Venci¨® al calima
Sin espectacularidad pero con toda brillantez musical, se clausur¨® el festival granadino. Todo se resolvi¨® con la voz verdadera mente de oro de Ruggero Raimondi, acompa?ado por el pianista espa?ol Edelmiro ArnaltesEl programa estaba bien pensado y presentaba m¨²ltiple atractivos. Para empezar, las dos caras de Bellini -¨®pera y canci¨®n-. El belcantismo belliniano, acaso el ¨²nico que merece tal nombre si apuramos las cosas tiene en Raimondi un int¨¦rprete sobrio y l¨ªrico, que deja fluir las melod¨ªas sin imponerles el cors¨¦ de su criterio. Despu¨¦s, Franz Liszt, en dos lieder sobre V¨ªctor Hugo y tres sonetos de Petrarca, que suelen oirse en la versi¨®n pian¨ªstica, tan genial como la vocal. El cantante bolo?¨¦s se alz¨® grande y noble, venciendo incluso la sequedad del calima y los 42 grados de temperatura. Se repleg¨® m¨¢s tarde en Extasis, Rosamunda y la celeb¨¦rrima Invitaci¨®n al viaje, sobre Baudelaire, que Henri Duparc trat¨® con la genialidad de lo poco y bueno.
Festival de Granada
Recital de R. Raimondi, bajo, y E. Arnaltes, pianista. Obras de Bellini, Liszt, Duparc, Ibert y Faur¨¦. Palacio de Carlos V. Granada, 3 de julio.
Jacques Ibert es m¨²sico no bien conocido en Espa?a a pesar de su sincera hispanofilia. Las Canciones de Don Quijote a Dulcinea son aut¨¦nticas, expresivas y hermosas. Raimondi hace de ellas una creaci¨®n a fuerza de ahondar en la fidelidad. Colabor¨® Arnaltes con justeza pero con muy relativa calibraci¨®n de los matices din¨¢micos, en contra de la sutileza con que los marcaba el cantante. ?xito claro y expectaci¨®n ante el programa del pr¨®ximo festival, que ser¨¢, verdaderamente, el primero del director Alfredo Aracil.
Babelia
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