Gica Hagi

Gica Hagi nos devolvi¨® en la madrugada del domingo la verdad m¨¢s evidente del f¨²tbol. La m¨¢s evidente, pero olvidada con mucha frecuencia a mayor gloria de los entrenadores y sus flechas en papeles y pizarras: no hay sustituto para el talento individual. Para el buen f¨²tbol, nada mejor que un buen futbolista. O varios, si se puede.Frente a uno de los equipos mejor organizados del mundo, Colombia, Hagi se sali¨®.?Y qu¨¦ hizo? Pues algo que Clemente, Benito Floro o Beenhakker dir¨ªan que es jugar an¨¢rquicamente: bajar a buscar, encarar, regatear, arriesgar la posesi¨®n del bal¨®n constantemente; ser imprevisible, en definitiva. El saldo fue un golazo que quiz¨¢ acabemos considerando el mejor del Mundial, aunque es prematuro decirlo, y dos pases de gol a Raducioiu. El saldo fueron tres goles y tres puntos, y algo mejor: hora y media de disfrute para la afici¨®n de todo el mundo.

El Madrid no lo acept¨® por an¨¢rquico. Cuando el primer batacazo en Tenerife, el Madrid iba por delante en el marcador con un gol de Hagi m¨¢s otro que ¨¦l mismo facilit¨® a Hierro, pero Beenhakker le sustituy¨® por an¨¢rquico. El Madrid perdi¨® la Liga. Lleg¨® Floro con su dibujo bajo el brazo y larg¨® a Hagi, que no le entraba en el dibujo. (En busca de rellenar ese dibujo fich¨® en dos a?os a Nando, Zamorano, Mart¨ªn V¨¢zquez, V¨ªtor, Alkorta y Dubovsky).

Desde que se fue, Hagi ha pasado dos temporadas en la liga italiana, en el modest¨ªsimo Brescia. Una para bajar a Segunda y otra para volver a Primera. Casi le hab¨ªamos perdido de vista, hasta que golpe¨® de nuevo nuestra sensibilidad de aficionados en la madrugada del domingo gracias, simplemente, a un entrenador que no se cree m¨¢s importante que los jugadores de talento. Un entrenador que le habr¨¢ dicho: "Juega como quieras, haz lo que sabes", y a los dem¨¢s: "Seguid a Gica en todo lo que se le ocurra y ganaremos".

[El Madrid se est¨¢ luciendo: en el Mundial ya se han salido tres emigrados: Ca?izares, repescado a golpe de bolsillo, Caminero y Hagi].