El Papa defiende en Croacia la autodeterminaci¨®n de las antiguas rep¨²blicas de Yugoslavia
"Toda naci¨®n tiene derecho al reconocimiento pol¨ªtico". Cada rep¨²blica ex yugoslava tiene derecho a la soberan¨ªa y el orden internacional debe reconoc¨¦rselo, afirm¨® ayer el Papa al concluir su visita a Zagreb, prestando apoyo objetivo al deseo expresado por el presidente de Croacia, Franco Tudjman, de "restablecer la soberan¨ªa sobre todo el territorio croata" incluida la Kraffina, ocupadapor los serbios. Pero el Pont¨ªfice insiste tambi¨¦n en el perd¨®n, del que pide a Croacia que se convierta en palad¨ªn. "La paz en los Balcanes no es una utop¨ªa, se impone como prospectiva de realismo hist¨®rico" a?adi¨®.
M¨¢s de 700.000 personas -casi un mill¨®n seg¨²n los organizadores- oyeron estas ¨²ltimas palabras que el Papa pronunci¨® durante la homil¨ªa de la misa celebrada en el hip¨®dromo de Zagreb. Croacia, pa¨ªs de s¨®lo cuatro millones y medio de habitantes, ofreci¨® as¨ª a Juan Pablo II uno de los homenajes m¨¢s masivos que haya tenido durante su largo pontificado.De todas las edades y condiciones, venidos en autobuses desde cada rinc¨®n del pa¨ªs dispuestos a caminar muchos kil¨®metros, porque el tr¨¢fico rodado en la capital croata estaba cortado desde la v¨ªspera de la llegada de Juan Pablo II, los cientos de miles de congregados en el hip¨®dromo esperaron pacientes durante horas.
Incluso los habitantes de Zagreb se fueron acercando al recinto a lo largo de la noche del s¨¢bado al domingo, a pie o en bicicletas, con los ni?os de la mano o en brazos, ya que se hab¨ªa anunciado que la entrada se cerrar¨ªa a las ocho de la ma?ana. La misa no comenz¨® hasta dos horas y media m¨¢s tarde.
"No es l¨ªcito atribuir a la religi¨®n el fen¨®meno de la intolerancia nacionalista que se est¨¢ enconando en esta regi¨®n. Y esto vale no s¨®lo para los cristianos de las distintas confesiones, sino tambi¨¦n para los creyentes de otras religiones, y en especial para los musulmanes que han consolidado en los Balcanes una notable presencia en el marco de una convivencia civil y respetuosa", sostuvo el Papa ante ese inmenso p¨²blico.
El Papa hab¨ªa recordado previamente que "durante siglos los pueblos de estas regiones se aceptaron rec¨ªprocamente". Y m¨¢s tarde, sostendr¨ªa que "antes que todas las diferencias, antes que cualquier pertenencia, comenzando por la nacionalidad, est¨¢ la unidad de fondo que equipara a los seres humanos, y que nosotros, cristianos, estamos llamados a testimoniar con especial fuerza".
Pero de aqu¨ª no debe deducirse que la nacionalidad o el nacionalismo -sobre cuyos excesos ha advertido el Papa- hayan pasado a ser realidades o valores secundarios para Juan Pablo II. A ellos dedic¨® amplia atenci¨®n en el discurso de despedida que pronunci¨®, antes de volar a Roma, en el aeropuerto.
"Este siglo ha supuesto para muchas naciones la b¨²squeda fatigosa con frecuencia sufrida de la independencia y de la paz", dijo el Pont¨ªfice. "Los acontecimientos de que el continente europeo ha sido teatro en los ¨²ltimos a?os subrayan con fuerza un dato inequ¨ªvoco: tanto las naciones grandes como las peque?as forman parte de la gran familia de los pueblos pensamos, sobre todo, en los europeos- y todas tienen derechos a la existencia. Toda naci¨®n tiene derecho al reconocimiento pol¨ªtico" a?adi¨®.
Estados federales
"En el pasado", prosigui¨® la reflexi¨®n hist¨®rica del Pont¨ªfice, "no faltaron experiencias hist¨®ricas de diversas naciones europeas reunidas en Estados federales como ocurri¨®, por ejemplo, en la Rep¨²blica de Yugoslavia, que, tras la II Guerra Mundial, constituy¨® una federaci¨®n. Es esencial a la federaci¨®n que las naciones que la integran se unan libremente en un ¨²nico Estado. No obstante, en determinadas circunstancias y en ciertas condiciones, cada una de ¨¦stas puede salirse y constituir un Estado aut¨®nomo. Cada una de las rep¨²blicas que ha surgido como fruto de este proceso tiene derecho a la propia soberan¨ªa, y ¨¦sta no le puede ser negada por el ordenamiento internacional", concluy¨®.
La guerra de los Balcanes no tiene, en consecuencia, "ninguna justificaci¨®n". "Todos" deben buscar la paz cuanto antes, y la v¨ªa maestra" es el perd¨®n. "Es hora de que la Iglesia de Zagreb y de toda Croacia se hagan promotoras del perd¨®n y la reconciliaci¨®n rec¨ªproca. 'Pedir perd¨®n y perdonar': as¨ª podr¨ªa resumirse el compromiso que a todos nos ata?e", afirm¨® el Papa.
La paz, a?adi¨® en el marco m¨¢s pol¨ªtico del aeropuerto, implica "sincera voluntad de di¨¢logo, respeto de los derechos de todos, incluidas las minor¨ªas, y tolerancia rec¨ªproca".
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