La idea de un Estado fuerte gana adeptos tres a?os despu¨¦s del golpe en la URSS
El intento de golpe de Estado del 19 de agosto de 1991, con el que un grupo de altos funcionarios sovi¨¦ticos quiso impedir la desintegraci¨®n del comunismo y de la URSS, ha provocado apasionadas pol¨¦micas hist¨®ricas en Rusia con motivo de su tercer aniversario. Sin embargo, todos los protagonistas pol¨ªticos de aquellas tres hist¨®ricas jornadas de agosto -tanto los golpistas como los defensores de la nueva Rusia- est¨¢n hoy desunidos y faltos de l¨ªderes para el futuro.
En una sociedad din¨¢mica, cuya imagen m¨¢s caracter¨ªstica es la de los nuevos yuppies rusos con corbatas chillonas, discutiendo las cotizaciones de Bolsa por tel¨¦fono celular, mientras almuerzan en alguno de los elegantes y caros restaurantes de Mosc¨², el golpe del 19-A es, poco menos que historia antigua.Parad¨®jicamente, la idea del gran Estado ruso es muy actual tanto para los que defendieron la Casa Blanca, sede del Parlamento ruso, como para los que acariciaron la tentaci¨®n de aplastar aquella resistencia encabezada por Bor¨ªs Yeltsin. Unos piensan en el gran Estado ruso desde una perspectiva nost¨¢lgica del Imperio, y otros lo hacen de forma m¨¢s pr¨¢ctica, con la vista puesta en los mercados de las ex rep¨²blicas sovi¨¦ticas. Con excepci¨®n de las rep¨²blicas b¨¢lticas, los pa¨ªses perif¨¦ricos de la ex URSS, que en 1991 autoafirmaban su identidad nacional, han matizado sus posiciones ante el saldo econ¨®mico o b¨¦lico de su independencia.
Para el 53% de la poblaci¨®n rusa, los sucesos de agosto de 1991 son s¨®lo un episodio en la lucha por el poder en la antigua direcci¨®n del pa¨ªs, seg¨²n una encuesta realizada este mes por el semanario Argumenti i Fakti. El 27% de la poblaci¨®n considera lo ocurrido como algo "tr¨¢gico" con "consecuencias fatales"; el 7%, como una victoria de la revoluci¨®n democr¨¢tica, que acab¨® con el poder del PCUS, y el 13% no sab¨ªa qu¨¦ contestar.
Los golpistas del 19-A, amnistiados el pasado febrero junto con los adversarios pol¨ªticos de Bor¨ªs Yeltsin detenidos en octubre de 1993, obtuvieron una victoria moral con la absoluci¨®n de Valent¨ªn Var¨¦nnikov, ex viceministro de Defensa de la URSS y ex jefe de las tropas de infanter¨ªa. V¨¢rennikov, que, formalmente no fue miembro de la junta golpista, fue el ¨²nico asistente a una rueda de prensa en la que te¨®ricamente deber¨ªan haber participado los miembros del Comit¨¦ Estatal de Emergencia que formaron. Seg¨²n Var¨¦nnikov, los miembros de la junta hab¨ªan resultado "gente ingenua".
Hoy es evidente que el 19-A no fue un corte entre dos periodos hist¨®ricos, como lo prueba el hecho de que Alexandr Rutsk¨®i, el ex vicepresidente de, Rusia que fue un pilar esencial en la resistencia de Yeltsin en la Casa Blanca, felicit¨® a Var¨¦nnikov con motivo de su absoluci¨®n.
A la hora de reconstruir la historia, quedan muchas inc¨®gnitas por aclarar. La versi¨®n seg¨²n la cual el entonces presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, hab¨ªa quedado incomunicado en el balneario de For¨®s (Crimea) en la tarde del 18 de agosto, qued¨® desmentida por Arkadi Dan¨ªlov, el fiscal del proceso contra Var¨¦nnikov. En una entrevista al diario Nezav¨ªsimaya Gazeta, Dan¨ªlov manifest¨® que Gorbachov llam¨® aquella tarde al ex jefe del partido comunista de Ucrania, Stanislav Gurenko, y le dijo que deb¨ªa ir a Mosc¨² a pesar de su enfermedad, porque era inminente un "gran foll¨®n".
Esta informaci¨®n no concuerda, seg¨²n el fiscal, con la facilitada por otro testigo, Arkadi Volski, a quien Gorbachov dijo encontrarse bien de salud tras llamarle por tel¨¦fono por el servicio general (y no por las comunicaciones especiales a su servicio). El testimonio de Volski no figura en el sumario, que consta de 150 tomos y que seg¨²n el fiscal, recoge s¨®lo un 1% de la informaci¨®n sobre el caso. Seg¨²n el fiscal, el proceso hab¨ªa "aclarado" que Gorbachov "no dio ni un solo paso real para reaccionar ante la situaci¨®n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.