Ant¨ªdoto jazz¨ªstico
En su segunda noche el Festival de Jazz de Vitoria propuso un ant¨ªdoto id¨®neo contra la futbolitis televisiva: un doble concierto sin estridencias, concesiones o salidas de tono comerciales o musicales; ese tipo de m¨²sica que incomprensiblemente no suele oirse en un festival jazz¨ªstico al uso. Primera parte: el tr¨ªo de Kenny Barron; segunda parte el cuarteto de Joe Henderson. Y funcion¨® porque en el polideportivo de Mendizorrotza se vieron muchos menos huecos de los esperados ante la competencia televisiva.Por la tarde, en el marco del espl¨¦ndido ciclo Jazz del Siglo XXI, el pianista surafricano Bheki Mseleku hab¨ªa ofrecido el pr¨®logo ideal. Una hora de jazz intenso y r¨ªtmico, tendido como un puente entre tradici¨®n y modernidad e incrustado de forma muy suave pero siempre perceptible por las ra¨ªces polirr¨ªtmicas de su tierra natal. La propuesta musical de Bhek¨ª Mseleku es de gran inter¨¦s y, a pesar de ese color surafricano, se aleja del t¨®pico africanismo llevado al jazz. Su primer disco ya presagiaba estas bondades y su puesta en escena las confirma plenamente. El de Bheki Mseleku es un nombre a retener.
Kenny Barron / Joe Henderson
Bheki Mseleku (piano solo). Sala ?rabe (Vitoria). 13 de julio. Kenny Barron Trio: Kenny Barron (piano), Ray Drummond (contrabajo), Bend Riley (bater¨ªa). Joe Henderson Quartet: Joe Henderson (saxo tenor), Bheki Mseleku (piano), George Mraz (contrabajo) y Al Foster (bater¨ªa). Polideportivo Mendizorrotza (Vitoria), 13 de julio.
En la sesi¨®n de noche el pianista surafricano acompa?¨® tambi¨¦n a Joe Henderson y en ese contexto su personalidad qued¨® bastante diluida. Las composiciones del saxofonista o los est¨¢ndares de Billy Strayhorn no son la base id¨®nea para desarrollar ese toque tan especial que Bheki Mseleku mostr¨® en solitario. Esos mismos temas sirvieron, sin embargo, para que el contrabajista George Mraz bordara una actuaci¨®n soberbia en todos los aspectos y, por supuesto, para que Henderson desparramara su musicalidad desbordante de ideas.
Sobre la r¨ªtmica absolutamente inquebrantable de Al Foster, Henderson recuper¨® algunas de sus viejas composiciones (Recorda-me o Black Narcisus) pero en versiones m¨¢s intelectualizadas, como si el peso de la responsabilidad de sus recientes ¨¦xitos le obligara a decir m¨¢s cosas que anta?o. En esa evoluci¨®n se ha perdido algo de calor y espontaneidad pero su fuerza sobre un escenario sigue siendo aplastante.
Kenny Barron hab¨ªa abonado el terreno para que el saxofonista pudiera triunfar por todo lo alto. Tras el concierto elegante, sobrio y envolvente del tr¨ªo de Barron en el p¨²blico, de Mendizorrotza estaba en la mejor de las predisposiciones. El pianista abri¨® la noche con ese Be Bop preciosista con toques de contemporaneidad que le ha convertido en uno de los int¨¦rpretes m¨¢s atractivos del mainstream jazz¨ªstico actual.
La duda de si un tr¨ªo como el de Kenny Barron funcionar¨ªa o no en un fr¨ªo polideportivo se zanj¨® de inmediato gracias a una espl¨¦ndida sonorizaci¨®n que convirti¨® a Mendizorrotza en un ¨ªntimo y acogedor club.
Babelia
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