Indur¨¢in vuelve a reventar el Tour
El navarro gana la contrarreloj, se pone como l¨ªder y distancia a Rominger en dos minutos y medio
Pruebe a montarse sobre una bicicleta que tenga delante un plato de 55 dientes y detr¨¢s un pi?on de 12. Si logra ponerla en movimiento -tendr¨¢ la sensaci¨®n de que arrastra un carro lleno de piedras-, intente dar 120 pedaladas por minuto. No insista demasiado, antes le reventaran, primero, los muslos y, despu¨¦s, los pulmones. Pues haciendo precisamente esto, lo que no est¨¢ al alcance de humano alguno, Indur¨¢in revent¨® el Tour-94, exactamente igual que los tres anteriores. Los mejores especialistas. del mundo buscaron con id¨¦ntico desarrollo de 55x12 alcanzar. una frecuencia m¨¢xima de pedaleo y fueron sucumbiendo en el intento.Los dos minutos que sac¨® Indur¨¢in a Rominger significan una diferencia lineal aproximada de un kil¨®metro y medio en la contrarreloj de ayer, sobre 64. Ni el Rominger de su mejor ¨¦poca, ni la revelaci¨®n que pod¨ªa ser Boardman, hombre-bala en el pr¨®logo, ni las tremendas ganas que tiene De las Cuevas por ser el hombre que lleva buscando toda una d¨¦cada el ciclismo franc¨¦s, pueden detener a Indur¨¢in. Ni siquiera en el a?o que parec¨ªa marcar el comienzo de su declive hay nadie que pueda acerc¨¢rsele.
En cuanto pone su organismo a toda m¨¢quina -"he alcanzado mi mejor condici¨®n f¨ªsica en el Tour"-, se transforma en un depredador. Devora kil¨®metros, mientras el resto avanza pesadamente sobre el asfalto. La raz¨®n de ello se esconde en una naturaleza fuera de lo com¨²n. Indur¨¢in es, de todos aquellos que suenan con ganar el Tour, el m¨¢s alto: 1,88 metros. Utiliza la misma bicicleta que todos, pues hay unas medidas reglamentarias, pero las bielas que mueven los pedales son ligeramente m¨¢s largas, para adaptarse a la tambi¨¦n mayor longitud de sus piernas. Logra, de esta manera, hacer m¨¢s palanca en el pedaleo. Mucha ventaja no significa este detalle, porque a cambio de su corpulencia arrastra m¨¢s peso que nadie, 80 kilos. El secreto de su inconmensurable potencia no se ve, est¨¢ dentro.
Lo que esconde Indur¨¢in es la m¨¢quina capaz de desarrollar toda esa potencia que se necesita para mover hasta 120 veces por minuto el 55xl2 de su bicicleta. La alimenta con un consumo de ox¨ªgeno de 90 ml/kI, que es una barbaridad, porque una persona normal gasta un m¨¢ximo de 45 ml/kl para realizar un gran esfuerzo y hasta de 60 si habitualmente hace deporte. Rominger, como ning¨²n otro corredor, no llega a los niveles de Indur¨¢in, y se queda unos cuatro puntos por abajo. En cuanto a capacidad pulmonar, la de Indur¨¢in tambi¨¦n desborda todo lo conocido, al ser de unos ocho litros, casi el doble que Rominger.
Todas capacidades le permiten trabajar a un elevad¨ªsimo ritmo (195 pulsaciones por minuto) durante largo tiempo, sin que su eficacia disminuya cuando est¨¢ en forma, lo que no suced¨ªa en el Giro. Ayer volvi¨® a ofrecer una demostraci¨®n de ello, porque durante todos los tramos del recorrido fue m¨¢s r¨¢pido que ning¨²n otro corredor, aunque su ventaja respecto a Rominger fuera disminuyendo. En los ¨²ltimos diez kil¨®metros s¨®lo aument¨® su renta sobre Rominger en 10 segundos cuando en los primeros 6,5 le hab¨ªa sacado 24, pero supon¨ªa, en cualquier caso seguir incrementando la ventaja, pese a que por entonces Indur¨¢in no desarrollaba ya su plena potencia, una vez que hab¨ªa abierto hueco.
No tard¨® mucho Indur¨¢in en mostrar al mundo que volv¨ªa a tener su maquinaria a punto para ganar el cuarto Tour. La salida de los corredores se produjo cada dos minutos y a los 17 kil¨®metros de partir alcanz¨® a Armstrong, que no es otro que el actual campe¨®n del mundo; antes de llegar a la meta hizo lo propio con De las Cuevas, que so?aba con ganar el Tour. Rominger, aunque pinch¨®, tambi¨¦n rebas¨® corredores, pero cuya calidad rid era comparable a los que empeque?ec¨ªa Indur¨¢in, aunque entre ellos estuviera Mauri, que no disput¨® la etapa para ser de los primeros, pese a que suele ser uno de los puntos de referencia en los que se apoya el tricampe¨®n del Tour en las contrarreloj.
Indur¨¢in ya ten¨ªa bastante referencia con Rominger, que disputaba la etal a a muerte y, pese a ello, iba cediendo tiempo. No hac¨ªan faltas estrategias apoyados en terceros, como hizo De las Cuevas con Marie, a quien Guimard, el director de ambos, le hizo llegar rezagado el d¨ªa anterior para que en la contrarreloj saliera el aspirante detr¨¢s de Rominger y no le sirviera de referencia. Con Indur¨¢in plet¨®rico, pocas cuentas salen.
Las diferencias que se manejaban estaban entre los 30 segundos y el minuto y medio. Fue m¨¢s y ahora Indur¨¢in se dispone a entrar en la monta?a con 2.28 minutos de ventaja, menos que el a?o pasado, pero suficiente si se tiene en cuenta que en toda la traves¨ªa por las cimas pirenaicas y alpinas, Rominger no fue capaz de sacarle m¨¢s que tres segundos en el Tour-93.
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