev¨¢ndose en cabeza al final de una etapa llana y llev¨¢ndose al pelot¨®n quieras o no quieras, y parti¨¦ndolo en cien pedazos. Y Berzin dijo enseguida que con ¨¦l no iba la cosa, pero Bugno e Indur¨¢in, erre que erre: a 60 por hora. La ¨²ltima curva, la m¨¢s peligrosa, la tom¨® en cabeza Indur¨¢in, y sinti¨® de lleno el viento de cara. Pero continu¨® con esa imagen de potencia que da cuando se le ve grande. Y hasta crey¨® que pod¨ªa ganar. Y se dej¨® adelantar un poco, cogi¨® la rueda de Uwe Raab y luego salt¨® decidido a ganar. "No era peligroso", explic¨®. "Y cre¨ª que pod¨ªa ganar, pero los velocistas son m¨¢s r¨¢pidos y calculan mejor las distancias", dijo. A Indur¨¢in se le hizo muy larga la recta. Y no fue espectador de la llegada, sino actor. Apenas pudo ver como a Abduyap¨¢rov se le met¨ªa la gorra entre los radios y le obligaba a frenar; ni c¨®mo en la ¨²ltima raya el golpe de ri?ones de Leoni le daba los mil¨ªmetros necesarios para rendir a Baldato.

Interpretaciones, dos: "Me he visto delante y he intentado ganar. Nada m¨¢s. El sprint con Bugno y Berzin lo disputar¨¦ en los Dolomitas", palabras de Indur¨¢in. "Indur¨¢in tiene miedo; algo no marcha en ¨¦l y ha intentado coger los 12 segundos de bonificaci¨®n para descontar", palabras de (Berzin).