Varillas con olfato
El arte de los zahor¨ªes, aplicado a la salud y a la habitabilidad de viviendas
Si usted duerme mal, pruebe a cambiar su cama de sitio. Si consigue que la cama quede instalada fuera del cruce de las l¨ªneas magn¨¦ticasparalelas y perpendiculares, de una anchura aproximada de 2,50 metros y de 2 metros, respectivamente, que atraviesan su casa, dormir¨¢ mejor. Esta es la receta que algunos radiestesistas y geobi¨®logos dan a aquellos que les consultan en varios centros madrile?os dedicados al estudio de la Radiestesia. Es el arte, de los zahor¨ªes, personas escudri?adoras que aseguran ser capaces de hallar objetos subterr¨¢neos fuera del alcance visual, y que hoy encuentra nuevas aplicaciones sobre la salud dom¨¦stica o la habitabilidad de las viviendas.Algunas constructoras, junto a los estudios geol¨®gicos, encomiendan indagaciones complementarias sobre potenciales magn¨¦ticos a los radiestesistas, con objeto de mejorar el confort dom¨¦stico. De esta manera, seg¨²n creen algunos, asegurar¨¢n la salud de los futuros inquilinos, facilitando la habitabilidad de las viviendas y evitar¨¢n la formaci¨®n de grietas y otros desarreglos ulteriores de la construcci¨®n.
En Espa?a, pionero de los estudios geobiol¨®gicos ha sido Mariano Bueno, director del Centro Mediterr¨¢neo de Investigaci¨®n Geobiol¨®gica, que ha establecido interrelaciones demostrables entre el malestar fisico-psicol¨®gico dom¨¦stico y la disposici¨®n interna de las viviendas, basadas en la presencia en las casas de potenciales electromagn¨¦ticos -zonas geopat¨®genas- cuyos desequilibrios afectan a la salud.
"Parece incre¨ªble, pero funciona", dice con una sonrisa Lucio Ram¨ªrez, de 52 a?os, ingeniero t¨¦cnico industrial del ramo farmace¨²tico. Es aficionado a la radiestesia desde los 18 a?os. El confortable sal¨®n de su casa se encuentra dispuesto de forma tal que se evite el cruce de l¨ªneas magn¨¦ticas generadoras de malestar, a?ade.
Sus pr¨¢cticas, como las de la mayor parte de los zahor¨ªes de medios rurales y los que aplican su arte a estudios de habitabilidad de viviendas, las realiza provisto de una varilla o baqueta met¨¢lica, o de un p¨¦ndulo con plomada met¨¢lica, de cuarzo o de madera. Estos ingenios experimentan una oscilaci¨®n cuando en el subsuelo existe una masa de agua o de metal de proporciones considerables.
Se trata de un antiguo arte estudiado sistem¨¢ticamente desde el siglo XVII hasta nuestro siglo y que ha contribuido a la detecci¨®n de yacimientos minerales y acumulaciones de agua a grandes profundidades.
Estas investigaciones fueron implementadas por los hallazgos electromagn¨¦ticos realizados a principios de siglo por el profesor alem¨¢n Ernst Hartmann, que cuadricul¨® la superficie terrestre en una red de l¨ªneas magn¨¦ticas paralelas y perpendiculares, en cuyas junturas se producen campos de tensi¨®n o de vac¨ªo de potencial el¨¦ctrico o magn¨¦tico variable, perceptibles sensitivamente y tambi¨¦n mediante electr¨®metros.
Las masas acu¨ªferas, como el extenso y conocido acu¨ªfero terciario situado en el subsuelo de la Comunidad de Madrid, o las vetas met¨¢licas detectadas bajo tierra, filtran a la superficie terrestre corrientes electromagn¨¦ticas que crean desequlibrios perceptibles por los seres humanos y algunos animales.
El impacto es transmisible por objetos como las c¨¦lebres varas de avellano de los zahor¨ªes de la antig¨¹edad o bien por distintos tipos de baquetas met¨¢licas unidas en uno de sus extremos, que los operadores de radiestesia emplean para la detecci¨®n.
Rodolfo Tonelli, de 52 a?os, argentino afincado en Espa?a, posee uno de los centros geobiol¨®gicos que funcionan en Madrid. Ha hecho estudios sobre h¨¢bitat e imparte cursillos para aficionados.
Centro GeobioI¨®gico. Antonio Arias, 6, 28009 Madrid. Tel¨¦fono 504 27 52.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.