El Valencia cae en su propia tela de ara?a
El Sevilla, fiel al estilo de Luis, rectifica lo sucedido ante el Madrid
El Valencia baj¨® de su nube. Hab¨ªa estado flotanto, en ella pl¨¢cidamente desde la pretemorada y mucho m¨¢s despu¨¦s de vencer en el Calder¨®n, despu¨¦s de tantos a?os. El Sevilla de Suker -el otro fue apabullado por el Real Madrid la semana pasada- lo descendi¨® a los infiernos. Le ense?¨® la cruda realidad. Aquella que dice que un equipo ganador no se construye de la noche a la ma?ana con un pu?ado de buenos jugadores cogidos de aqu¨ª y all¨¢. Los andaluces, con mucho orden y un futbolista excelente Suker), recuperan el cr¨¦dito perdido en la jornada inaugural de la Liga.Ante una defensa p¨¦trea y un veloz contragolpe, como fue ayer el caso del Sevilla, el Valencia se muestra inerme. Pierde toda la fluidez ofensiva que ha acreditado ante rivales de empaque. Pierde peso cuando le corresponde llevar la responsabilidad del encuentro. Eso s¨ª, en defensa es mucho m¨¢s seguro que anta?o.
El comienzo del Valencia fue espectacular, tratando de aprovechar la buena onda que arrastra el equipo desde Ja pretemporada. La grada bramaba. Pero dur¨® lo que tarda el aficionado rezagado en tomar asiento. El Sevilla, que ya conoci¨® un inicio fulgurante de su rival la semana pasada, sali¨® mejor parado en esta ocasi¨®n. All¨ª estaba Suker para, con un simple cambio de juego al primer toque, dejar claro que ¨¦ste era otro partido. Al cuarto de hora la disputa estaba equilibrada. La intranquilidad se apoder¨® del hasta entonces extasiado grader¨ªo. El Sevilla se desplegaba con facilidad y se agazapaba con mayor rapidez. Su centro del campo se impon¨ªa. S¨®lo Mazinho, con una presencia abrumadora en tareas defensivas, impon¨ªa su seriedad y elud¨ªa el golpe sevillista. Que Suker se divierte en Mestalla es una evidencia. Y que pone el coraz¨®n en un pu?o a los aficionados, tambi¨¦n. Ya lo hizo con su selecci¨®n, Croacia, cuando la pasada campa?a marc¨® dos tantos precisamente a Zubizarreta. Llegaron los primeros pitos. Esta es una hinchada desmesurada, que pasa con gran facilidad del blanco al negro. Lo mismo aplaude un saque de banda que le silba a sus ¨ªdolos instantes m¨¢s tarde.
Ante un Salenko patoso, con el atenuante que no se hab¨ªa entrenado durante la semana, todo qued¨® a expensas en el Valencia de su futbolista m¨¢s ingenioso, Mijatovic. Pero el montenegrino no encontr¨® fisuras en la retaguardia andaluza ni tampoco a Fernando para que le ayudara. El Sevilla prob¨® por su flanco izquierdo y la larga zancada del lateral Soler acompa?ada de la clase de S¨²ker se toparon con la seguridad y la experiencia de Zubizarreta. En otra ocasi¨®n fue el palo, cuando Estebaranz, tras recibir un excelente pase en profundidad de Suker, regate¨® a Zubi y lanz¨® el cuero al poste.
Al inicio de la segunda parte, Suker era ya el due?o del partido. Fintaba una y otra vez, regode¨¢ndose en su suerte. De ¨¦l partieron las mejores esencias del mismo. Pero es una isla. Tan s¨®lo Moya habla el mismo lenguaje, pero carece de pegada. Para eso sali¨® Tebenet, quien en su primer contacto con el bal¨®n no dud¨® en lanzarlo a la red y expuls¨® al Valencia de su nube.
El j¨²bilo de la primera jornada ha pasado bien pronto. Ganar en el Calder¨®n ante un Atl¨¦tico de Madrid reforzado tambi¨¦n para estar entre los grandes parec¨ªa todo un ¨®rdago a la Liga. Pero ya se vio el s¨¢bado que el Tenerife volvi¨® a poner en su sitio malo al Atl¨¦tico. As¨ª que el Sevilla terimn¨® de ayudar a la cura de humildad valencianista.
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