Nueva York acogi¨® la primera reuni¨®n de piratas inform¨¢ticos con 1.200 participantes
Con una espectacular escena orwelliana se abri¨® el s¨¢bado en Nueva York la reuni¨®n de piratas inform¨¢ticos (Hackers on Planet Earth) que ha durado todo el fin de semana. Ha sido la primera convenci¨®n de estas caracter¨ªsticas realizada en Estados Unidos y a ella han acudido 1.200 piratas -los llamados hackers- de todo el pa¨ªs, aunque tambi¨¦n llegaron piratas de Canad¨¢ o de Alemania.Mientras sus compatriotas afrontaban la lluvia en Woodstock, los j¨®venes piratas se refugiaron en el hotel Pennsylvania de la calle 34 para celebrar Hackstock 94: dos d¨ªas m¨¢s de paz y pirater¨ªa. De los altavoces sal¨ªan canciones de rock-and-roll y en la pantalla grande proyectaban una pel¨ªcula sobre c¨®mo telefonear sin pagar, pero los cyberpunks estaban entretenidos con los 40 ordenadores de la sala principal hablando en cyberspeak, el idioma del movimiento clandestino de la inform¨¢tica.
Los piratas de ordenador comparten con los hippies una gran desconfianza de la autoridad, pero sus gustos son m¨¢s parecidos a los seguidores de Kurt Cobain. Los introvertidos cerebros que pasan horas en frente de la pantalla del ordenador muestran una preferencia por el estilo desharrapado. Van despeinados, con la camisa negra llena de agujeros, las botas de combate, anillos en la ceja y tatuajes.
Aseguran que una sed insaciable de saber y de entrar en lo desconocido es lo que les lleva a cambiar el mundo real por el virtual. Ludichrist, un joven vestido de cura llegado desde Filadelfia, sonr¨ªe cuando se le pregunta por qu¨¦ se dedica a entrar en archivos secretos: "Porque s¨¦ hacerlo y lo consigo", dice. La mayor¨ªa de los piratas lleva desde los seis a?os enganchado al ordenador, no conoce otra vida social que la de Internet y considera "subnormal" al Gobierno y a todo el que no sabe de ordenadores.
No dejar huella
Death Vegetable -Lucas Benfey en la realidad-, de Boston, explica que "una cosa es entrar en el sistema inform¨¢tico del Gobierno y otra comportarse como un criminal una vez dentro", y a?ade: "Si eres bueno, no dejas ninguna huella". ?l, como la mayor¨ªa de sus colegas, insiste en que su motivaci¨®n es la firme creencia de que la informaci¨®n pertenece a todos.
La reuni¨®n ha puesto al alcance de los participantes 35 seminarios que variaron en contenido desde intentar reventar el sistema del bonometro de Nueva York, hasta conocer los problemas ¨¦ticos y jur¨ªdicos a los que se enfrentan hoy en d¨ªa.
Los organizadores, los editores de la revista de inform¨¢tica 2600, tambi¨¦n han contratado a uno de los odiados agentes federales para dar la bienvenida y hablar sobre su "conversi¨®n a la causa", aunque Robert Steele, antiguo miembro de la CIA, est¨¢ convencido de que el Gobierno norteamericano deber¨ªa dejar de perseguir a los piratas inform¨¢ticos y empezar a contratarlos y aprovechar "la inteligencia de la naci¨®n".
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