"Parte de mi sueldo es para llevarme bien con los pol¨ªticos"
Mar¨ªa Antonia Iglesias es periodista, y no al gusto de todos. Desde su puesto de directora de informativos de TVE -antes trabaj¨® como reportera en Informe semanal, programa del que luego fue directora- resiste firme la pol¨¦mica y act¨²a seg¨²n su criterio, que para eso es una especie de roca. Quienes la conocen bien dicen que debajo hay un gran coraz¨®n.Pregunta. Tiene usted una fama espantosa.
Respuesta. Como buena gallega, te contesto con otra pregunta. ?Fama de qu¨¦?
P. De censora, de que un mont¨®n de gente ha salido huyendo de usted, de tener muy mal genio y de ser la responsable de que el PSOE ganara las elecciones del 93.
R. S¨ª, y de la muerte de Manolete. ?Fama de censora? Eso es un clich¨¦, desde mi punto de vista, injusto. Si quisiera hacer de censora, la mec¨¢nica de trabajo en los informativos de TVE me lo pondr¨ªa dificil¨ªsimo, porque es muy complicada, un sistema de trabajo y un equipo de trabajo en el que es dificil intervenir, como no se quiera hacer de una forma muy brutal. Hay un colectivo celoso de su trabajo.
P. Se cuenta, por ejemplo, que a Jes¨²s Hermida se le apareci¨® en pantalla, mientras estaba redactando, el siguiente mensaje: "?No ir¨¢s a decir lo que est¨¢s escribiendo?".
R. Falso. Para empezar, cuando Hermida se march¨® todav¨ªa no ten¨ªamos inform¨¢tica. Yo odio los ordenadores, me repugna la inform¨¢tica, soy ¨¢grafa en ese sentido, y si tengo que decir algo no es que me aparezca por el ordenador, es que me presento en persona y digo lo que tengo que decir. No quiero agredir a nadie, pero creo que hay un poco de ejercicio c¨ªnico en estas cosas. No llego a comprender por qu¨¦ lo que hace un director de peri¨®dico con sus redactores, con sus jefes de redacci¨®n, por qu¨¦ esa mec¨¢nica leg¨ªtima de control y orientaci¨®n del medio se puede hacer en un medio privado y no en una redacci¨®n de informativos de un medio p¨²blico.
P. ?Sus subordinados no la temen?
R. En absoluto. No hay cuchipanda a la que no me inviten, y no es por hacerme la pelota, sino porque han contado conmigo desde hace nueve a?os. Tengo grandes amigos en la redacci¨®n, porque yo soy, para decirlo en t¨¦rminos militares, una directora de cuchara. La gente me conoce, me conoce demasiado. Por otro lado, es cierto que tengo una manera de ser muy vehemente, para todo en la vida, y se me ve venir, se me va la fuerza por la boca y el cabreo se me pasa en cinco minutos. Eso s¨ª, reconozco que el cabreo puede ser...
P. ?Por eso es usted tan amiga de Fraga? Las broncas de ¨¦l son tambi¨¦n hist¨®ricas.
R. Pues puede ser. Yo a Fraga le quiero y le admiro mucho. Es una situaci¨®n un poquito esquizofr¨¦nica.
P. Como la de ¨¦l con Fidel Castro.
R. Posiblemente, y no pasa nada. Respecto a Fraga, aparte de la relaci¨®n de muchos a?os, creo que, en la pol¨ªtica de este pa¨ªs, desgraciadamente, hay muy poca gente de val¨ªa, de talla intelectual. Yo creo que, al margen de que t¨² puedas o no superar una especie de rechazo que te puede producir el personaje o sus ideas, es una persona con la cual, si t¨² entras, puedes estar hablando cinco horas seguidas.
P. M¨¢s f¨¢cil ser¨¢ que s¨®lo hable ¨¦l, digo yo.
R. O ¨¦l hablando y t¨² con la boca cerrada, pero aprendiendo mucho, porque es una persona que es un enciclopedia, pero no de leer, sino de vivir. Cada cosa que te cuenta la ha vivido, y ha estado ah¨ª. Entonces es apasionante. Luego es una persona muy simp¨¢tica, a pesar de esa fama de bruto. Yo, con la edad, me voy quedando cada vez m¨¢s con las personas, no con las ideas.
P. Parece que con Aznar no le van tan bien las cosas. Siempre la acusa de barrer a favor del PSOE.
R. Pues no s¨¦ por qu¨¦, porque ah¨ª est¨¢ el v¨ªdeo del programa de Informe semanal que le hice. Soy de las personas que mejor le han tratado, informativamente hablando, y adem¨¢s con un inter¨¦s muy especial en que aquel trabajo quedara bien. A m¨ª me entristeci¨®, porque luego pas¨® el tiempo, y ahora, cuando veo esa especie de distancia que mantiene, empiezo a relacionar una cosa con la otra, que es un poco la desconfianza. Yo, por ejemplo, suger¨ªa situaciones, y le hac¨ªa preguntas de tipo personal, y notaba que esas preguntas, en vez de favorecer el contacto con la persona y el conocimiento mutuo, se recib¨ªan con recelo. Es una persona un poco insospechada. Hace un par de a?os, recuerdo que un d¨ªa, inesperadamente, me llam¨® y me dijo: "Oye, Mar¨ªa Antonia, que es mi cumplea?os, te invito a desayunar". Me encant¨®, y a esa hora no sab¨ªa qu¨¦ regalarle, y me fui a una florister¨ªa y aparec¨ª en la sede del PP con flores, y no veas c¨®mo se qued¨® la gente: si ¨¦sta es Mar¨ªa Antonia y eso es un ramo de flores, o esto no es el PP o algo pasa. Y, de verdad, cre¨ª que se iba a crear una amistad o al menos una corriente de confianza, porque yo tengo un cargo institucional, y me tengo que llevar bien con los pol¨ªticos, parte de mi sueldo es para eso. Desgraciadamente, me da la impresi¨®n de que no es as¨ª, y que continuamente se me hacen procesos de intenciones que no est¨¢n en mi mente para nada. El tratamiento que TVE y los informativos le dan al PP, como a todos los dem¨¢s partidos, es objetivo e institucional, como no podr¨ªa ser de otra forma, y como muchos dirigentes del PP reconocen en privado.
P. Usted milit¨® en el partido comunista, pero ahora se encuentra m¨¢s cercana al partido del Gobierno. ?Por qu¨¦?
R. Hay que estar en posiciones realistas, aquellas desde las que es posible cambiar la sociedad, con errores y con limitaciones, y con contradicciones muchas veces terribles. Optar por el mal menor, y con lo poco que hay, intentar cambiar las cosas, pero las de hoy y las de ma?ana, no las de dentro de 20 a?os. Porque cambiando las de hoy y las de ma?ana se pueden cambiar las de 20 a?os, pero no hay que esperar a entonces. Como las pensiones y la escuela p¨²blica.
P. Al principio ?se meti¨® en pol¨ªtica por antifranquismo?
R. S¨ª. As¨ª como los j¨®venes de ahora se comprometen con la movida y con el bakalao, entonces ¨¦ramos as¨ª.
P. Es muy dura con los j¨®venes de ahora, que tambi¨¦n tienen su compromiso ¨¦tico: la ecolog¨ªa, la objeci¨®n, la insumisi¨®n.
R. No, si eso s¨ª lo comprendo, porque el tema de la insumisi¨®n me parece absolutamente leg¨ªtimo. Y ah¨ª s¨ª que te digo honradamente que he tenido que hacer mi peque?o esfuerzo. Me ha costado mucho aceptar que no hagan la mili pero que rechacen la prestaci¨®n social sustitutoria. Yo pensaba: ?qu¨¦ les cuesta hacer algo por los dem¨¢s en sustituci¨®n de una cosa que, verdaderamente, el propio Gobierno est¨¢ demostrando con sus cambios sistem¨¢ticos de la mili que no tiene sentido? A m¨ª me parec¨ªa un gesto un poco ego¨ªsta, hedonista. Ahora voy comprendiendo que la gente tiene derecho a elegir, y que a lo mejor ese insumiso quiere hacer otra cosa que no sea ir a la Cruz Roja.
P. Parece que lo del hedonismo no le gusta nada.
R. Es que hay mucho sufrimiento, y mucha tristeza, y somos pocos para tanta desdicha. Esas im¨¢genes de ?frica, del Tercer Mundo... Yo he mandado a Vicente Romero a Goma, casi como un acto militante contra el sufrimiento. Dec¨ªa hoy: a la hora de comer ver¨¢n la tele, y se van a enterar. Y eso que tenemos muy poco dinero, que hacer un viaje intemacional es muy caro...
P. ?Hasta ese punto est¨¢n mal de pelas?
R. S¨ª, s¨ª, y hay que medir mucho, y si yo mando a una persona a Goma no puedo mandar a otra a Par¨ªs.
P. ?No ser¨ªa mejor no gast¨¢rselo en Lobat¨®n?
R. Si me lo preguntas como directora de informativos o como periodista, por supuesto, prefiero gast¨¢rmelo en Goma y en Vicente Romero, a a?os luz, y eso que lo que hace Lobat¨®n me parece muy digno, y sobre todo es muy buena persona y muy amigo m¨ªo, y es l¨ªder de audiencia indiscutible. Pero cuando me hacen esta pregunta, siempre veo detr¨¢s posiciones interesadas. ?No ser¨¢ que quieren que la televisi¨®n p¨²blica eche el cierre? Lo mismo que no he sido partidaria de los partidos residuales ni de los posiciones marginales, porque creo que para influir hay que tener poder, si TVE hace un planteamiento elitista, evidentemente ser¨ªamos muy p¨²blicos, pero la privada nos hace desaparecer del mapa en un a?o, que ¨¦se era el objetivo trazado inicialmente.
P. ?Est¨¢ en el grupo de los fascinados por Felipe Gonz¨¢lez?
R. Yo no me siento fascinada en este momento por nadie. Como dec¨ªa aqu¨¦l, no creo ni en mi Iglesia, que es la verdadera. Pero Felipe me parece un pol¨ªtico de una talla excepcional, irrepetible. Lo ¨²nico malo es, precisamente, la cultura de la fascinaci¨®n por el carisma que le rodea, a ¨¦l, que es una persona dubitativa y honrada.
P. Por cierto, creo que se ha hecho usted cat¨®lica y practicante. ?Me lo puede razonar?
R. Razonar, no, porque es una experiencia personal, nada racional, es una especie de llamada, de atracci¨®n por la figura de Cristo. Pero eso no me ha solucionado ning¨²n problema, y sigo teniendo una angustia terrible sobre lo que pasar¨¢ despu¨¦s de la muerte. No busco compensaciones ni seguridades. Eso me parecer¨ªa mezquino.
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