El ministro italiano del Interior dice que Berlusconi le ha enga?ado y pone su cargo en manos de la Liga
Roberto Maroni, ministro italiano del Interior y el m¨¢s importante representante de la Liga Norte en el Gobierno de Silvio Berlusconi, declar¨® ayer que fue enga?ado para que se aprobara el decreto-ley que suprime la prisi¨®n preventiva para los reos de corrupci¨®n, y anunci¨® que ha puesto su cargo en manos de su partido para que ¨¦ste decida su continuidad. El paso agudiza la divisi¨®n del Gabinete, mientras Berlusconi reitera que s¨®lo admitir¨¢ modificaciones del decreto si son para excarcelar a m¨¢s personas y recuerda a sus ministros que el decreto fue aprobado por unanimidad.
"Nos han enga?ado. Lamento mi ingenuidad, pero no puedo aceptar que hagan pasar ante mis narices cosas distintas", declar¨® Maroni, tras exponer que el decreto aprobado el martes, poco antes de que el Consejo de Ministros se disolviera con prisas porque comenzaba el partido del campeonato mundial de f¨²tbol entre Italia y Rumania, era id¨¦ntico al que se hab¨ªa rechazado hace 15 d¨ªas por oposici¨®n suya.Maroni asegura que se le hab¨ªan dado garant¨ªas de que los delitos relacionados con Tangent¨®polis -las investigaciones judiciales sobre corrupci¨®n asociada a la pol¨ªtica- no quedar¨ªan exentos de la aplicaci¨®n de la prisi¨®n preventiva.
"El decreto debe ser modificado radicalmente. Si no, tendr¨¦ que reconsiderar mi permanencia en" el Gobierno a?adi¨® el n¨²mero dos del l¨ªder lombardo, Umberto Bossi, que inform¨® a continuaci¨®n de que ya hab¨ªa puesto su cargo en manos del Consejo Nacional de la Liga Norte. "Ser¨¢, pues, el Consejo quien decida si he sido enga?ado", afirm¨® Maroni.
"Nadie ha enga?ado al ministro Maroni, a. quien le fue sometido el texto de un decreto ley serio y meditado, como se hace con cualquier ministro en edad adulta", replic¨® a Maroni el ministro portavoz del Gobierno, Giuliano Ferrara. Por su parte, Berlusconi dijo a los periodistas: "No quiero comentar apresuradamente situaciones que requieren una reflexi¨®n".
Lo indudable es que la divisi¨®n desatada por la iniciativa de Berlusconi en el seno de la mayor¨ªa se agudiza, y que el nuevo Gabinete salido de las elecciones del pasado mes de marzo se interna en una crisis id¨¦ntica a las de los ef¨ªmeros gobiernos de coalici¨®n que caracterizaron a la denostada primera Rep¨²blica.
Pero Berlusconi no cede. Tras declarar al pasado viernes que el decreto era necesario para. parar los pies a algunos magistrados que se hab¨ªan vuelto demasiado protagonistas y a?adir que "no es metiendo en la c¨¢rcel a grandes empresarios como se restablece la confianza del pa¨ªs y se incrementa el empleo", Berlusconi public¨® ayer una amplia declaraci¨®n escrita con la intenci¨®n de dar bases m¨¢s razonables a su iniciativa.
Seg¨²n el primer ministro italiano, el objetivo del decreto es imponer a los jueces el respeto de la ley e incitarles a acelerar los procesos, a fin de que persigan la corrupci¨®n sin menoscabo de la dignidad de las personas. Berlusconi reitera que la magistratura italiana ha abusado de la prisi¨®n cautelar, afirma que la situaci¨®n de las c¨¢rceles italianas es pat¨¦tica, sostiene que desde el extranjero se pide a su pa¨ªs que se respeten las garant¨ªas procesales y concluye que ¨¦l ser¨¢ el primero en pedir que el Parlamento modifique el decreto gubernativo, pero para ampliar los supuestos en que se excluye la prisi¨®n preventiva.
El primer ministro rechaza que el objetivo del decreto sea poner en libertad a los procesados por corrupci¨®n y declara que "no es justo" que los magistrados de Manos Limpias quieran abandonar sus puestos. Estos segu¨ªan realizando ayer su trabajo, y todav¨ªa no han presentado por escrito las dimisiones que anunciaron el pasado mi¨¦rcoles.
Entre tanto, m¨¢s de 500 personas han quedado en libertad por la aplicaci¨®n del nuevo decreto. Las liberaciones de los pol¨ªticos m¨¢s c¨¦lebres fueron acogidas con protestas. "?Ladrones, sinverg¨¹enzas!" y otros insultos sonaron ante personalidades como Francesco De Lorenzo, liberal y ex ministro de Sanidad, o Giulio di Donato, ex ministro socialista, encarcelados en N¨¢poles desde hace semanas; que hubieron de abandonar la c¨¢rcel protegi¨¦nse como pod¨ªan de las iras de los napolitanos que se hab¨ªan congregado ante la prisi¨®n para gritarles y lanzarles monedas.
Las televisiones italianas transmitieron escenas de gran tensi¨®n , al hilo de estas primeras excarcelaciones en aplicaci¨®n de una norma que est¨¢ suscitando verdaderas iras. Especialmente en el caso de De Lorenzo, hijo de una familia acomodada de N¨¢poles y presunto responsable de uno de los fraudes de Tangent¨®polis m¨¢s imponentes y ofensivos para el ciudadano, pues se lucraba supuestamente con un bien b¨¢sico como es la salud p¨²blica. De Lorenzo no pod¨ªa salir a la calle ni siquiera antes de ser detenido, porque la gente de N¨¢poles le insultaba y porque en los restaurantes no le admit¨ªan.
Tanto ¨¦ste como Di Donato, tuvieron dificultad para caminar los dos metros escasos que les separaban de los coches de carabineros en los que fueron introducidos para ser conducidos a toda velocidad hacia sus casas, donde quedaron bajo arresto domiciliario.
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