GUILLERMO FESSER Destino: Se?ora de Benavides. Vega de Pas. Remite: Manolo.
Una morcilla con gafas de sol descansa en una hamaca bajo una sombrilla.
"Mari Carmen, cielo, estoy de los nervios. La reforma del piso ten¨ªa que haber terminado hace una semana y a¨²n no han puesto los suelos. Dile a los chicos que lo siento, pero que este fin de semana tampoco voy a poder acercarme a veros.El gremio de la construcci¨®n me tiene desconcertado. Cada d¨ªa me mandan un obrero nuevo, y se repite la misma historia. Llega, echa un vistazo general y se lleva las manos a la cabeza. Y yo: "No me diga nada que ya se lo que me va a decir". En efecto, me mira desolado y suelta la consabida frasecita: "?Menuda chapuza le han hecho a usted aqu¨ª, se?or Manolo!".
Luego tarda un siglo en colocar la herramienta. Para cuando tiene todo listo, es la hora del botell¨ªn y desaparece. Cuando vuelve, quita las tres baldosas que puso el anterior y se sienta sudoroso a comerse la tardera que le ha preparado la parienta. Despu¨¦s se echa una siestecita, coloca de nuevo las tres baldosas, m¨¢s torcidas todav¨ªa si cabe que su predecesor, y se despide.
As¨ª llevamos 12 d¨ªas. Es tal mi desesperaci¨®n que ya le ha dicho al constructor que coloque las baldosas como le de la gana, pero que las coloque. Por m¨ª como si las ponen del rev¨¦s; ya las taparemos con la alfombra. Es que veo que ven¨ªs el d¨ªa 1 y nos metemos de pensi¨®n. Y ya lo ¨²ltimo que nos faltaba era pagar un hotel. Desde luego, de los regalos de reyes iros despidiendo.
?Ah, bueno! Ayer pill¨¦ al que pic¨® la pared del pasillo rellenando los huecos con peri¨®dicosa mojados en agua. Le ech¨¦ una bronca y se me puso a llorar diciendo que era su primer d¨ªa de trabajo. ?T¨² te crees?. Eso nos pasa por coger el presupuesto m¨¢s barato. En fin, ya os contar¨¦. Besos. Pap¨¢".
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