Consternaci¨®n en Par¨ªs ante el robo a pleno d¨ªa de un cuadro del Louvre

El Museo del Louvre presume de poseer uno de los sistemas de seguridad m¨¢s sofisticados del mundo. Pero alguien se llev¨® un cuadro el domingo, a media tarde y con el museo repleto de turistas. Fue el robo perfecto. En la sala donde estaba el Retrato de Jean Dorieu, de Robert Nanteuil, un peque?o pastel del siglo XVII valorado entre 9,6 y 12 millones de pesetas, s¨®lo se conectaba la alarma durante la noche. El ladr¨®n s¨®lo tuvo que acercarse al cuadro, cogerlo y salir tranquilamente por la puerta principal.

La Brigada de Represi¨®n del Bandidismo de la Polic¨ªa Judicial francesa se dedic¨® ayer a examinar las cintas de v¨ªdeo del sistema de seguridad, por si pudieran aportar alg¨²n indicio. Ni los empleados del museo ni los visitantes interrogados el domingo pudieron aportar, al parecer, ninguna informaci¨®n ¨²til sobre la posible identidad del ladr¨®n. Lo ¨²nico que se sab¨ªa con certeza era que el domingo, a las 2 de la tarde, el cuadro estaba en su sitio. Y que a las 5 ya no estaba.Fue un visitante quien indic¨® a un empleado del museo que en el n¨²mero 149, all¨ª donde seg¨²n el cat¨¢logo hab¨ªa de verse el Retrato de Jean Dorieu, pintado en 1660 por el pintor Robert Nanteuil (1623-1678), s¨®lo hab¨ªa un marco vac¨ªo y unos jirones de cart¨®n. Inmediatamente se dio la voz se alarma y se cerraron todas las salidas. Cada visitante tuvo que someterse a un minucioso registro antes de ganar la calle. Pero el esfuerzo fue en vano. El ladr¨®n, o los ladrones, deb¨ªan estar ya fuera.

Un portavoz del museo explic¨® ayer que el robo hab¨ªa podido ocurrir por "una suma de coincidencias". Primero, la ausencia de alarma: en la sala en cuesti¨®n no hab¨ªa obras de alt¨ªsimo valor y no se contaba con que alguien tuviera la desfachatez de llevarse una pieza delante de todo el mundo, por lo que la alarma se desconectaba durante las horas de apertura al p¨²blico. Segundo, la ocasi¨®n: el ladr¨®n actu¨® entre dos rondas de vigilancia, en un momento en que la sala estaba inusualmente vac¨ªa o con un p¨²blico muy absorto en alguna otra cosa.

"La investigaci¨®n corresponde a la polic¨ªa y nosotros no podemos hacer conjeturas, pero podr¨ªa tratarse de un robo no preconcebido", coment¨® un empleado del museo. "Quiz¨¢ un lun¨¢tico vio el cuadro, le gust¨®, lo arranc¨®, se lo meti¨® en el bolsillo, y tuvo la inmensa fortuna de que nadie se fijara en ¨¦l. Creo que es imposible planificar un robo tan simple y que salga bien" sigui¨® el empleado. El ladr¨®n no se anduvo con miramientos. Arranc¨® el cristal y la pintura, un pastel pintado sobre papel pegado sobre cart¨®n, dejando el marco clavado en la pared.

El Museo del Louvre lanz¨® ayer un llamamiento a quien poseyera la obra, rog¨¢ndole el m¨¢ximo cuidado. "Se trata de un pastel pintado con colores en polvo sobre papel y su fragilidad es extrema", explic¨® un especialista. "Cualquier manipulaci¨®n, cualquier brusquedad, puede da?arlo irreversiblemente", dec¨ªa el comunicado. El cuadro, de 33 cent¨ªmetros de alto por 25 de ancho, est¨¢ valorado entre 400.000 y 500.000 francos (entre 9,6 y 12 millones de pesetas). El Museo del Louvre no hab¨ªa sufrido un robo desde 1990.