El mundo de Clinton

La presencia de Rusia en la discusi¨®n pol¨ªtica del Grupo de los Siete ha conferido a la cumbre de N¨¢poles un significado particular: ha dado brillo y solidez a un rito anual que, en su vig¨¦sima edici¨®n, corr¨ªa el riesgo de ser una simple exhibici¨®n de vanidad. ( ... ) La presencia de Yeltsin en N¨¢poles ha tenido un significado concreto: Rusia recupera poco a poco el puesto que por geograf¨ªa e historia le pertenece. ( ... )En cada cumbre, desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, las ir¨²radas han apuntado al presidente de EE UU. Se espera de ¨¦l que "represente el liderazgo americano". ?ste es invocado y temido, y al mismo tiempo denunciado como hegem¨®nico e inexistente. En realidad, Europa no est¨¢ todav¨ªa mentalmente liberada del viejo orden internacional, el de la guerra fr¨ªa, cuando EE UU impon¨ªa algunos principios, hoy compartidos por todos. ( ... )

Clinton, por el contrario, pertenece ya al nuevo orden internacional. Influye tambi¨¦n un factor generacional. ( ... ) Cuando habla de crisis no le persiguen los fantasmas. ( ... ) Es evidente que piensa sobre todo en EE UU. El resto del mundo debe, seg¨²n ¨¦l, respetar algunas normas. ( ... ) Tambi¨¦n Europa. Y ¨¦l, Clinton, que en definitiva ha llevado a Yeltsin a N¨¢poles. ( ... ) No hay indicios de "imperialismo" en el joven Clinton. Los europeos ( ... ) est¨¢n inquietos. Se encuentran frente al desaf¨ªo de deber pensar por s¨ª mismos, sin liderazgo o casi sin ¨¦l. No se lo creen todav¨ªa.

11 de julio