Rominger tiene trabajo
Indur¨¢in est¨¢ en su medio natural: ha de administrar 2.28 minutos en la monta?a
La contrarreloj pone el Tour en su sitio: la general dibuja perfectamente c¨®mo la carrera se va a limitar¨¢ un duelo entre Indur¨¢in, el campe¨®n en ejercicio, y Rominger, un aspirante competente, si la monta?a no decide colocar a un tercero en discordia. Vista la situaci¨®n, no es f¨¢cil encontrar ese tercer apellido: De las Cuevas ha quedado descartado y no es hombre para presentar batalla en la monta?a. Para buscar a un escalador hay qu¨¦, remitirse al ruso Ugrumov, situado ya a 7.08 minutos en la general. El duelo entre dos gana vigencia.Rominger trata de llevar el debate a su lado: "Ya no le quedan etapas favorables a Indur¨¢in", dijo ayer. Antes, sin embargo, de analizar el futuro que le espera, convendr¨ªa dejar alguna conclusi¨®n sobre la ¨²nica etapa llana contra el cron¨®metro de este Tour. Rominger no est¨¢ a la altura del l¨ªder espa?ol como contrarrelojista: no se puede dar una diferencia de dos minutos entre dos especialistas del mismo nivel. Hay que ser precisos: Rominger viaja en un segundo escal¨®n.
Sentadas as¨ª las bases, queda por conocer si Rominger es mejor escalador que indur¨¢in. Es decir, si est¨¢ en un nivel superior o tienen caracter¨ªsticas m¨¢s bien parejas. Si sucede esto ¨²ltimo, Rominger no tiene otra cosa que hacer que esperar que una desgracia acabe con el espa?ol.
Tony Rominger puede precisar a partir de hoy el tama?o de su esfuerzo: ha de robarle al menos 2 minutos y 28 segundos a Indur¨¢in en las 12 etapas que restan de competici¨®n. Su objetivo principal, sin embargo, se centra en las jornadas monta?osas. La organizaci¨®n ha salpicado de cumbres siete etapas, las que van desde el mi¨¦rcoles pr¨®ximo (d¨ªa 13) hasta el viernes 22, cuando una cronoescalada de 47,5 kil¨®metros ponga final oficioso a la lucha por el liderato. Quiere ello decir que m¨¢s de la mitad de los d¨ªas que restan para llegar a Par¨ªs, se los pasar¨¢n subiendo y bajando puertos. El Tour terminar¨¢ en una cumbre en cuatro ocasiones, sin contar la cronoescalada. Es una cifra respetable, en consonancia con las ediciones m¨¢s duras y monta?osas de la gran carrera francesa. Quien diga que el recorrido lo ha dise?ado un enemigo de Indur¨¢in tiene raz¨®n. Tambi¨¦n cabe afirmar que la paliza que le espera al pelot¨®n es tan respetable que muy bien podr¨ªa producirse un alto al fuego en alguna de las jornadas clave.
?Podr¨¢ rescatar Rominger esos 2.28 minutos que le hacen falta?
Rominger no cuenta con demasiadas referencias a su favor. Los n¨²meros son fieles al corredor espa?ol. Tendr¨¢, pues, que abrir un nuevo camino e invertir una tendencia que permanece est¨¢tica tras cuatro a?os de hegemon¨ªa. Rominger puede hacer algunos ejercicios con los n¨²meros del pasado Tour o del ¨²ltimo Giro, la ¨²nica derrota conocida del espa?ol. Lo malo es que los datos del Giro 94 empiezan a perder valor: no era el verdadero Indur¨¢in, o al menos un Indur¨¢in cerca del 100% de forma.
La afici¨®n mantiene el recuerdo del pasado Giro y del duelo que mantuvo el l¨ªder espa?ol con el ruso Berzin. Pero es un recuerdo enga?oso: a pesar de que qued¨® grabada la imagen de Indur¨¢in tratando de superar una p¨¢jara bien pasado el Mortirolo, el balance monta?oso declar¨® vencedor a Berzin por el no muy amplio margen de 31 segundos. Berzin gan¨® el Giro en las contrarreloj, que fue donde obtuvo una ventaja que el espa?ol no pudo superar.
Las cuentas de Rominger respecto al Tour de 1993 son intrascendentes: su ventaja en la monta?a fue de tan solo tres segundos. Por lo tanto, nadie ha logrado siquiera un minuto de ventaja sobre Indur¨¢in en la monta?a.
N¨²meros aparte, queda la estrategia. Indur¨¢in ocupa su sill¨®n predilecto, el de l¨ªder con una ventaja interesante para administrar en la monta?a. No ha de atacar. No ha de tomar la iniciativa. Rominger tiene trabajo por delante.
"Lo m¨¢s duro est¨¢ por llegari"
Miguel Indur¨¢in, tras su victoria, se coloc¨® l¨ªder y apost¨® por la prudencia: "Lo m¨¢s duro est¨¢ por llegar". Sin embargo, tambi¨¦n afirm¨®: "Toda la ventaja que se adquiera ante la monta?a es buena. Ahora podr¨¦ correr de la manera que mejor s¨¦".Admiti¨® que la clave de la contrarreloj fue coger el ritmo adecuado: "Ven¨ªamos de etapas muy largas en el llano y era normal que se pudieran pagar los esfuerzos en cuanto se metieran los grandes desarrollos. Lo importante era coger el ritmo, regular y marchar c¨®modo para abrir diferencias".
"He salido a tope", a?adi¨®'e1 corredor navarro. "Sab¨ªa que ten¨ªa que aprovechar la oportunidad de esta etapa para afrontar con las mejores garant¨ªas posibles las pr¨®ximas jornadas de monta?a. La etapa ha sido dura, no s¨®lo por el recorrido, sino tambi¨¦n por el calor que ha hecho. La zona donde m¨¢s sufr¨ª fue la del final. Iba con las fuerzas justas y costaba mucho ir a tope. Ah¨ª es donde echas el resto. Ahora no queda m¨¢s remedio que intentar defender el liderato ya qu¨¦ tenemos ventaja sobre los rivales. El equipo est¨¢ mentalizado para defenderse de los ataques, que vendr¨¢n".
No menospreci¨® al rival ante la ventaja adquirida, como tampoco a los dem¨¢s: "Hay tiempo para valorar las distancias que se han abierto, pero no s¨®lo con respecto a Rominger, sino ante los dem¨¢s".
Tony Rominger, por su parte, acept¨® la superioridad de Indur¨¢in: "Es el m¨¢s fuerte. Yo he disputado la etapa al m¨¢ximo de mis posibilidades y me he quedado a dos
minutos. Lo que pueda pasar en la monta?a no lo s¨¦ ahora". El suizo atribuy¨® su diferencia con Indur¨¢in al pinchazo que su fri¨®, que le hizo per der 20 segundos. "Ahora estoy obligado a atacar desde ma?ana mismo [por hoy]. No obstante, en este Tour ya no quedan etapas favorables a Indur¨¢in".
Su director, Juan Fern¨¢ndez, garantiz¨® el espect¨¢culo en la monta?a: "Ganar el Tour va a ser dificil, porque Indur¨¢in ha demostrado que est¨¢ muy bien, pero no nos vamos a quedar quietos".
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