Maxweil Smart, cenutrio
Dig¨¢moslo claro: Maxwell Smart es un cenutrio. Confiarle la seguridad del mundo libre es la decisi¨®n m¨¢s disparatada que jam¨¢s se haya tomado en Control. Pero, afortunadamente para el mundo libre, la perversa organizaci¨®n Caos est¨¢ compuesta por unos elementos que convierten al bueno de Maxwell en un cl¨®nico de Einstein. Las batallitas entre Caos y Control son de lo m¨¢s divertido que jam¨¢s se haya emitido por televisi¨®n. Casi 30 a?os despu¨¦s del rodaje, los episodios de El superagente 86 -La 2, de lunes a viernes, a las 20.30- siguen haci¨¦ndonos reir como cuando llev¨¢bamos pantal¨®n corto.Para empezar, los guiones, brillantes y cargados de gags. Para continuar, los actores. Don Adams jam¨¢s ha tenido algo parecido a una carrera cinematogr¨¢fica (con la excepci¨®n de los largometrajes del superagente 86 que se rodaron a mediados de los 70 y en los que nuestro hombre, con el pelo te?ido y unos horrendos pantalones de pata de elefante, rozaba la decrepitud del capit¨¢n Kirk, el se?or Spock y dem¨¢s tripulantes de la nave interestelar Enterprise), pero el papel de Maxwell Smart le ven¨ªa como anillo al dedo. Era el in¨²til m¨¢s grande de la historia del cine. Llamarse Smart (en ingl¨¦s, astuto) no era m¨¢s que una broma de sus creadores.
Su fascinante estupidez, que agota la paciencia de su sufrido jefe (Edward Platt), le llevar¨ªa a la ruina cada semana sino fuera por su paciente esposa, la agente 99 (B¨¢rbara Feldon). Aunque, para Maxwell su mujer no tenga ninguna importancia ("Soy Maxwell Smart y est¨¢ es mi mujer, la se?ora de Maxwell Smart") a nadie se le escapa que 99 es mucho m¨¢s lista que su marido y siempre consigue evitar las cat¨¢strofes a las que Max se lanza de cabeza.
86 y 99 componen un d¨²o c¨®mico de primera magnitud y son lo mejor que ha salido de la mente de Mel Brooks, un hombre cuyo paso a la pantalla grande ha consistido en una serie de pel¨ªculas est¨²pidas y sin gracia (salvemos, por los pelos, ?Que asco de vida!, pero reconozcamos que El jovencito Frankenstein est¨¢ supervalorada y que La loca guerra de las galaxias era vomitiva). Pero en los a?os 60 Mel Brooks demostraba un talento que luego no ha sabido encauzar. Gracias a ese talento (y al de Buck Henry y todos los guionistas), El superagente 86 (t¨ªtulo original: Get smart; es decir, H¨¢gase astuto o Traigan a Smart) resiste el paso de los a?os y consigue que cualquier zapeador profesional deje en paz al mando a distancia cada vez que se cruza en la pantalla con el obtuso careto de Max.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.