La invalidez como necesidad absoluta
La invalidez de los toros no es s¨®lo inevitable sino absolutamente necesaria para que toreen las figuras. Quiz¨¢ con toros no inv¨¢lidos torear¨ªan tambi¨¦n, pero esta es una hip¨®tesis pendiente de demostrar. Uno ya ha perdido noci¨®n de cu¨¢ndo vio torear por ¨²ltima vez a las figuras toros que no estuvieran inv¨¢lidos; toros que soportaran con el poder¨ªo propio de su raza la lidia completa, inclu¨ªdas las tres varas en regla que recib¨ªan como m¨ªnimo castigo los toros grandes y chicos, los bravos y los mansos, cualquier clase de toro, en toda la historia de la fiesta.Figuras que s¨®lo torean toros inv¨¢lidos son toreros devaluados, aunque lo hagan con facilidad y donosura. Es el caso de Enrique Ponce, que tore¨® f¨¢cil y donoso lo mismo en la pasada feria de Bilbao que en esta corrida colmenare?a, y en ambos casos admiraba su gusto interpretativo, si se hac¨ªa abstracci¨®n del pobre inv¨¢lido que soportaba sumiso los gr¨¢ciles aderezos de su peculiar ingenio. El de Colmenar era una mosquita muerta, dicho sea con todo el respeto que las moscas merecen. En realidad fueron dos mosquitas muertas: una de ellas, esmirriada, mocha y tan tullida que el p¨²blico rechaz¨® cuantos alardes de facilidad y donosura pretendi¨® explayar Enrique Ponce con ella; la otra, bien plantada, flojucha y de borreguil conformar, obedeci¨® al mando torero que impuso Enrique Ponce en su largu¨ªsima faena.
Charro / Litri, Ponce, Finito
Toros de Vicente Charro de Murga, sin trap¨ªo excepto 5?; 2? impresentable, desmochado e inv¨¢lido; flojos, varios sospechosos de pitones, boyantes.Litri: media atravesada, varias ruedas de peones -aviso- y cinco descabellos (palmas); pinchazo, otro perdiendo la muleta, estocada atravesada y rueda de peones (silencio). Enrique Ponce: media ladeada y rueda de peones (algunas palmas y pitos); estocada atravesada -aviso con retraso- y tres descabellos (dos orejas); sali¨® a hombros. Finito de C¨®rdoba: aviso con mucho retraso antes de matar, estocada trasera ladeada y rueda de peones (oreja con algunas protestas); estocada corta tendida y descabello (palmas). Se guard¨® un minuto de silencio en memoria de Yiyo, muerto en esta plaza hace siete a?os. Plaza de Colmenar, 30 de agosto. 4? Corrida de feria. Lleno.
Tore¨® a esta mosca Enrique Ponce con la facilidad, la donosura y el gusto que le caracterizan. Primero instrument¨® buenas tandas de derechazos, dos de naturales le salieron vulgarcillas, y otras dos en redondo las cuaj¨® con tal empaque, cadencia y reuni¨®n, que pusieron al p¨²blico en pie. Literalmente pusieron al p¨²blico en pie, y a tal extremo de entusiasmo le hab¨ªa llevado el arte del torero, que el toro ya no le importaba absolutamente nada. Nada, salvo sus dos orejas peludas.
La evoluci¨®n de la fiesta se ha producido con mayor intensidad en el tendido que en el ruedo. Antiguamente los p¨²blicos exig¨ªan que los toros tuviesen trap¨ªo, pitones, poder y casta. Despu¨¦s, trap¨ªo, pitones y casta. Rebasada la mitad de siglo, trap¨ªo y pitones. En la pasada d¨¦cada, trap¨ªo. Ahora, orejas. Salta el toro a la arena y ya puede salir mocho y pegando tumbos que a la gente le da igual, siempre que tenga las orejas en su sitio. A fin de cuentas son las que exigir¨¢ con vehemencia en el caso de que el torero sepa aplicar al orejudo especimen su parsimoniosa donosura.
Algunas pocas plazas tienen excepciones y una de ellas es la de Colmenar Viejo, donde hay afici¨®n que conoce a fondo la verdad de la tauromaquia, detecta por tanto los trucos y las corruptelas que la desnaturalizan y los denuncia en cuanto se producen. De manera que cuando aparecieron toros sin trap¨ªo, o sospechosos de afeitado, o inv¨¢lidos, lo cantaron por las claras; o cuando Litri se pon¨ªa a pegar regates y trapazos, que en eso consisti¨® su actuaci¨®n; o al observar que Finito de C¨®rdoba, desangelado y torp¨®n en el sexto, triunfador en el tercero al que instrument¨® hondos pases de pecho en el transcurso de un trasteo interminable, no es que metiera pico sino que plantaba descaradamente la muletaza en el pit¨®n contrario.
La afici¨®n colmenare?a no est¨¢ sola. Hay all¨ª un excelente equipo veterinario que vigila la autenticidad de la fiesta, y toro sin trap¨ªo que le presentan, lo rechaza de plano. As¨ª ocurri¨® con cuatro de la corrida anterior -la del triunfo de C¨¦sar Rinc¨®n y los toros de San Rom¨¢n-, por presunta manipulaci¨®n de astas, y en la de autos con el sobrero, por el mismo motivo. Sin embargo los presidentes de las respectivas funciones no compart¨ªan la misma opini¨®n, o quiz¨¢ estaban en el bando contrario, y los aprobaron todos.
Mientras la autoridad est¨¦ de parte de las empresas y de las figuras, el toro inv¨¢lido seguir¨¢ saliendo cada tarde, fatalmente, sin posible remisi¨®n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.