LAS CARTAS, AUSENTES
No aporta ninguna prueba sobre la veracidad de la historia. El anunciado libro conteniendo la historia de los amores entre el ex capit¨¢n de Caballer¨ªa James Hewitt y la princesa Diana de Gales result¨® decepcionante. Apenas 200 p¨¢ginas redactadas por la periodista Anna Pasternak (descendiente del escritor ruso Bor¨ªs Pasternak), ¨ªntima amiga de Hewitt en las que el lector no consigue encontrar ninguna de las aludidas cartas de la princesa al supuesto ex amante y traidor, de 36 a?os de edad. Las leyes brit¨¢nicas impidieron a Hewitt hacer uso directamente de esa prueba, dado que Lady Di podr¨ªa, en ese caso, llevarle a los tribunales por robo del copyrigth. La conclusi¨®n es que el libro, que muy bien podr¨ªa haber escrito la abuelastra de la princesa, B¨¢rbara Cartland, no pasa de ser un relato morboso de una relaci¨®n rosa, de no ser porque la fotograf¨ªa de portada es una imagen de la princesa Diana tocada con tiara de perlas y diamantes, sobre la que est¨¢ impreso el t¨ªtulo del libro: La princesa enamorada. Pese al ¨¦xito de ventas, la sociedad brit¨¢nica ha acogido con cierta repugnancia la confesi¨®n amorosa del ex militar Hewitt, quien, supuestamente, puede ganar 600 millones de pesetas en la operaci¨®n. En cuanto al libro en s¨ª mismo, he aqu¨ª uno de sus p¨¢rrafos: "Los deseos desatados de novedades por parte de James encontraron toda la intensidad necesaria en Diana y, dado que ten¨ªan tan escasas oportunidades de pasar las noches juntos, al menos encontraron la oportunidad de consumir esos fines de semana el uno en brazos del otro. Ella le escribi¨® dici¨¦ndole que siempre deber¨ªan estar juntos, dici¨¦ndole que le quer¨ªa m¨¢s de lo que nunca hubiera considerado posible, que se hab¨ªa convertido en su vida, en el ¨²nico sentido de su existencia". O bien: "Ahora, mientras ella permanec¨ªa tendida ¨¢ su lado y su cuerpo sent¨ªa su piel tan cerca, ¨¦l se dio cuenta de las dudas que la atenazaban. Sinti¨®, de repente, que ella se estaba enfrentando a la realidad. Se sinti¨® hundido, paralizado por el dolor". Con toda naturalidad, Hewitt relata a trav¨¦s de su amiga Pasternak el apasionado encuentro de la pareja, un fin de semana de 1987, en la residencia campestre de los pr¨ªncipes de Gales, en Higligrove. El pr¨ªncipe Carlos est¨¢ ausente, aunque no los hijos de la pareja William y Harry. La periodista escribe: "Aperias Jarnes cerr¨® la puerta de su habitaci¨®n, tom¨® a Diana en sus brazos y la bes¨® largamente con intensidad y apasionamiento". Y no queda ah¨ª todo, el libro se introduce en el dormitorio de la princesa, una vez llegada la noche. "En la intimidad de su cuarto,, seguros en su cama con doset, durmieron con el sue?o ligero de los amantes satisfechos, profundamente dormidos, pero conscientes a¨²n el uno del otro".
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