Viajar

Suscribo plenamente el contenido de la columna de Vicente Molina Foix, del 3 de septiembre, en el que se manifestaba. encantado con ciertos aspectos de la vida cultural y social londinense. Es una sensaci¨®n que yo he tenido tras pasar el mes de agosto en el norte de Inglaterra. Al llegar a Espa?a, a M¨¢laga en este caso, me ha indignado ver las grandes carencias que tenemos, lo lejos que estamos de los pa¨ªses europeos, a los que pretendemos compararnos.Cuando ves que hay zonas para ni?os, lugares de recreo, de juego, en cualquier sitio al que se tenga que ir con ellos, ya sea un mercado o una tienda. Que en los mercados hay diversos tipos de carritos, en funci¨®n de las necesidades del cliente que va a comprar con los peque?os, incluso tienen una zona de aparcamiento, especialmente cercana a la puerta de entrada, si se va a comprar con ellos. Que cualquier pueblo, por peque?o que sea, tiene unos parques estupendos, verdes, inmensos, con todo tipo de diversiones para ni?os y para la gente mayor. O cuando en esta Inglaterra conservadora, ?esto s¨ª que es parad¨®jico!, los ni?os tienen gratis la sanidad, incluyendo el cuidado de la boca, las medicinas o la ense?anza. Aparte de que por el hecho de tener un hijo se recibe una cantidad semanal.

Pero es que si nos metemos en el terreno cultural propiamente dicho, podemos comentar muchas cosas. Como el ver que los teatros se llenan y que va todo el mundo, sin distinci¨®n de clases, algo que, desde luego, aqu¨ª no ocurre. Que cualquier poblaci¨®n dispone de una gran biblioteca p¨²blica. Y si es una ciudad, y sin necesidad de ser muy grande, cada barrio tiene su biblioteca p¨²blica, sin contar la gran biblioteca central.

Hay ciertas cosas que s¨®lo viajando podemos ver. De modo que recomiendo a los pol¨ªticos de este pa¨ªs que viajen, que salgan fuera, pero que lo hagan como ciudadanos normales, que observen, aprendan y tomen nota de la verdadera calidad de vida, calidad tanto en sentido cultural como social-