"Me voy porque estoy seguro de que no me van a devolver a Cuba"
M. V. Cojimar recibi¨® como una bomba la noticia de que EE UU detendr¨¢ a todos los cubanos que lleguen a su territorio sin visado de emigrante. El jueves por la tarde, la noticia todav¨ªa era un rumor, pero ya en las calles del pueblo decenas de balseros aceleraron la construcci¨®n de catamaranes caseros y balsas improvisadas para lanzarse al mar cuanto antes. Ayer (entre la madrugada y las 13.00 hora local, 19.00 hora peninsular espa?ola) salieron 18 balsas.
Por la calle del Morro e incluso en la c¨¦ntrica calle Real, hasta entrada la madrugada, algunas casas permanecieron iluminadas y en varias azoteas la gente trabaj¨® hasta que amaneci¨® con el convencimiento de que si se tiraban pronto siempre cab¨ªa la posibilidad de decir a los guardacostas norteamericanos que esa balsa hab¨ªa salido d¨ªas antes de las nuevas medidas.
Sin embargo, pese a que la amenaza era conocida ya desde por la ma?ana en La Habana a trav¨¦s de las emisoras de radio de Miami, a muchos parec¨ªa no importarles y continuaron su trabajo a ritmo normal. As¨ª, ayer por la ma?ana en el pueblo y en otras localidades costeras de la capital, la gente se arremolinaba junto al mar y esperaba la salida de balsas y lanchas por si pod¨ªa engancharse.
"Yo me voy porque estoy seguro de que no me van a devolver a Cuba. Me retendr¨¢n un tiempo, pero al final me tienen que dar la libertad", dec¨ªa un joven, ayer, totalmente convencido de que EE UU no podr¨¢ poner en pr¨¢ctica el plan por mucho tiempo.
Pero la decisi¨®n norteamericana de detener la emigraci¨®n ilegal fue un mazazo que super¨® mucho m¨¢s que la simple frustraci¨®n de los nuevos balseros. As¨ª, algunas madres de j¨®venes que se fueron ayer en balsa hacia Miami en medio del temporal manifestaban abiertamente su descontento por tal decisi¨®n, que podr¨ªa perjudicar a sus familiares despu¨¦s de haber arriesgado la vida.
"Es una Injusticia"
"Es una injusticia. Nos han utilizado, como pelotas de pin-pon, pues Cuba nos ha dejado salir y ahora all¨ª no nos van a dejar entrar. Esto es dram¨¢tico. Es c¨ªnico que se nos prometa una determinada cosa y luego si nos vamos, como hasta ahora, se nos meta en campamentos o campos de refugiados", comentaba indignada una de las madres, que se pas¨® toda la noche junto al mar por si la marea devolv¨ªa a las costas cubanas la balsa de su hijo.
Mucha gente sufri¨® ayer en Cojimar. Pero no todos por la misma causa. Jes¨²s, por ejemplo, lo hizo por no poderse marchar, pues para ¨¦l tan malo como irse en una balsa es quedarse en su pa¨ªs. "Yo no me puedo marchar porque tengo mujer y dos hijos, y eso ser¨ªa dejarles abandonados. Mi mujer gana 178 pesos al mes [unas 195 pesetas] y con eso no alcanza ni para comprar una botella de aceite".
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