Diez orejas en el mano a mano

Valladolid ha tenido una tarde gloriosa en los toros. El coso del paseo de Zorrilla ha visto c¨®mo se dibujaban cuatro faenas toreras, poderosas y art¨ªsticas, que fueron premiadas con diez orejas.Juan Antonio Ruiz Espartaco vino al coso de Valladolid como un debutante. Derroch¨® poder, torer¨ªa y sobre todo ganas de agradar y conquistar al respetable, cuando lo tiene todo ganado. Con una plaza llena y entregada al torero local, evidenci¨® en sus tres toros lo que es sabe querer, poder, mandar y ser el due?o y el soberano en el albero de una plaza de toros. Al final, le sonaron las palmas por buler¨ªas, como si hubiera estado en la Real Maestranza de Sevilla.

Manolo S¨¢nchez no se qued¨® atr¨¢s. Al primero le cort¨® las dos orejas en medio de una eclosi¨®n de alegr¨ªa, de palmas y de pa?uelos. En su ¨²ltimo enemigo, un toraco de 600 kilos, le recibi¨® abierto el comp¨¢s con unas chicuelinas que han dejado el sello profundo del poder¨ªo, del tron¨ªo, de lo que es capaz de hacer un muchacho que, nacido a la Vega del Pisuerga est¨¢ llamado a los mayores d¨ªas de gloria.

Cinco orejas ha cortado cada diestro en un mano a mano inolvidable. Hoy hemos podido ver dos sentimientos toreros diferentes, la gracia de Andaluc¨ªa, el sol, la hondura y sobre todo, el embrujo del sur frente a ¨¦l.

A Espartaco, Manolo S¨¢nchez le ha a?adido un nuevo duende, el sol de Castilla.