Novilleros encastados
Seguro que Juan Jos¨¦ Trujillo, que se doctora el lunes, hab¨ªa so?ado con una despedida apote¨®sica en su plaza malague?a antes de recibir una lujosa alternativa Curro Romero. Seguro que Paco Ramos hab¨ªa so?ado con un deb¨² de gloria que sellara su toreo de sentimiento. Seguro que as¨ª lo programaron los apoderados, la empresa e, incluso, el ganadero.Pero, afortunadamente, el toro no sabe de programaciones, de despedidas ni sentimientos. Ser¨¢ verdad que la crianza del toro es un misterio. Todo sali¨® al rev¨¦s para quienes hab¨ªan previsto una tarde triunfal y triunfalista. Pero, para alegr¨ªa de aficionados, el festejo fue entretenido e interesante porque permiti¨® comprobar el estado de forma de dos novilleros distintos -uno que termina y otro que comienza- ante animales mansos, broncos, violentos y ¨¢speros.
Mart¨ªn / Trujillo, Ramos
Novillos de Mart¨ªn Lorca, bien presentados, muy mansos y broncos. Juan Jos¨¦ Trujillo: ovaci¨®n; ovaci¨®n; vuelta. Paco Ramos: ovaci¨®n; vuelta; ovaci¨®n. Plaza de M¨¢laga. 13 de agosto. Segunda de feria. Dos tercios de plaza.
Pocos toreros actuales podr¨¢n presumir de haber sometido una novillada as¨ª animales distra¨ªdos de salida, huidizos, dur¨ªsimos y mansos en el caballo (todos menos el segundo derribaron con estr¨¦pito), sin fijeza, desarrollaron genio durante toda la lidia e impidieron el lucimiento. Novillos, en fin, que no permit¨ªan el menor descuido, que exig¨ªan una atenci¨®n permanente y una t¨¦cnica impecable.
Ni Trujillo ni Ramos se afligieron ante sus oponentes, lo cual ya es un gran m¨¦rito. No contentos con ello, pasaron la prueba con gallard¨ªa, con valent¨ªa y, a veces, con detalles artistas, lo cual es de vuelta al ruedo.
Juan Jos¨¦ Trujillo demostr¨® que est¨¢ preparado para la alternativa, sobre todo, despu¨¦s de la sorpresa de su despedida. Muy torero, no se dej¨® ganar la pelea, y sobresali¨® ante su segundo -de nombre Banesto- quiz¨¢ el novillo m¨¢s dificil, al que domin¨® con un valor temerario. Embebi¨® en la muleta a su primero, al que le arranc¨® algunos naturales largos, y mantuvo el tipo ante el quinto, parado y soso.
El debutante Ramos tiene las carencias propias de su corta carrera, pero no se dej¨® vencer por las dificultades. Aguant¨® imp¨¢vido las tarascadas de su primero al que tore¨® extraordinariamente por naturales; se mostr¨® superficial con el cuarto,, el ¨²nico con atisbos de nobleza, ante el que se limit¨® a componer en demas¨ªa la figura, y aguant¨® estoico los cabezados del ¨²ltimo.
Al final, algunos se quejaban porque los novillos no hab¨ªan permitido el triunfalismo. Ignoraban el triunfo de dos novilleros encastados que aprendieron en una tarde la lecci¨®n de todo un a?o.
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