China podr¨ªa hacer morir de hambre al mundo
China est¨¢ perdiendo la capacidad de alimentarse a s¨ª misma. Cuando esto pase, el abastecimiento de comida de todo el mundo se ver¨¢ afectado, proyectando la sombra de una escasez global por primera vez en la historia de la Humanidad.La poblaci¨®n de China aumenta en unos 14 millones de personas al a?o. Los ingresos est¨¢n subiendo tambi¨¦n en una proporci¨®n r¨¦cord, lo que significa que el consumo de carne est¨¢ creciendo de manera m¨¢s r¨¢pida incluso que la poblaci¨®n.
Cuando fueron abordadas las reformas econ¨®micas en China en 1978, s¨®lo el 7% del grano era usado para la alimentaci¨®n de animales; hacia 1990, esta tasa ha subido hasta un 20%, la mayor parte de la cual se destina a la producci¨®n porcina. Ahora, la demanda para vacuno y avicultura est¨¢ tambi¨¦n creciendo. Si la provisi¨®n de grano no se expande r¨¢pidamente, los precios de la comida subir¨¢n vertiginosamente. De hecho, antes de que el Gobierno interviniese mediante la liberalizaci¨®n de reservas, el precio del grano aument¨® en las 35 ciudades m¨¢s importantes de China hasta en un 41% durante los dos primeros meses de este a?o.
Al mismo tiempo que la demamanda est¨¢ creciendo la capacidad de China para producir alimentos est¨¢ disminuyendo debido a la masiva conversi¨®n de tierras de cultivo en terrenos sin uso agrario.
En el vecino Jap¨®n, el 77% del grano que se consume es importado, resultado de la prosperidad y de la enorme p¨¦rdida de tierras de cultivo por el desarrollo industrial desde mediados de siglo. De igual manera, Corea del Sur importa el 64% y Taiwan el 67% de grano.
1.200 millones
Pero Jap¨®n, Corea del Sur y Taiwan no son China. Una cosa es volverse hacia el mercado mundial para comprar la mayor parte del grano cuando se trata de un pa¨ªs de 120 millones de habitantes como Jap¨®n, pero si una naci¨®n de 1.200 millones se mueve en esa direcci¨®n podr¨ªa r¨¢pidamente sobrepasar la capacidad exportadora de EE UU y de otros pa¨ªses. Los precios de los alimentos aumentar¨ªan en todas partes.
Como la demanda de grano est¨¢ en una espiral ascendente, se deber¨ªa asumir que una soluci¨®n potencial se podr¨ªa encontrar en el vasto territorio de China. Pero, de hecho, la mayor parte de esta inmensa masa de tierra es ¨¢rida e improductiva, con la capacidad de producci¨®n agr¨ªcola concentrada en un ¨¢rea relativamente peque?a. Es tambi¨¦n la zona en la que est¨¢n concentrados el grueso de la poblaci¨®n y de la industria, y compiten en la demanda de tierra para viviendas y carreteras, as¨ª como para cultivos. El resultado es que en el momento en que m¨¢s necesita China extender el ¨¢rea de cultivos, esta zona se est¨¢ encogiendo, y la capacidad de China para alimentarse queda, ahora, reducida a la productividad que alcancen sus cultivos.
Para calcular el aumento potencial de la productividad es tambi¨¦n instructivo mirar hacia Jap¨®n, que ha mandado en el mundo con el crecimiento de la producci¨®n de arroz durante m¨¢s de un siglo. Jap¨®n mejor¨® sus rendimientos hasta 1984, cuando alcanz¨® un nivel justo inferior a cinco toneladas por hect¨¢rea. Desde entonces, la producci¨®n ha ca¨ªdo s¨®lo ligeramente.
La producci¨®n de arroz en China est¨¢ empezando a estabilizarse en unas cuatro toneladas por hect¨¢rea, lo que sugiere que el aumento potencial de la productividad es limitado.
En Corea del Sur as¨ª como en Taiwan, el aumento en la producci¨®n se ralentiza una vez que se alcanzan las cuatro toneladas por hect¨¢rea, lo que indica que aumentos apreciables en la producci¨®n de arroz en China no son posibles sin nuevos avances tecnol¨®gicos. Pero las perspectivas para ello no son alentadoras. Los economistas agrarios Duane Chapman y Randy Barker, de la Universidad de Cornell, se?alan que la "producci¨®n gen¨¦tica potencial del arroz no ha tenido un incremento significativo desde el lanzamiento de las variedades de alto rendimiento, en 1966".
Con el trigo, el otro alimento esencial en China, el crecimiento de la producci¨®n es tambi¨¦n m¨¢s lento desde el salto del 83% entre 1975 y 1984, con el inicio de las reformas econ¨®micas. Tras aumentar de 7 millones de toneladas en 1977 hasta los casi 29 millones en 1993, el uso de fertilizantes empieza a dejar de aumentar, como ocurri¨® en EE UU una d¨¦cada antes, cuando los granjeros vieron que un mayor uso no era rentable.
La tendencia en la producci¨®n de alimentos en China tambi¨¦n se configurar¨¢ por la acci¨®n medioambiental, incluyendo erosi¨®n del suelo, inundaciones y salinizaci¨®n de los sistemas de irrigaci¨®n, contaminaci¨®n del aire y recalentamiento de la Tierra.
Cuando se toman en consideraci¨®n estos factores ambientales, sumados a la gran p¨¦rdida de tierras de cultivo por la industrializaci¨®n, se ve que la producci¨®n de grano en China caer¨¢ al menos un 20% entre 1990 y el 2030.
El d¨¦ficit resultante ser¨¢ enorme. Incluso si la floreciente econom¨ªa no da lugar a un aumento en el consumo de carne, huevos y cerveza, una ca¨ªda del 20% en la producci¨®n de grano (263 millones de toneladas) dejar¨ªa un d¨¦ficit de 216 millones de toneladas, una cantidad que excede las exportaciones de grano de 200 millones de toneladas de todo el mundo en 1993.
Pero, por supuesto, la poblaci¨®n reci¨¦n enriquecida de China no querr¨¢ privarse de consumir productos ganaderos. Si el consumo per capita de grano aumenta de los 300 kilos actuales hasta 400, el nivel actual en Taiwan, el consumo total de grano llegar¨ªa a la asombrosa cifra de 641 millones de toneladas, y el d¨¦ficit en la importaci¨®n alcanzar¨ªa los 378 millones de toneladas. Los chinos tambi¨¦n han hecho los mismos c¨¢lculos. El profesor Zhou Guangzhao, director de la Academia China de las Ciencias, se?ala que si el pa¨ªs contin¨²a derrochando sus tierras de cultivo y recusos hidr¨¢ulicos en un desesperado esfuerzo de industrializaci¨®n, "entonces China deber¨¢ importar 400 millones de toneladas de grano del mercado mundial. Y temo, en ese caso, que toda la producci¨®n de grano de los EE UU no podr¨ªa satisfacer las necesidades de China".
?Quien proporcionar¨¢ grano a una escala tal? La respuesta: nadie. Al mismo tiempo, grandes deficiencias est¨¢n previstas en otras partes del mundo. El gran d¨¦ficit previsto para China establecer¨¢ una atroz competencia por los limitados recursos exportables, llevando los precios mundiales del grano m¨¢s all¨¢ de los niveles accesibles a las familias.
Pero para cientos de millones de personas sin tierra en el campo y de pobres urbanos que siguen en los escalones m¨¢s bajos de la escalera de la econom¨ªa global, el consumo de alimentos podr¨ªa muy bien descender por debajo del nivel de subsistencia.
Estemos o no preparados para aceptarlo, el futuro econ¨®mico del mundo y el de los 1.200 millones de chinos est¨¢n inextricablemente ligados.
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