Pasarela Cibeles muestra el dilema entre la rodilla y el pantal¨®n
Las colecciones se ci?en al realismo que pide la industria
Pasarela Cibeles tuvo una segunda jornada tranquila, sin otro sobresalto que la soterrada pol¨¦mica por el largo de las faldas y una cierta ausencia de riesgo. Mientras Paco Casado apareci¨® m¨¢s discreto y sobrio de lo esperado militando por la minifalda, Modesto Lomba se decidi¨® por un largo silencioso por debajo de la rodilla, y en Veva Medem e Isabel Berz se alternan ambas posibilidades. Cerr¨® cartel un Nacho Ruiz maduro, con visi¨®n de futuro y fuerte apuesta por el color blanco en un despliegue sensual de transparencias y nuevos tejidos.
El modisto Paco Casado hab¨ªa despertado curiosidad en su regreso al foro madrile?o, se le esperaba y la sorpresa ha sido may¨²scula: Casado apareci¨® con una colecci¨®n serena, donde apost¨® por el pantal¨®n primero y la minifalda despu¨¦s, unos interpretados en tejidos lisos de mezcla con mucha soltura y ca¨ªda, acompa?ados de chaquetas a juego con un gracioso fuelle a lo largo de la espalda; las minifaldas fueron de cuero marr¨®n oscuro o piel violeta combinadas con blusas de grandes escamas de n¨¢car. Las minis de cuero eran ajustadas o de tablas, con un aire entre perverso e infantil. El cuero lo us¨® Casado m¨¢s desenfadadamente en los trajes con la espalda al aire. Un detalle curioso fue que las modelos lucieron como ¨²nicas joyas anchos brazaletes de metacrilato en ambas mu?ecas, donde se pod¨ªan leer sus nombres en letras de oro: original chapa de identificaci¨®n.Por su parte, Modesto Lomba presentaba su tercera colecci¨®n en solitario tras la muerte de su colega Lu¨ªs Devota, pero que a¨²n aparece en el esp¨ªtiru y en la letra del trabajo. La arriesgada propuesta se ci?¨® a tres colores (azul acero y marino, gris y amarillo claro) en estrecho muestrario de tejidos (seda, seda-lana y un compuesto de lino y algod¨®n); se trataba de un estudio del comportamiento de estos tejidos ante diversas manipulaciones a partir del dibujo. Los tonos tienen una cierta tristeza que ya estaba en su espartano servicio a la moda y con la notoria ausencia de prendas negras, otrora su anticolor predilecto.
El desfile comenz¨® con m¨²sica china y al rev¨¦s: con la novia que todos reservan para el final. Hubo pantalones anch¨ªsimos sostenidos a los magros cuerpos por tirantes de botones, y otros ligeramente acampanadaos y pretendiendo imponer para la falda un largo intermedio y serio, por debajo de la rodilla. La po¨¦tica de esta firma sigue en sus trece: es una moda en silencio, algo monacal, soportada por el mejor calzado visto hasta ahora: una plataforma ¨²nica y corrida en piel ocre y sin tal¨®n. La est¨¦tica Devota & Lomba tambi¨¦n se mantuvo en las chaquetas largas, sin cuello, entalladas, y hasta en la l¨ªnea de ba?o, a rayas azules y grises y sin ense?ar demasiado.
Al alim¨®n por el color
El desfile conjunto de Veva Medem e Isabel Berz agrad¨® por su frescura y el criterio de lo ponible, lo m¨¢s o menos realizable en cadena industrial. En ambas el tejido que vuela y las transparencias tiene un sentido que domina las piezas y les da belleza, Veva Medem se afana en su propuesta de cruzados que anudan a la espalda e Isabel Berz apuesta por la fantas¨ªa del algod¨®n tornasolado en oros. En ninguna de las dos falta la luz del blanco y el hueso, que parece ser la t¨®nica veraniega por excelencia junto a una palidez o la paleta de los colores lavados. As¨ª tambi¨¦n empez¨® Nacho Ruiz, que insiste en la importancia del dibujo inicial que dar¨¢ lugar a la prenda y la colocar¨¢ en la posibilidad real de ser producida; su criterio es esencialmente geom¨¦trico y vuelve a algo que no se ve¨ªa desde hace mucho: unos plisados asim¨¦tricos que dan la sensaci¨®n de arrugas intencionadas. La imaginaci¨®n se abre a la transparencia, a un gusto para que la mujer muestre lo que pueda a trav¨¦s de mallas, gasas y organzas cortadas con amplitud, sin recato.El tema del calzado sigue una l¨ªnea que s¨®lo Lomba ha variado. Casado pase¨® sus sandalias enrrolladas a la romana en los tobillos de las modelos, mientras Nacho Ruiz mostr¨® su propia producci¨®n de calzado. Ruiz desde hace dos temporadas se interes¨® por tener su propia l¨ªnea de zapatos y complementos de piel, para lo que rebusc¨® en el mercado hasta encontrar una firma alicantina de escala media que se comprometi¨® a producir sus dibujos. El resultado, de ¨®ptima factura, es un ejemplo a seguir.
Pasarela Cibeles ha convocado menos p¨²blico que otras veces y salvo en la apertura de Montesinos, la segunda planta del Palacio de Exposiciones de La Castellana se queda casi desierta. Los aplausos, de poco entusiasmo, se centran casi mec¨¢nicamente en algunas de las modelos m¨¢s que en lo que llevan (Masc¨®, Barquilla), y est¨¢n a tono con una t¨®nica realista, como si por fin esa moda espa?ola desterrara delirios, pusiera los pies en la tierra y quisiera de una vez casarse con la industria y tener muchos muchos ni?os.
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