El peligro at¨®mico ruso tras la guerra fr¨ªa
La dispersi¨®n y la penuria hacen vulnerables al robo las instalaciones de la antigua URSS
Rusia carece de un sistema seguro para saber si ha desaparecido alg¨²n elemento de su enorme suministro de componentes de armas nucleares, afirman muchos de sus cient¨ªficos y funcionarios. Una investigaci¨®n sobre seguridad nuclear en Rusia, que incluye entrevistas con funcionarios y expertos independientes en Mosc¨² y Siberia -donde se almacenan muchos de los materiales radiactivos- revela que el pa¨ªs est¨¢ lejos de establecer un sistema de protecci¨®n y localizaci¨®n efectiva de sus existencias de plutonio y uranio enriquecidos, dos componentes cruciales para la fabricaci¨®n de armas nucleares.Gran parte de los esfuerzos desplegados por Occidente desde el colapso de la URSS se han dirigido a impedir que alguna de las 30.000 ojivas de combate n¨²cleares sovi¨¦ticas cayera en manos de terroristas o de gobiernos como los de Ir¨¢n e Irak, que ambicionan poseer armamento nuclear. Pero las reservas rusas de material nuclear, militar y civil, est¨¢n diseminadas por decenas de lugares menos vigilados que los dep¨®sitos de cabezas de combate: institutos de investigaci¨®n, laboratorios de armas, centros de montaje de armamento, centrales nucleares civiles, dep¨®sitos de residuos y otras instalaciones.
Bajo el sistema sovi¨¦tico, las autoridades basaban la protecci¨®n del complejo at¨®mico en los privilegios de que disfrutaba la ¨¦lite de cient¨ªficos, ingenieros y militares que ten¨ªan acceso al material nuclear y en el aparato represivo estatal.
Ahora, los ciudadanos rusos y los extranjeros que viven en el pa¨ªs pueden moverse libremente por todo el territorio y las mafias y grupos criminales disponen de amplios recursos, mientras que los trabajadores e incluso los cient¨ªficos de las instalaciones at¨®micas pasan a veces varios meses sin cobrar sus salarios. En estas circunstancias, la protecci¨®n del material at¨®mico requiere sistemas de vigilancia mucho m¨¢s efectivos.
"Nos gustar¨ªa poner orden en el control de los dep¨®sitos de material at¨®mico", explic¨® Yuri Vishevsky, director de Gosatomnazdor (GAN), una agencia oficial sovi¨¦tica organizada m¨¢s o menos como la Comisi¨®n Reguladora Nuclear de EE UU. "Por desgracia, hay demasiados organismos que poseen material nuclear. Tenemos que identificar cu¨¢les son y lograr que hagan un inventario".
Tras las aprehensiones de cargamentos de plutonio y uranio altamente enriquecido en Alemania, que seg¨²n las autoridades de ese pa¨ªs salieron de Rusia, el responsable del Ministerio de Energ¨ªa At¨®mica ruso afirma que los servicios de inteligencia occidentales conspiran para desacreditar a la administraci¨®n at¨®mica rusa mediante acusaciones sin fundamento.
Sin embargo, numerosos expertos rusos y norteamericanos dicen que el complejo nuclear ruso est¨¢ tan disperso y su sistema de controles es tan inseguro que nadie puede afirmar con certeza que nada ha sido robado ni ha desaparecido. Las reservas rusas de material para bombas nucleares, seg¨²n estimaciones occidentales, ascienden a 17 toneladas de plutonio para usos militares y 1.000 toneladas de uranio altamente enriquecido. El desaf¨ªo a la seguridad que esto supone es grande, porque la cantidad de plutonio necesaria para fabricar una bomba nuclear, unos pocos kilos, cabe en la lata de un refresco.
El presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, ha firmado solemnes declaraciones en distintas cumbres con Occidente en las que se compromet¨ªa a mejorar la seguridad de su complejo at¨®mico y ha exhortado repetidamente y en p¨²blico a sus servicios de informaci¨®n para que "aplasten cualquier tentativa de lograr acceso no autorizado a componentes at¨®micos".
Portavoces de la administrac¨ª¨®n Clinton afirman que los EE UU y Rusia comienzan a cooperar en este terreno de un modo que hubiese sido impensable durante la guerra fr¨ªa. Pero promover un cambio en el ¨¢mbito nuclear y reunir la voluntad pol¨ªtica y los medios para llevarlo a cabo son dos cosas muy distintas. Norteamericanos y sovi¨¦ticos reconocen que el proceso se ha retrasado por falta de dinero y por falta de inter¨¦s del Parlamento y las autoridades rusas. Las reformas propuestas han hallado tambi¨¦n una significativa resistencia en el Ministerio de Energ¨ªa At¨®mica ruso, llamado Minatom. Su poderoso responsable, V¨ªctor N. Mijailov, que fue un alto funcionario del complejo at¨®mico bajo la URSS, escribi¨® el a?o pasado un libro sobre su carrera en el desarrollo de armas nucleares que titul¨® Soy un halc¨®n.
El embajador James Goody, el funcionario norteamericano que encabez¨® las conversaciones con Rusia para fortalecer los controles nucleares de ese pa¨ªs, se?al¨® que "ha habido alg¨²n progreso, pero muy lento".
En el pasado, el principal temor de EE UU no era la. seguridad de los componentes nucleares sovi¨¦ticos, sino el creciente arsenal de misiles y bombas que apuntaban a Norteam¨¦rica.
El sistema ruso para proteger los componentes de bombas at¨®micas ten¨ªa sus limitaciones. Funcionarios de seguridad manten¨ªan registros de las cantidades de plutonio y uranio altamente enriquecido que se produc¨ªan y eran distribuidas a los centros, de investigaci¨®n f¨ªsica, reactores at¨®micos, laboratorios de armas, plantas de fabricaci¨®n nuclear y otras instalaciones. Pero los organismos de seguridad raramente efectuaban inspecciones o mediciones detalladas para comprobar cu¨¢ntos de esos materiales estaban donde deb¨ªan. De hecho, cada instalaci¨®n o laboratorio llevaba su propio registro.
"Es posible que el ¨¢rea m¨¢s deficiente de Minatom sea el sistema de recuento y control de materiales" escribi¨® Oleg Bujarin, un f¨ªsico, ruso que trabaja como profesor invitado en la universidad de Princeton.
Yevgeni P. Velikov, antiguo asesor cient¨ªfico de Mija¨ªl Gorbachov y director del Instituto Kurchatov de Mosc¨², un centro de investigaciones que ha estado trabajando en un nuevo sistema de seguridad nuclear, dijo en una entrevista que hab¨ªa propugnado un sistema de control dependiente de las instalaciones nucleares, pero su idea fue rechazada por el Ministerio de Energ¨ªa At¨®mica y los servicios le seguridad.
Si bien la amenaza potencial m¨¢s grave es el robo de una o varias ojivas de combate nucleares, las partidas de plutonio y uranio altamente enriquecido diseminadas en m¨²ltiples instalaciones son mucho m¨¢s vulnerables. Mucho peor protegidos que las instalaciones miliares, los otrora prestigiosos centros de investigaciones at¨®micas rusos se han convertido en refugios de especialistas mal pagados y, seg¨²n temen los gobiernos occidentaes, susceptibles de aceptar sobornos. Muchos de estos laboratorios nucleares de la antigua URSS est¨¢n en territorio ruso, pero otros se encuentran en Ucrania o Bielorrusia y son toav¨ªa m¨¢s vulnerables.
Un reciente informe secreto de los servicios de inteligencia nortearnericanos indicaba que agentes de varios pa¨ªses de Oriente Medio, provistos de importantes recursos econ¨®micos, operan en distintos lugares de la antigua URSS tratando de hacerse con materiales para la construcci¨®n de bombas.
Los responsables del Instituto de F¨ªsica e Ingenier¨ªa Energ¨¦tica de Obninsk, a 90 kil¨®metros de Mosc¨², un lugar en el que se aImacenan plutonio y uranio altamente enriquecido suficiente para varias docenas de bombas, desmienten rotundamente que el material at¨®mico apresado en Alemania proceda de su centro, pero no niegan tener graves problemas de seguridad. Durante la guerra fr¨ªa, Obninsk estaba en un ¨¢rea prohibida, permanentente cerrada a los extranjeros y a los rusos sin un permiso especial, pero ahora todo el mundo puede acercarse a la zona, en la que se ubica un gran n¨²mero de laboratorios nucleares unidos por enormes tuber¨ªas de conducci¨®n que no est¨¢n ni siquiera bajo tierra. En el instituto, los salarios han bajado un 70% en los ¨²ltimos tres a?os y una tercera parte del personal se ha marchado.
"Nuestro mayor quebradero le cabeza son los materiales que tienen un alto precio potencial en el mercado negro" explica Igor P. Matveyenko, director de la divisi¨®n de F¨ªsica Experimental. "Y lo peor es que esos materiales existen en piezas que caen en un bolsillo y se pueden manipular sin demasiado peligro", a?ade mientras se introduce en el bolsillo un peque?o disco de acero inoxidable. Ese disco s¨®lo contiene plomo, pero en Obninsk hay millares de objetos parecidos, algunos con uranio altamente enriquecido y otros con plutonio especial para armas, uranio en estado natural y
uranio para centrales nucleares civiles. Todos sirven como combustible de un peque?o reactor at¨®mico experimental.
Los ingenieros han tomado varias medidas para proteger los materiales. La enorme puerta que comunica el reactor con la sala de control sol¨ªa estar abierta cuando el reactor no estaba en marcha, pero ahora est¨¢ cerrada y los cient¨ªficos entran y salen por una peque?a puerta equipada con un detector de radiaci¨®n que permite descubrir si alguien trata de sacar un disco radiactivo sin autorizaci¨®n.
A¨²n y as¨ª, Matveyenko dice que necesita m¨¢s dinero para equipos de control y sistemas de vigilancia. Adem¨¢s, insiste en que el equipo no resolver¨¢ el problema. Si los salarios de los cient¨ªficos no aumentan, algunos de ellos pueden sentirse tentados de intentar el contrabando nuclear. "Hay personas deshonestas a todos los niveles" dice, "sin excluir la burocracia. En nuestro pa¨ªs, puede comprarse todo, incluyendo armas y materiales at¨®micos".
Burocracia y bancarrota
Mientras tanto, en su despacho de Mosc¨², Mijailov, el responsable de Minatom, no se muestra excesivamente preocupado por la lentitud de los esfuerzos por mejorar los controles del material nuclear. "Tenemos problemas de control, pero los hay en todas partes, especialmente cuando se procede a un desmantelamiento a gran escala de las instalaciones", dice.
Por su parte, los funcionarios norteamericanos del Departamento de Energ¨ªa, que asiste a los rusos en la reforma de su complejo nuclear, afirman que es a¨²n pronto para concluir que los esfuerzos de control han fallado. Tambi¨¦n se?alan que EE UU ha tratado de orillar a Minatom por la v¨ªa de subvencionar a otros laboratorios independientes, como el que dirige Velikov, el antiguo asesor de Gorbachov. El a?o que viene, la administraci¨®n Clinton piensa gastar 12 millones de d¨®lares (unos 1.500 millones de pesetas) en ayuda a esos centros.
Los norteamericanos afirman tambi¨¦n que han tratado de impedir robos at¨®micos organizando canales de ayuda a cient¨ªficos sin empleo y negociando un acuerdo que les permitir¨ªa inspeccionar las instalaciones at¨®micas rusas. Los rusos temen que un acuerdo de ese tipo ponga la industria nuclear de la antigua URSS en manos extranjeras. Velikov, por su parte, admite que las presiones internacionales surten alg¨²n efecto, pero duda de que pueda organizarse un sistema de alcance nacional verdaderamente seguro para controlar los materiales at¨®micos. "El problema m¨¢s grave", dice, "es la financiaci¨®n y no soy, muy optimista. Es muy dif¨ªcil que EE UU pueda gastarse miles de millones de d¨®lares para ayudarnos y, de nuestro lado, la burocracia y la ineficiencia del gobierno perpet¨²an el peligro".
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