'El 'affaire Ruanda'
?POR QU? ha intervenido Francia en Ruanda? ?Por qu¨¦ 2.600 soldados franceses han establecido un cord¨®n sanitario en una parte del pa¨ªs, impidiendo la conquista total del mismo por los tutsis contra el Gobierno dominado por la etnia hutu?La explicaci¨®n m¨¢s obvia es que se ha producido por razones humanitarias. Las im¨¢genes de las matanzas de la guerra tribal son terribles y la carnicer¨ªa hab¨ªa alcanzado unas dimensiones insoportables. Por ello, la opini¨®n p¨²blica francesa ha apoyado masivamente la acci¨®n de su Gobierno, presentada como un intento de evitar el genocidio de la minor¨ªa tutsi a manos de la mayor¨ªa hutu, como respuesta al estallido de una rebeli¨®n tutsi. Pero tambi¨¦n conviene recordar que es ¨¦sta la und¨¦cima intervenci¨®n militar francesa en el ?frica negra desde las independencias a finales de los a?os cincuenta. Es notorio que Francia tiene una cierta querencia a imponer un orden, si bien ef¨ªmero, en esta parte del mundo.
No hab¨ªa otros Estados dispuestos, por otra parte, a suministrar las tropas para llevar a t¨¦rmino una reciente resoluci¨®n de la ONU pidiendo el env¨ªo de un contingente de 5.500 hombres a la ex colonia belga como fuerza de paz a interponer entre los dos bandos. No ha sido exactamente ¨¦sa, sin embargo, la intenci¨®n del contingente expedicionario.
Los soldados franceses han sellado una parte de Ruanda para dar asilo a los refugiados de cualquier etnia en fuga del terror, pero, tambi¨¦n, para bloquear las posibilidades ¨²ltimas de victoria de los rebeldes tutsis. Si a ello a?adimos que los Gobiernos hutus han recibido sistem¨¢ticamente el apoyo militar y econ¨®mico de Par¨ªs, cabe sospechar que la operaci¨®n no es s¨®lo humanitaria. y que los recelos de los l¨ªderes tutsis sobre las intenciones francesas ten¨ªan cierto fundamento.
Hay otras razones, sin embargo, muy coyunturales pero decisivas, que han impulsado la celeridad francesa. Se sabe que ni el jefe de Gobierno, Edouard Balladur; ni el ministro de Exteriores, Alain Jupp¨¦, estaban entusiasmados con la posibilidad de intervenir. Fueron, al parecer, el presidente Mitterrand, sensible, a las presiones del lobby africanista, y el l¨ªder gaullista Jacques Chirac, muy en una l¨ªnea de presencia exterior del pabell¨®n franc¨¦s, quienes forzaron la intervenci¨®n. La. presencia de soldados franceses en este remoto y atormentado rinc¨®n de ?frica se explica, en cierta medida, por maniobras de pol¨ªtica interior en la antesala de unas elecciones presidenciales a las que tratan de llegar bien colocados Balladur y Chirac.
Hay, por tanto, razones varias, unas perfectamente encomiables, otras menos, que explican esta intervenci¨®n peculiar, ciertamente peligrosa por lo que pueda significar de extensi¨®n de la guerra. La respuesta adecuada a la tragedia de Ruanda debe plantearse en los t¨¦rminos de una interposici¨®n entre los beligerantes, tal como estableci¨® la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Francia ha adquirido un protagonismo que nadie criticar¨¢ si se atiene a estos principios.
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