Lisiados, pero contentos
"Con la cabeza alta" asumen los italianos su derrota en el Mundial, seg¨²n los editoriales publicados por los diarios de ayer, que dedican especial atenci¨®n a la mala forma f¨ªsica del equipo alineado por Arrigo Sacchi, un seleccionador que suma m¨¢s cr¨ªticas que elogios. Pero el resultado no caus¨® indignaci¨®n, ni en la prensa ni en la calle, donde, por supuesto, no hubo procesiones victoriosas, pero s¨ª la tranquilidad suficiente como para que los brasile?os residentes en Italia pudieran celebrar su triunfo sin males mayores.Alguna pelea en Mil¨¢n, entre tifosi italianos y brasile?os, y otros enfrentamientos en Roma, entre varios miles de j¨®venes con centrados en Piazza del Popolo para seguir el partido por grandes pantallas de televisi¨®n, que luego no funcionaron, y los polic¨ªas que trataron de disolver su enfado, marcaron los l¨ªmites razonables de una frustraci¨®n inevitable en un pa¨ªs donde el ¨²nico resultado bueno es el triunfo. Las celebraciones de cada uno de los triunfos previos, en cuartos de final y semifinales, causaron en Italia media docena de muertes. Tras la final se produjo otra muerte. Mauro Bigi, de 29 a?os, falleci¨® en Massa tras ser arrollado por el veh¨ªculo del que cay¨® mientras festejaba con un grupo de amigos el segundo puesto de Italia.
En realidad, el partido no convenci¨® a nadie, pero no por culpa de Italia, sino de los r¨ªgidos c¨¢lculos que dirigen las estrategias. "Italia pierde con dignidad una final fea y aburrida, condicionada por la voluntad de no encajar un gol (que encontr¨® el acuerdo inmediato del gran Brasil, quede claro) y de un calor espantoso ", se lee en el editorial del diario La Repubblica titulado "Derrotados con la cabeza alta". "No fue un partido bonito. Italia vuelve con la cabeza alta. No merece ni incienso ni tomates", dice el del Corriere della Sera, mientras en La Stampa, de nuevo bajo el t¨ªtulo de "Con la cabeza alta ", se lee: "Como casi todas las finales, fue un partido avaro de emociones, grande como pathos, inmanente, peque?o por las magias que afloraron. Los mundiales del calor y la mediocridad nos entregan al Brasil ". Dif¨ªcil encontrar una mayor unanimidad de criterios, aunque, en el segundo plano, subyacen diferencias importantes. "No ganaron los mejores", sostiene La Stampa, contradiciendo al Corriere que proclama: "No hay ninguna duda, el ¨¦xito premi¨® a los mejores".
Y en la misma l¨ªnea se expresa La Repubblica, cuando afirma que "no es verdad que los penaltis sean una loter¨ªa, pues requieren tambi¨¦n habilidad y lucidez. Nuestro tiradores estaban m¨¢s agotados que los brasile?os, y esa es la clave de todo".
La Stampa acusa a todos cuando defiende que "a estos jugadores destrozados por el calor, por los adversarios, por el seleccionador y por los periodistas, realmente no se les pod¨ªa pedir m¨¢s".
Unanimidad final en el juicio sobre Arrigo Sacchi, que propaga "una teor¨ªa estresada del bal¨®n", resume La Stampa.
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